La familia de un adolescente de primer año denunció que éste fue agredido por compañeros de un grado superior dentro del Instituto Superior Santa Catalina de Posadas.
De acuerdo al relato del estudiante, el hecho se registró en el baño, donde fue golpeado, amenazado y obligado a tomar un líquido azul, con intenciones de doparlo. Tras la denuncia policial, se dio intervención a la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes. Ayer, tomaron declaraciones a la familia denunciante y fueron citados para hoy los estudiantes identificados como los supuestos agresores.
Desde el colegio, en un comunicado informaron a la comunidad sobre cómo avanza la investigación sobre los hechos denunciados. Según esto, aseguraron que no se ha encontrado información correspondiente con lo relatado por el adolescente al indagar a los compañeros del turno tarde y el personal de la institución.
Incluso señalan que visitaron al chico en su hogar y que los estudios médicos aportados por la familia del mismo no corresponden con lo denunciado.
Por su parte, la investigación judicial continúa en pie y está a cargo del Juzgado de Correccional y de Menores 1, al cual enviaron un informe desde la institución educativa. Asimismo, desde el SPEPM elevaron las constancias de trayectoria escolar del adolescente y manifestaron que mantienen un acompañamiento con profesionales del equipo de Apoyo y Orientación Escolar.
“Quieren lavarse las manos”
En comunicación con PRIMERA EDICIÓN la mamá del estudiante que denunció la agresión, Teresa, contó que ayer “estuvimos con el juez Monte y mi hijo empezó a llorar porque tenía miedo. Entonces citaron para mañana (por hoy) a los agresores”. En cuanto a cómo sigue su hijo, la mujer confió que “sigue mal, encerrado, mientras que los otros siguen en la misma”.
Sobre la actuación de la institución, aseguró que “el único acompañamiento que dan es cuando yo me acerco al colegio, donde hacen un acta y firman el libro, pero nada más. El jueves, cuando mi hijo cumplió 14 años, vinieron la psicóloga y su asistente, pero fue una visita de doctor. La única asistencia que agradezco fue la de la Línea 102, quienes me asesoraron y se pusieron a disposición por cualquier cosa que necesitáramos”.
La madre señaló que “me parece que quieren lavarse las manos, como están terminando las clases, quieren que vea si repite o sale de esta escuela”.
A nivel escolar, “tenía un trabajo integrador para las materias donde estaba flojo, pero no lo va a hacer porque no se siente bien. Él sigue con mareos, dolor de cabeza y hasta ahora siente el gusto en el agua, en la comida y en los olores de la casa del químico que lo obligaron a tomar”.
Teresa remarcó que “esperamos que nos digan qué químico le dieron, porque desconocemos las reacciones y cómo puede afectarle”.
Desde la institución, se resaltó que “el jueves cuando llevo a mostrar que dejaron a mi hijo moribundo ellos se asustaron. Presenté los papeles que tanto insistieron, porque al colegio sólo le interesa su reputación y la plata, no la salud de mi hijo, porque no les preocupa para nada”.
En el momento en que le comunicaron lo sucedido en el colegio “si yo no corría como lo hice, mi hijo hoy no estaría conmigo, porque estaba en shock y con 17 de presión”, remarcó la denunciante.
Actualmente, “sigue con miedo, cuando siempre fue un chico creativo y activo, pero ahora sigue en la cama, con mareos y realmente no está bien”.
Desde que registró la agresión al menor, indicó que “cada vez que intento dormir se me viene esa imagen de él en shock y toda la familia está preocupada, así que necesitaremos asistencia psicológica”.
También señaló que quiere tener “una junta con los padres, para que vean el daño hecho a mi hijo”.