La explosión de una planta clandestina de gas, ocurrida el martes por la tarde en un depósito ubicado en el Paraje Juan Manuel de Rosas de Bernardo de Irigoyen, que dejó como saldo un joven herido de gravedad, volvió a encender las alarmas ante esta problemática que persiste en la frontera.
Al respecto, el jefe de Bomberos Voluntarios de Bernardo de Irigoyen, Matías Sánchez, expresó a PRIMERA EDICIÓN que “no es la primera vez que ocurre y la chacra en cuestión ya registró un siniestro similar”.
“Es la segunda vez que se asiste al mismo lugar y con la misma situación, nosotros somos informados a nuestra línea telefónica, que es el 100 de Bomberos, de explosiones en el paraje, adonde se dirige una de nuestras dotaciones en conjunto con Bomberos de la Policía de la Provincia y se constata el mismo hecho que hace un año habíamos tenido”, recordó.
Precisó que “cuando se llega al lugar no se encontraba nadie, ni el dueño ni nada, sólo el siniestro. La dotación procedió a contener el incendio que ya se había extendido hacia la maleza del exterior”, agregó.
Sánchez confirmó que se trataba de un depósito clandestino de gas. “Eso no está habilitado, lo que a nosotros nos sorprende es que ya es la segunda vez que ocurre lo mismo. Nosotros estamos preparados para un incidente fortuito, un accidente que no se puede prever, pero en este caso estamos hablando de dos siniestros, en el mismo lugar, en la misma chacra y de la misma índole”, advirtió.
Remarcó que “nos llama la atención que no haya ningún control de los organismos que deben controlar estas cuestiones”.
“El trasvase de gas argentino que hay acá en la frontera es un negocio millonario, y los que corren el riesgo son los trabajadores, la gente humilde que se emplea en estas tareas peligrosas y obviamente también todo el sistema de respuesta que existe en los municipios para contrarrestar estas situaciones. Se arriesga a policías, bomberos voluntarios y a la gente que está alrededor”, sostuvo. Luego manifestó que “es lamentable que después de un año vuelva a ocurrir lo mismo y parece que no pasa nada”.
Indicó además que “si se investiga un poco la posesión de esas tierras se encontrará a los dueños del lugar”.
El Jefe de Bomberos Voluntarios observó también que los cilindros que se trasvasan son los de 10 kilos, que son subsidiados por el Gobierno provincial, los cuales se llevan a Brasil donde se venden más caros.
“La verdad es que no sé la cantidad de garrafas que entran al municipio, pero obviamente sabemos que esas garrafas subsidiadas se trasvasan al país vecino donde tiene un margen de ganancia y mucho valor, por eso muchas personas se dedican a ese negocio clandestino”, contó.
Negocio redondo
La garrafa argentina de 10 kilos se comercializa en boca de expendio a $730, mientras que las subsidiadas por el Gobierno de Misiones mediante el Ahora Gas se consiguen a $520. En Brasil, en tanto, las garrafas de 13 kilos se venden en unos 70 reales, por lo cual si se saca la cuenta (conversión de reales a pesos) podemos estimar que el cilindro en el vecino país tiene un costo estimado de $3.000.
Esta diferencia es aprovechada para hacer negocios por quienes se dedican al contrabando de gas en la frontera.