Los humanos somos seres emisores y receptores de la energía que nos rodea, por lo que siempre estamos en un constante intercambio con los demás de esa carga vital. Es inevitable entonces que a lo largo del día recojamos algo de energía negativa y la llevemos con nosotros.
A todos nos ha pasado más de una vez que sentimos que la energía decae y nos invade cierto cansancio, malhumor, pensamientos negativos, irritabilidad: percibimos que nos enroscamos sin que nada lo justifique.
Para recuperar la vitalidad y el optimismo, debemos cortar de raíz ese círculo vicioso y actuar positivamente de un modo consciente. Es la manera de combatir el cansancio excesivo, los pensamientos oscuros, alejar las malas ondas y limpiar energías negativas para recuperar el equilibrio, el bienestar y la calma que necesitamos.
Por lo tanto, propongo un ejercicio fácil y muy poderoso para hacernos una limpieza energética y recargar nuestra batería mientras nos duchamos.
Vamos a cerrar nuestros ojos y a concentrarnos en nuestro tercer ojo. Con el dedo índice y el corazón nos daremos un golpecito para activarlo.
Y visualizaremos que estamos en una cascada de agua cristalina que mana directamente de la Fuente del universo.
Sentiremos que toda oscuridad y todo aquello que no nos pertenece se esfuma de nuestra aura.
Diremos en voz alta: ordeno mi espacio energético para fluir así con la Fuente universal.
Gracias, Gracias, Gracias. ¡Hecho está!
Y daremos un chasquido con los dedos. Sonreiremos y pondremos nuestras manos cruzadas en el corazón.
Respirando desde allí impulsaremos energía violeta 3 veces, rodeando nuestro cuerpo.
Y finalmente con nuestras manos sellaremos con luz dorada nuestra aura. Visualizándola grande y poderosa. Ahora solo nos disponemos a brillar.
Que el sol siempre ilumine tus pasos.