La semana pasada, el INDEC informó que la inflación de 2022 cerró en un 94,8%, la más alta en el país registrada en los últimos 32 años. Sin embargo, a excepción del diésel Premium, los combustibles aumentaron por debajo de ese registro, en el promedio nacional, siendo que la nafta llegó al 67% y el gasoil al 91%, según indicaron desde el portal surtidores.com.ar.
En ese sentido, Pedro Llorvandi, secretario de la Confederación de las Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), planteó que “en los últimos dos años resignamos un 40% de nuestra rentabilidad, y la proyección para 2023 sigue siendo igual de negativa”.
“La política energética de este Gobierno está condenando a más de 400 estaciones de servicio a su cierre definitivo. No estamos en desacuerdo con que las autoridades acuerden con las petroleras un sendero de precios, pero nosotros necesitamos un mecanismo de actualización de ingresos independiente de esa decisión”, agregó.
El directivo además sostuvo que las pizarras “al menos” deberían emparejarse con la inflación, ya que los costos operativos se mueven a ese ritmo, “empezando por los salarios y siguiendo por los repuestos y los honorarios de los servicios profesionales tercerizados, como son los ingenieros, contadores y abogados”, describió.
Por ello, con el objetivo de alcanzar soluciones para el sector, Llorvandi apuntó como necesario que “si el Gobierno sigue en esta postura, que nos dé una bonificación acorde a nuestras necesidades, porque el estacionero ya no puede seguir resistiendo mayores gastos con menores ingresos”.