De lo paisajístico a lo abstracto; el célebre artista plástico misionero Bernardo Neumann continúa brindando a través de sus obras toda la esencia de la selva misionera o trazos que se acercan a lo emocional. Un incansable pintor todo terreno que embellece lo urbano con un mural o comparte su talento en distintas exposiciones, charlas y talleres de enseñanza. Además, este año, se embarcará junto a la coreógrafa Mónica Revinski en un proyecto que conjugará la pintura con otras ramas del arte.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Neumann comentó que en el transcurso del 2022 tuvo que dividirse en dos partes: lo emocional y lo profesional. “En la parte afectiva tuve muchos altibajos, fue muy duro el año para mí en ese contexto” definió. Esto se debió al robo de una pequeña ave rescatada, alimentada y puesta en libertad en el Parque de las Sierras, donde los guardaparques se encargaron de cuidarla. Sin embargo un visitante que llegó hasta el lugar robó al ave y “eso me motivó pintar una serie de cuadros que se llamaba ‘La libertad robada’ que pude exponer el museo Juan Yaparí”, contó.
Neumann también manifestó que siempre sostiene que “sin sentimientos no hay arte: las computadoras y las máquinas no pueden producir arte, pueden reproducir algo que nosotros programamos… tal es así que toda mi producción artística siempre es motivada por algunos de los momentos emocionales, ahí aparece la otra faceta del artista: transformar una realidad dolorosa en algo que puede ser estéticamente agradable y que no transmite ese dolor, sino que saca a relucir su profesionalismo, su sensibilidad y su manera de comunicar tratando de brindar alegría y policromía”.
Por otra parte, el profesional indicó que en el plano artístico “me fue excelente, creo que es uno de los años más productivos que tuve con una cantidad de murales y de trabajos a nivel privado con una cantidad de pinturas que se fueron al exterior: Turquía, Francia y Alemania. Hasta hace poco también dentro de Sudamérica donde tuve la suerte que mis pinturas fueran a Brasil y Paraguay”, relató. En este sentido, consideró un incentivo la respuesta del público porque “valora mi producción artística, valora todo aquello que quiero decir a través de la pintura”.
Cabe recordar que Neumann realizó distintos trabajos privados que incluyeron emprendimientos turísticos y “eso también es algo que me sirve de mucho desde la valoración, porque quiere decir que mis trabajos son bien vistos y útiles para ese entorno y esa ambientación de esa cabaña. Eso es lo que me beneficia emocionalmente y es un contrapeso de todo lo que también perdí”.
A su vez, el profesional agradeció poder seguir dictando clases en el Parque del Conocimiento donde trabaja desde su creación compartiendo “el arte, la amistad y el trabajo con aquellas personas que se acercan, esa también es una satisfacción muy grande para mí, porque se me valora en ese contexto“.
En ese marco, indicó que “depende ahora de las autoridades y los directivos del área de Artes Plásticas determinar las fechas en que comenzarán nuevamente las clases libres y gratuitas, para personas que nunca asistieron a un taller o tal vez que quieran perfeccionar sus técnicas y quisieran escuchar alguna sugerencia. Son talleres que justamente, fomentan el arte”.
Proyectos para el 2023
En tanto para este año, el profesional anunció que lleva adelante un proyecto con la coreógrafa Mónica Revinski a quien consideró una excelente artista y que en “un momento determinado me dijo: ‘mirá como están iluminados tus cuadros que están colgados en la pared’, esa frase fue para mí un disparador para que esté proyectando una serie de cuadros que estoy preparando para julio. Vamos hacer una presentación en forma conjunta en una performance, porque realmente le estoy inmensamente agradecido; me ha dado el puntapié inicial para un trabajo totalmente diferente y estoy trabajando con mucho entusiasmo“.
“Horas y horas estoy en el taller porque la técnica es un poco difícil porque tengo que trabajar con otra iluminación, pero con un entusiasmo tal que quiero agradecer a Mónica y más aún, si tengo el honor de que me honre con su trabajo en una performance, eso sería lo máximo dentro de todo lo que puedo pretender como artista plástico”.
Al principio el espacio donde se desarrollaría esta muestra sería el museo Juan Yaparí, donde las autoridades se entusiasmaron con la propuesta que “va a dar mucho que hablar porque estéticamente va a ser un espectáculo muy agradable, muy llamativo y diferente de lo que hasta el momento había presentado”, adelantó.
Aprender de otras culturas
Incluso, entre otras iniciativas propuestas para este año, Neumann planea realizar un viaje para recorrer distintas ciudades de Egipto y Turquía “es un regalo que me quiero hacer para mis 70 años, y justamente, para incorporar más conocimientos y de esa manera, después cuando hable de historia del arte o de alguna otra cultura diferente, también tenga la vivencia y lo pueda decir con propiedad como siempre me gusta hacer”.
Asimismo, explicó que en muchas ocasiones, conocer lugares aporta conocimientos que no se encuentran en los libros, donde “podés valorar e incorporar y podés compartir con la gente que participa en el taller o que le gusta el arte. Esa siempre fue mi búsqueda, desde el momento que comencé a viajar, porque cuando hablo de Rumania y su cultura, de la cultura de Serbia y Montenegro, de la cultura de los Balcanes, de los romanos que estuvieron en esa zona y los monumentos que dejaron, lo puedo hablar con propiedad y puedo manifestar mi emoción cuando vi los distintos monumentos”.
Cabe resaltar que en uno de esos viajes, hechos al viejo continente, el profesional adoptó la música folclórica croata, la cual escucha cómo manera de inspiración, cuando trabaja en su taller. En este gusto por la música tuvo mucho que ver la reconocida profesora coral “Beby” D’Indio “justamente me hizo gustar esa parte del canto coral, eso le voy a agradecer infinitamente, porque siempre esa parte del arte complementa a aquellas creaciones”.
Arte, deporte y salud
Bien es sabido que otras de las pasiones de Neumann es el ciclismo, que practica actualmente de manera recreativa y participa en encuentros de cicloturismo en distintos puntos de la provincia. “Estar en San Pedro, por ejemplo, un lugar que está alto y largar en grupos de aproximadamente 300 ciclistas, con 5 o 6 grados bajo cero, es una sensación única que seguramente me acompañará toda la vida. El ultimo encuentro que tuvimos en San Ignacio, el calor también hizo lo suyo, hace que también sea una experiencia en ese sentido. Uno recuerda con mucho cariño la atención que recibió. Ese mimo especial es también para la gente de Wanda, Puerto Esperanza y Eldorado, que con tan buena onda nos recibieron al grupo de ciclistas, esas fueron experiencias únicas” recordó.