Este 6 de septiembre se cumplen 502 años de un hito sin precedentes hasta entonces: la primera vuelta completa al mundo, en 1522.
La gesta estuvo a cargo de los exploradores marítimos Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, aunque este último fue el único que pudo finalizar una de las más grandes hazañas de la historia, luego de tres años de navegación, durante la cual falleció su compañero.
Esta expedición financiada por la Corona española no fue un viaje de placer y mucho menos de distracción, ya que estuvo llena de complicaciones: murieron 221 hombres de un total de 239, entre ellos uno de sus ideólogos; y perdieron cuatro de las cinco naves con las que iniciaron la odisea.
En 1519 Magallanes zarpó de Sevilla con el objetivo de encontrar un paso hacia el Pacífico y llegar a las islas de las especias, pero antes de alcanzarlas murió el 27 de abril de 1521; quien lo logró fue Elcano, que decidió volver por el Índico, a través de aguas portuguesas prohibidas. Los dos comandaron una empresa comercial que cambió la imagen de la Tierra y por fin pudo decirse que era totalmente redonda.
Vale recordar que además del hito de poder dar la vuelta al mundo esta expedición lograría lo nunca antes otra tripulación había logrado. El 27 de noviembre de 1520 tres de los cinco barcos al mando del capitán Fernando de Magallanes cruzaba el estrecho que comunica el Océano Atlántico con el Pacífico. El mismo que décadas más tarde llevaría el nombre del propio Magallanes.
Después de 36 días navegando por el estrecho, ubicado en el extremo sur de Chile, entre lo que ahora conocemos como La Patagonia y la Isla Grande de Tierra de Fuego, los navegantes de las naos Victoria, Concepción y Trinidad estaban a punto de ser los primeros en cumplir el sueño de Cristóbal Colón: llegar a oriente por occidente.
Antonio Pigafetta, el cronista de la expedición y uno de los 18 sobrevivientes de los 250 hombres que se embarcaron en Sevilla, escribió en su diario que al grito de ¡Mar abierto a la vista!, los marineros y el capitán Magallanes “habían llorado de alegría”. La empresa encomendada por el rey Carlos I de establecer una ruta de especias entre España y las Islas Molucas, en Indonesia, para traer a Europa canela, nuez moscada, pimienta negra y, sobre todo, clavo de olor parecía estar cada vez más cerca.
A partir de ese momento, la expedición navegó hacía el norte durante más de tres meses sin encontrar tierra firme. Los tripulantes padecieron hambre y enfermedades. El pan se había convertido en polvo lleno de hongos y gusanos; el agua era escasa, estaba caliente y olía a podredumbre; y las ratas eran un manjar, que los aventureros alternaban con aserrín de madera y cuero remojado, cuenta Pigafetta en su diario.
Los marineros que sobrevivieron al escorbuto y a los enfrentamientos con las tribus nativas que se encontraron a su paso siguieron el camino por alta mar, arribaron al archipiélago de San Lázaro en Filipinas y de ahí llegaron a las Islas Molucas.
Allí compraron 27.000 kilos de clavo de olor y emprendieron el regreso a casa. En total recorrieron 14.460 leguas hasta que el 6 de septiembre de 1522 volvieron por fin a Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz (España), culminando así la primera vuelta al mundo.
Esta primera vuelta al mundo duro tres años, los cuáles estuvieron marcados por temporales, ataques de los indígenas, de los portugueses, muertes, falta de víveres y agua que tomar, en varios tramos de la travesía.
Juan Sebastián Elcano, el héroe que estuvo de principio a fin, salió junto a 239 hombres a bordo de la nao Victoria capitaneada por Fernando de Magallanes. Pero volvió al mando y con solo 17 hombres después de que Magallanes falleciera en pleno viaje y perdiera a cientos de marineros por hambre y enfermedades. En total recorrieron 14.460 leguas, o 69.813 kilómetros.
Fuentes: El País, National Geographic y Antena3