El haber estudiado materias como Historia del Arte, me permitió tener acceso a culturas, arte, filosofías, de diversos países.
Aproximadamente desde hace más de 60 años, Europa, EEUU y América han tenido interés de forma popular, por el crecimiento personal basado en un ejercicio para la salud mental y física, Occidente hace una mezcla de las sagradas tradiciones de Oriente con algunas técnicas de cuerpo, mente y espíritu, (movimiento denominado “Nueva Era”) se percibe a través de los años un gran relacionamiento con la vida interior y nuestra responsabilidad por el futuro del planeta. Inclusive en nuestra medicina tradicional hay modificaciones, menos determinista, más alejadas de la física y la biología, un cambio que se torna más intuitivo o fenomenológico, cercanos a la filosofía y ciencias chinas de millares de años, como la acupuntura y el Yoga Esotérico Taoísta, entre otras.
Los principios y métodos del Yoga Esotérico Taoísta, describen la teoría y la práctica de la Órbita Microcósmica, enseñanza básica de experiencias meditativas y la importancia de la circulación libre de la energía “Chi” en el cuerpo, como una técnica terapéutica autocurativa, una válvula de escape para prevenir efectos colaterales. En el siglo IV, Lao-Tse, inicio un clásico ensayo Tao Te Ching, “Tao” significa “camino o Poder” enfatizando la armonía individual (corporal) con las fuerzas de la Naturaleza; fue descubierta por sabios chinos empíricos.
Esta práctica de circulación de fuerza vital, es la transformación de la energía humana en su forma más pura: ganar poder interior en la mente y cuerpo, la educación comienza con el despertar esa energía curativa.
Es imprescindible para profundizarlo, estudiarlo, acudir a profesionales de conocido recorrido y formación, son conocimientos fundamentales que competen al ser humano “sano y consciente”.