Desde el próximo 15 de octubre y hasta el último día del mes, se podrá visitar en el Museo Juan Yaparí, ubicado en Sarmiento 1.885 de Posadas, “Kurundu: tras la huella de San La Muerte”, una exposición a cargo a Aquiles Coppini con la curaduría de César Iván Bondar y Ramón Gabriel Alegre.
La muestra que desembarca en Misiones tiene como objetivos reconocer, valorizar y difundir la labor del santero como productor de arte sacro popular, además de visibilizar la talla de la imaginería del San La Muerte en hueso y palo santo, y sus relaciones con los entramados de religiosidad a nivel regional.
También se busca reflexionar sobre la diversidad de estados pasionales de fe, la biografía religiosa de los devotos y las vinculaciones hombre-universo sagrado- más allá; y valorizar la talla de imaginería como patrimonio cultural regional.
La exposición se compone de tallas del San La Muerte en hueso, palo santo peruano y argentino. El tamaño de las piezas va de los pocos milímetros a 15 o 20 centímetros de altura. Asimismo, se instalará un altar de nueve pisos alegórico a las prácticas devocionales.
Como parte de la actividad se prevé la realización de una incrustación de San La Muerte a un devoto, de la mano del santero tallador Aquiles Coppini.
Sobre el expositor
Ramón Aquiles Coppini podría ser un buen argumento para una película. Estuvo preso 17 años. Consiguió tras muchas batallas legales su libertad, a través de un decreto que firmó hace un par de años el exgobernador de Corrientes Arturo Colombi.
Es uno de los talladores de imágenes de San La Muerte más destacados, y sus obras se venden actualmente en distintos países. Mientras estuvo preso, Coppini tuvo una excelente conducta, estudió, trabajó y aprendió el oficio de tallador, ayudado, como él mismo asegura, por su devoción en “el Santo”.
Participó de numerosas entrevistas, recibió visitas de interesados en sus obras, que fueron adquiridas y fotografiadas en innumerables ocasiones. Uno de esos fundamentales registros es la obra fotográfica de Iván Almirón -chaqueño- que rescata la antigua talla en hueso distintiva de la región.
En tanto, el sociólogo Horacio González dice de las obras de Coppini que “lo que allí surge es un catálogo de formas encantadas, legadas por milenios de talladuras populares, impresionantes en su rudeza de gruta idolátrica, con un santoral ingenuo que juega con un sentimiento aterrador”.
Las pequeñas obras de Coppini son muy requeridas en diferentes lugares del país, como así también en España, Portugal, Italia y Alemania. Coppini, totalmente dedicado a su oficio de artesano, viaja por el país con sus tallas y actualmente reside en Rosario, donde impulsa la instalación de un taller de imaginería popular.