En 2009, cuando daba sus primeros pasos al frente del Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Misiones (CUCAIMIS), el ahora flamante vicepresidente del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), Richard Malán, reflexionó en una nota con PRIMERA EDICIÓN las razones por las que la provincia sólo había hecho dos ablaciones de órganos ese año frente a las más de 20 de Corrientes.
Exactamente una década después, Misiones logró una cifra récord: la misma tasa de donantes promedio de Europa, 25 donantes por millón de habitantes.
Parte del crecimiento de la provincia en materia de trasplante y donación se debe a este médico nacido en Uruguay y nacionalizado argentino que eligió la provincia para formar su familia y ejercer su profesión.
Esta semana, en una nueva entrevista con PRIMERA EDICIÓN habló sobre los desafíos de esta nueva función, los proyectos del Instituto en los que quiere trabajar, la admiración que tiene por lo que logró Misiones en materia de salud en tan pocos años, entre otros temas.
¿Cuáles serán sus funciones en el INCUCAI?
Antes, los vicepresidentes estaban encargados de las relaciones internacionales del Instituto que son muy activas porque INCUCAI es un organismo colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero en la actualidad, hay un área de internacionales que cumple esa función.
Por ello, estimo que trabajaré en los proyectos que ya están en marcha, dada mi experiencia tanto en sangre, células hematopéyicas como en órganos.
¿Cuáles son esos proyectos?
Uno de los proyectos que se quiere implementar dentro de la procuración de órganos y tejidos es la creación de los servicios de procuración en cada hospital del país con capacidad dadora de donantes. Esto será un proceso, no será de un día para otro, y hay diferentes actores en el sistema de salud que tienen que trabajar e ir coordinando cosas. El eje de este proyecto es incorporar la donación como responsabilidad de los hospitales y no que esté centrada en un grupo que viene de afuera para prestar estos servicios.
También hay subproyectos que parten de la creación de servicios de procuración, entre ellos cómo abordar la donación pediátrica y el programa de posparo para donación de córneas. En esto último somos muy exitosos en Misiones, desde todo el país nos miran sobre cómo hicimos para eliminar la lista de espera de córneas e inclusive ayudar a otras provincias con córneas cuando ya no necesitamos para los misioneros.
¿En Argentina se evalúa implementar las donaciones de órganos posparo cardíaco?
Precisamente también quiero trabajar en un programa que en Argentina ya se está iniciando pero todavía no está instituido formalmente, que es la donación que ocurre después del paro cardíaco. En nuestro país, desde hace un año y medio se produjeron estas donaciones pero todavía las donaciones de órganos ocurren en contexto de muerte encefálica.
¿Implica un procedimiento más complejo poder utilizar órganos de donantes con paro cardíaco?
Hay que elaborar los protocolos para hacer donaciones de órganos tras la parada del corazón y sí, tiene más complejidad pero de a poco se irá incorporando.
En Europa es una práctica que va en aumento y hoy tiene cerca del 30% de los donantes a partir de la parada cardíaca.
Obviamente esto requiere una logística e instrumentos más complejos. En Argentina se seleccionarán algunos lugares para poder hacerlo, y seguramente serán los que tienen la capacidad requerida para poder empezar.
¿Cree que lo hayan elegido en la vicepresidencia del INCUCAI tiene que ver con la labor de Misiones en materia de procuración y trasplante de órganos?
Sin dudas. Misiones es una gran vidriera para el país. En estos últimos 15 años atravesé las gestiones de cuatro ministros de Salud Pública y tres gobernadores y todos estaban enmarcados en un sistema de salud que se fue construyendo y nos dio la posibilidad a los que trabajábamos en el área que se destaque la política sanitaria.
Empecé a trabajar en Misiones en el 2006 y vi el crecimiento en todas las áreas de la salud: atención primaria y también los niveles altos de complejidad, primero con el hospital Madariaga y después el hospital de Oberá, Eldorado, el Pediátrico, de Iguazú… de este modo, se fueron dando las condiciones para que pudiéramos hacer todo lo que hicimos en procuración y trasplantes de órganos y tejidos.
En pocas palabras, recuerde lo que se hizo en Misiones en sangre y órganos
La política en sangre (centralizada, segura y con colectas extramuros), que desarrollamos durante 14 años llevaron al Banco Central de Sangre de Misiones a convertirlo en un lugar de última tecnología y con reconocimiento nacional e internacional.
Y con el CUCAIMIS recorrimos el mismo camino, logramos tener en 2019 la tasa de donantes equivalente a la de Europa; generamos un programa de trasplantes de córneas, de riñón y de médula ósea, creamos el banco de tejidos, el laboratorio de histocompatibilidad… un gran desarrollo que me encontró a mí a la cabeza pero por supuesto había un sistema de salud atrás y un grupo de personas, un equipazo, trabajando conmigo.
Después, cuando en la Nación vieron lo que hicimos con médula en la provincia me ofrecieron en 2020 coordinar el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas.
¿Cómo concilia su nueva responsabilidad con su vida familiar?
Desde 2020, voy y vengo desde Buenos Aires. Tengo hijos todavía muy chicos pero cuento con el apoyo de mi compañera Romina que me permite que esté varios días en la semana fuera de mi casa siguiendo lo que me apasiona, porque esto me apasiona, no lo vivo como un ascenso en un trabajo. Por suerte, en la actualidad hay herramientas tecnológicas que me permiten ver y hablar con mis hijos todos los días… aunque la distancia no deja de ser un poco dura para la familia.