Solamente cinco de los 21 ministros (sí, hay una veintena de ministerios en el país) sobrevivieron a las internas del Frente de Todos, durante la presidencia de Alberto Fernández.
Después, 16 de los elegidos por el Gobierno nacional se fueron en lo que va de la gestión presidencial. Y uno, Santiago Cafiero, consiguió no quedar desempleado al pasar de la Jefatura de Gabinete a la Cancillería.
Hay un caso particular, Mario Meoni, que falleció en el ejercicio de la titularidad del Ministerio de Transporte.
En el reparto, la mayoría de las fichas que se movieron eran del entorno más cercano al Presidente. Y se sumaron desde un gobernador (Manzur de Tucumán) hasta un intendente (Zabaleta de Hurlingham que se acaba de volver a comandar el municipio bonaerense en un enfrentamiento interno con La Cámpora). Y muchos son bonaerenses, bastión kirchnerista que el oficialismo pretende mantener en 2023.
En la mirada hacia el interior del país, salvo Manzur y la ingresante Ayelén Mazzina como ministra de Mujer, Géneros y Diversidad que es de San Luis, en la línea ministerial hay poca representación federal.
Estos cambios constantes no son precisamente una fortaleza para cualquier gestión. Ni la propia de la Casa Rosada, ni para los gobernadores ni los intendentes. Es un volver a empezar constante, en especial en áreas claves como Desarrollo Social y suma con Victoria Tolosa Paz a la tercera ministra (primero fue Daniel Arroyo, después Zabaleta y ahora la saliente diputada nacional). Cualquiera que pretenda asistencia en programas y obras del Estado nacional, debe tener carpetas coleccionadas y listas para presentar a los nuevos funcionarios para convencerlos de la viabilidad de las acciones. Un tremendo desgaste.
¿Alguien puede garantizar que será un recambio hasta el final del mandato de Fernández? Nadie se arriesgaría a semejante afirmación con los antecedentes antes mencionados.
En el medio están los millones de argentinos que pelean contra la pobreza y la indigencia que esperan medidas de un Estado en constante cambio político y poca estabilidad.