El cerebro humano no diferencia un echo real de un pensamiento; simplemente responde ante estímulos sensoriales. Aquello que podemos ver, oler, sentir, escuchar. De esa manera tenemos una interpretación de lo que está sucediendo. También el cerebro responde a estímulos no visibles como los pensamientos, que están ahí entrando de forma sutil al cerebro sin que podamos observarlos o estar pendientes (el inconsciente).
Esos estímulos al igual que los sensoriales generan una reacción en la química corporal (cortisol, dopamina,etc), es decir que van regulando tu sistema nervioso y emocional. Ahora, ningún pensamiento te pertenece. Sólo están ahí por programación y se crea un proceso de pensamientos que se hicieron hábito, y que han generado una mecánica en tu química corporal, tu sistema nervioso y emocional, en sí, en todo tu ser; porque determina el estado vibratorio de tu energía, y eso determina la realidad que atraes.
Cuando venga la mente a hablarte de todo lo apocalíptico que va a suceder en tu vida recuerda: ese pensamiento no te pertenece. Procede y no entres en la conversación mental. De esa manera el proceso se debilita y termina por desaparecer. Ahora bien, programa una nueva mente con las ideas que formen tu nuevo proceso de pensamiento. Si se programó una vez, se puede volver a programar, sólo que esta vez vas a estar eligiendo los programas.
Puedes aprender a convertir el pensamiento negativo en pensamiento positivo. El proceso es simple, pero requiere tiempo y práctica. En definitiva, estás creando un nuevo hábito.
Las siguientes son algunas formas de pensar y comportarse de manera más positiva y optimista.
Identifica las áreas a cambiar. Si quieres ser más optimista y tener un pensamiento más positivo, primero identifica las áreas de tu vida en las que sueles pensar de forma negativa; ya sea el trabajo, tu trayecto diario al trabajo, cambios en la vida o una relación. Puedes empezar de a poco y centrarte en una de las áreas a las que debes darle un enfoque más positivo. Considera un pensamiento positivo para controlar tu estrés en lugar de uno negativo. Evalúate. Cada tanto, durante el día, detente y evalúa lo que piensas.
Si encuentras que tus pensamientos son mayormente negativos, trata de encontrar una manera de darles un giro positivo.
No olvides el sentido del humor. Permítete sonreír o reír, especialmente durante momentos difíciles. Busca el humor en situaciones cotidianas. Cuando uno puede reírse de la vida, se siente menos estresado.
Mantén un estilo de vida saludable. Trata de hacer ejercicio durante unos 30 minutos la mayoría de los días de la semana. Incluso puedes dividirlo en intervalos de 5 o 10 minutos a lo largo del día. El ejercicio puede influir positivamente en el estado de ánimo y reducir el estrés. Mantén una dieta saludable para alimentar tu mente y tu cuerpo. Duerme lo suficiente y aprende técnicas para controlar el estrés.
Rodéate de gente positiva. Rodéate de personas positivas que te apoyen y en quienes puedas confiar para que te den consejos y opiniones útiles. Las personas negativas pueden aumentar tu nivel de estrés y hacerte dudar de tu capacidad para controlarlo de manera saludable.
Practica el diálogo interno positivo con uno mismo. Comienza siguiendo una simple regla: no te digas nada a ti mismo que no le dirías a otra persona. Sé amable y alentador contigo mismo. Si un pensamiento negativo ocupa tu mente, evalúalo en forma racional y responde con afirmaciones de lo que está bien sobre ti mismo. Piensa en las cosas por las que estás agradecido en tu vida.