Si bien nació en la pequeña localidad cordobesa de Laboulaye hace 36 años, Santiago Carabante se considera un misionero más, y es que cuando tenía apenas cuatro primaveras se mudó junto a sus padres a la tierra colorada.
“Todas mis hermanas son misioneras, y después mi esposa y mis hijos son todos de acá, así que bastante más misionero que cordobés”, relató a FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
Al terminar la secundaria, inició sus estudios en el Instituto Montoya de esta capital, donde de la mano de uno de sus profesores, Gastón Gularte, comenzó a introducirse en el mundo de las películas. “Él me ofreció trabajar en uno de sus proyectos: ‘Cara Sucia’. Ahí de a poquito fui entrando en este mundo”, comentó.
A partir de entonces fue escalando peldaños dentro del ámbito de la producción de los filmes. En 2014 conoció a Agustina Llambi, dueña de la productora “La Unión de los Ríos”, que lo llevó a trabajar junto a destacadas personalidades del cine nacional, como Santiago Mitre, en el remake de “La Patota”; o su labor como productor en “Los Vagos” de Gustavo Biazzi.
Fue así que, gracias a su gran tarea, fue convocado para estar detrás de todos los aspectos de una de las mejores películas nacionales de los últimos años y que, semanas después de su estreno, continúa en boca de todos: “Argentina 1985”.
Carabante recordó que ni bien se lo propusieron aceptó con entusiasmo trabajar en esta película, que narra la historia real de Julio Strassera (Ricardo Darín), Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) y su joven equipo jurídico que se atrevieron a acusar, a contrarreloj y bajo constante amenaza, contra los 9 comandantes responsables de llevar a cabo un plan sistemático de desaparición de personas durante la más sangrienta dictadura militar argentina.
“Pero en el medio del proceso dudé”, confesó. “Colapsé varias veces, me agarraron ataques de estrés, y de hecho le plateé seriamente a mi coproductora renunciar”.
“Es un trabajo muy pesado, yo estaba instalado en Buenos Aires, en el medio de la pandemia, con mis hijos acá (en Misiones). Nosotros filmamos en mayo del año pasado, cuando habían 80 mil casos por día y cuando a partir de las 19.00 no se podía salir más a la calle. Es muy difícil hacer una película, y peor una de este tamaño, es muy complejo, y si encima la tenés que hacer en el medio de una pandemia, hay un momento en que te desborda. Además, para La Unión de los Ríos era la primera vez en una película tan grande”.
Afortunadamente no arrojó la toalla, y hoy puede disfrutar del éxito de esta película que ha cosechado excelentes críticas y con los premios “FIPRESCI” del Festival de Venecia y “Mejor film” en el Festival de San Sebastián.
“Sabía que la película iba a estar bien, que era una buena. Yo confiaba en lo que habíamos hecho, y los elementos que la hacen una película presumiblemente importante están a la vista, pero después hay que ver qué pasa. Nosotros ya teníamos el apoyo de Amazon, un buen presupuesto, a Santiago Mitre, a Ricardo Darín, Peter Lanzani, un grande elenco, y un equipo técnico de primera línea, pero de ahí a que la película termine y la gente se pare y empieza a nombrar a los desaparecidos, o gritar ‘nunca más’, ver el llanto del público…”.
“En un momento de la película se recrea el testimonio real de Adriana Calvo de Laborde, quien tuvo a su hija en cautiverio arriba de un patrullero. Mientras la hacés nunca dimensionas en el momento que después te vas a encontrar con la hija de Adriana Calvo de Laborde en el estreno”, agregó.
Una lucha que nunca debemos olvidar
La película rescata además la importancia histórica de este juicio que defendió contra viento y marea la democracia, en un momento donde las heridas de la última dictadura continuaban abiertas. Una historia que tristemente había quedado un poco perdida en el recuerdo.
Como es el caso de “los pibes de Strassera”, un grupo de jóvenes donde la mayoría rondaban entre 21 y 23 años, y que durante meses trabajaron incansablemente, siendo su labor decisiva para demostrar la responsabilidad de los excomandantes en el plan sistemático de represión ilegal. Durante décadas, millones de argentinos ni siquiera supieron de su existencia, que recuperó la película de Santiago Mitre.
“Yo creo que todos lo descubrimos. No sé si es porque soy misionero y la currícula es otra, o fue mi colegio, pero a mí no me contaron de esto en la secundaria, y eso que fui bastante nerd, es decir, recordaría si me contaban de este juicio. Cuando se empezó a hablar de hacer esta película, yo sabía muy vagamente quién era Strassera, lo tenía mucho más presente en Moreno Campo por la tele, pero después los pibes de la fiscalía yo no sabía ni que existieron, cuando empezamos a desarrollar la historia yo simplemente no lo podía creer”.
