La garrapata común del bovino es el parásito más importante que afecta a la producción bovina en todo el mundo. En nuestro país, alrededor de 20 millones de animales se encuentran expuestos a esta parasitosis.
El tratamiento para garrapata común en la Argentina se realiza con productos veterinarios llamados acaricidas. En relación a su uso, Victoria Rossner -Investigadora de INTA Colonia Benítez- afirmó que “hay que tener en cuenta dos cuestiones: por un lado considerar la resistencia que producen a lo largo del tiempo y, desde el punto de vista de la salud humana, también es importante tener en cuenta cómo afectan en la inocuidad de los alimentos”.
Para medir el efecto del control estratégico de garrapatas en bovinos sobre variables productivas, desde el INTA, se realizaron estudios en los cuales se utilizaron productos veterinarios en un momento determinado del año para combatir esta parasitosis.
“Está demostrado que trabajar y controlar estos parásitos mejora la producción”, afirmó Rossner y agregó que, en Argentina, “no existían datos medidos y registrados científicamente” por lo cual, desde el INTA “se tomaron distintas poblaciones y se realizó el seguimiento de tres grupos de bovinos, de los cuales dos fueron tratados con control estratégico de garrapatas y uno no”.
Para el estudio, se seleccionaron dos establecimientos -uno en Chaco y otro en Corrientes- y se realizó el seguimiento durante 10 meses de los tres grupos de bovinos. Un grupo recibió el tratamiento con control estratégico de tres aplicaciones, otro grupo con cuatro aplicaciones y un grupo de control no recibió tratamiento contra la garrapata.
Según Rossner, una vez finalizado el período de estudio “comparamos los datos entre los grupos y lo interesante fue poder registrarlos con un metido científico y poder publicarlo”, y agregó: “Obtuvimos respuestas muy significativas para el productor de bovinos en crecimiento”.
Los resultados obtenidos demuestran que los dos grupos que recibieron el tratamiento con control estratégico obtuvieron ganancias de peso diarias de entre 300 y 400 gramos, “que son las mínimas necesarias para que un animal pueda desarrollarse”, explicó Rossner, mientras que los animales que no recibieron tratamiento “obtuvieron ganancias mucho menores a lo largo del período de estudio”.
Tratamiento
Para el control de la garrapata del bovino, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) recomienda la aplicación de tratamientos garrapaticidas de manera estratégica, mediante un uso racional y la alternancia de productos veterinarios con principios activos (drogas) diferentes.
Un tratamiento estratégico debe basarse en la alternancia o rotación periódica de los garrapaticidas utilizados, con diferente principio activo (amitraz, piretroides, mezclas de piretroide y fosforados, ivermectina, doramectina, abamectina, fipronil, fluazuron) y forma de aplicación (baños, inyectables o pour-on).
Los productos veterinarios garrapaticidas utilizados que deben estar registrados y aprobados por el SENASA, deber ser administrados siguiendo las indicaciones de uso del laboratorio elaborador.
Recomendaciones
Cuando se usan productos inyectables o pour-on (derrame dorsal), es fundamental que la dosis se ajuste al peso del animal para evitar una sobre o una sub dosificación del producto y, en consecuencia, efectos adversos o secundarios en los animales o una falla en la eficacia del producto.
Además, un uso responsable de los tratamientos utilizados evita la acumulación de residuos de principios activos o sus metabolitos en los tejidos, por encima de los límites máximos permitidos en la elaboración de productos y subproductos de origen animal y de esta manera, se asegura que resulten inocuos para el consumo humano.
Para un uso racional de estos productos veterinarios, se deben evitar los malos hábitos de tratamientos mono drogas (reiterar el uso del mismo producto o principio activo) y su utilización hasta el agotamiento, camino que conduce inevitablemente a la falla de eficacia y al desarrollo de resistencia a los medicamentos, por parte de las garrapatas.
Los reiterados tratamientos con una sola droga o distintos productos comerciales formulados en base a los mismos principios activos, constituyen la principal causa del desarrollo de cepas de garrapatas resistentes.
Cabe alertar además sobre la posibilidad de dispersión de estas cepas resistentes hacia otros establecimientos, debido al traslado de animales parasitados, provocando un impacto negativo sobre su sanidad y productividad.
Antes de aplicar un tratamiento, y para preservar las drogas disponibles, la eficacia de los tratamientos garrapaticidas y evitar el desarrollo de resistencia, es necesario que los productores de ganado bovino realicen, a través de un veterinario, un diagnóstico de laboratorio que les permita conocer el perfil de sensibilidad de la cepa de garrapata de su establecimiento a los productos que se quieran emplear.
En la página web del SENASA se puede consultar el listado de productos garrapaticidas aprobados.