De acuerdo al contexto, la geografía y, sobre todo, el interés que represente, en Argentina operan desde seis hasta catorce tipos de cambio (algunos muy paralelos) con sus propias dinámicas, microclimas y, lo más importante, costos. Y como si semejante cantidad no fuera suficiente, a las ya añejas restricciones cambiarias existentes desde hace años, ayer se sumaron dos tipos más.
La realidad de las reservas contra las necesidades de varios sectores productivos del país y contra lo acordado con el Fondo Monetario Internacional obligaron al Gobierno Nacional a impulsar otras dos variantes que entrarán en vigencia hoy con la publicación en el Boletín Oficial.
El desdoblamiento tiende inicialmente a proteger lo poco que hay en el Banco Central y, en segundo plano, a habilitar liquidez a diversos sectores como el de, por ejemplo, los eventos culturales (dólar Coldplay). Pero también los gastos de argentinos en el exterior quedarán alcanzados por un tipo de cambio más elevado e incluirá a los miles de compatriotas que viajarán al Mundial de Qatar (dólar homónimo).
Al contrario de las fuertes contracciones que viene sufriendo el mercado cambiario desde hace años, la familia de dólares paralelos se agranda.