Por otra parte, desde su estreno el film se ha convertido en un objeto de debate constante. “Todo el tiempo intentan convertirlo en un objeto político”, dijo el productor, aunque señaló que tampoco sea algo que le moleste.
“Sabíamos que la historia estaba contada, tanto para Strassera como para Moreno Campo, los pibes de la fiscalía, los testigos, y los jueces, todo desde el mayor respeto posible. Había mucho cariño y amor por todos los que iniciaron esta gesta, después si era inexacta o no, que los hechos no fueron tan así… no es un documental”.
El camino al Oscar y los sueños pendientes
Tal como había ocurrido en los premios Goya españoles, la Academia nacional de Cine seleccionó a “Argentina 1985” como la película que representará al país en los premios Oscar 2023, en la terna a Mejor Película Internacional.
“La película ya pasó el primer corte, que para mí es muy importante”, indicó Carabante.
Y es que los 250 miembros de la Academia seleccionaron este título sobre otras 61 opciones elegibles de este año. “Ya que tus propios colegas digan ‘che la película que queremos que nos represente es esta’, a mí me parece un montón. Pero bueno, también están el “Chino” Darín y Ricardo, que ya ganaron un Oscar con el ‘Secreto de sus ojos’”.
“Calculo que las aspiraciones son distintas, yo sueño, y nunca tuve miedo para esconderlo, con ganar un Óscar. Ahora el 21 de diciembre hay que esperar el segundo corte, donde los miembros de la Academia de Hollywood seleccionan 10 películas, y el 24 de enero a las cinco nominadas, así que faltan dos instancias”.
Por otra parte, se refirió a otras aspiraciones que espera alcanzar en el futuro próximo.
“Cuando empecé a ver cine tuve una primera película, que fue un poco eclipsada porque fue el mismo año que se hizo ‘La vida es bella’, que se llama ‘Estación Central Brasil’, a mí el final me desarmaba, siempre lloraba. Entonces siempre quise hacer que algún día la gente llore de emoción así, porque a mí me gusta más el drama que la comedia, quiero que la gente se desarme en un cine como me pasó a mí, y un poco pasó eso con ‘1985’”.
“También siempre quise dejarles algo a mis hijos, algo que trascienda un poco. Todas mis películas las siento importantes, pero sí pasó que mis hijos vengan y me digan ‘mi maestra habló de vos’, ‘dijo tal cosa’”, agregó.
Por último, destacó un proyecto que lo entusiasmaría realizar más adelante en su carrera. “Si tuviera que elegir algo que me quedara por hacer, sería una película de ciencia ficción tipo ‘Armagedón’, un blockbuster de ciencia ficción. Es algo que me gustaría experimentar”, cerró.
Un apoyo incondicional
Después de una producción de estas características no es de extrañar que lleguen nuevas ofertas para trabajos de igual o mayor calibre, pero Carabante comentó que de momento prefiere pisar el freno para estar con su familia.
“Nosotros terminamos ‘1985’ el año pasado, y en mayo de este año empezamos a filmar ‘Blondie’, la ópera prima de Dolores Fonsi como directora”, dijo.
“1985 empezamos a producirla un año antes, y era todos los días 12 o 15 horas de presupuestar, de diseñar, de pensar en cómo vamos filmar en pandemia, y ahora recién estrenamos. Y para la película de Dolores, empezamos la previa en febrero más o menos, la filmamos en mayo-junio, y recién ahora estamos de lleno en la posproducción, así que esperamos tenerla lista para los primeros trimestres el año que viene”.
“Victoria (su esposa) siempre supo que yo tenía cierta ambición con el cine, una que no se iba a satisfacer acá en Misiones, porque hay un devenir lógico que hace que te tengas que mover y estar fuera de casa. Yo empecé filmando “Le Blu” de Guillermo Rovira que se hizo toda acá; la siguiente fue “Los Vagos”, donde ya tuvimos que ir a Oberá una semana y a Ituzaingó otra; después otra donde nos instalamos cuatro semanas en El Soberbio”.
“Nunca imaginé es que iba a ser una película tan grande como ‘1985’, pero no lo podría haber hecho sin mi familia, mi viejo, mis hermanas, mis suegros, ni sin Victoria”.
“Para los que hacemos esto, nuestra vida personal siempre está pendiendo de un hilo, y quien hace el hilo siga existiendo a los cortes es la persona que tenés al lado”, cerró.