Vemos, sentimos, percibimos e interpretamos la realidad según nuestras creencias y experiencias pasadas. Incluso cuando estamos despiertos y somos conscientes del mundo que nos rodea es como que estuviéramos dormidos.
Sin embargo, tenemos la capacidad de despertar en lugar de dormir y de vivir otra dimensión de la realidad: la espiritual.
Despertar es ser conscientes del impacto que tienen nuestros pensamientos y creencias en nuestro modo de vivir la vida y las relaciones. Es darse cuenta de que la persona, aquí y ahora, puede liberarse y ser feliz.
La facultad que nos guía hacia esta libertad es la intuición. La meditación ayuda a despertar la intuición.
La voz de la intuición se apaga cuando la mente está dispersa y dominada por el temor, cuando el intelecto analiza, critica, culpa y juzga erróneamente.
No existe una sola voz interior sino muchas: tu ego, tu pasado, tus deseos y sentimientos, tu lógica y además la opinión de los demás y la voz de tu intuición conectada con tu conciencia.
La meditación te ayudará a que aclares ese mundo interno y escuches tu sabiduría innata. Así, mejorará tu concentración, tu capacidad de decidir y en consecuencia, actuarás con mayor determinación.
La práctica regular de la meditación te permite entrar en contacto con la esencia inmutable de tu ser, con lo mejor de ti. Te ayuda a reconocer y comprender tu identidad y liberar la energía espiritual, qué es la base del pensamiento elevado.
Meditar no es difícil. Ahora mismo puedes parar un momento. Siéntate y crea un espacio silencioso en tu interior.
Sé consciente de tus tensiones y de lo que estás pensando. Relájate. Respira profundamente. Dirige tu atención hacia tu interior. Descubre un espacio tranquilo, calmado, donde te sientes a salvo de cualquier influencia externa. Siente la calma.
Tu mente se tranquiliza, se vuelve silenciosa y pacífica. Funde la expansión de los pensamientos. Concéntrate en tu verdadera esencia.
Siente tu propia presencia, la energía de tu ser. Vislumbra lo que realmente eres, un ser fuerte, un ser sin limitaciones. Permanece en silencio y sonríe.
Regálate momentos de silencio para conectar con lo esencial de tu ser. Medita al inicio, durante y al finalizar la jornada.
Tu conciencia se mantendrá despierta viviendo tu esperanza, tu motivación y tus valores.
Encuentra tu propio camino hacia la trascendencia.
Felicidades para tu vida.