En este último tiempo y en concordancia con la actual crisis económica se han incrementado los casos de abigeato en el interior de Misiones. Prueba de ello es que días atrás estos “faenadores ilegales” regresaron con más fuerzas y volvieron a perjudicar de manera enorme a laboriosos trabajadores ganaderos de la zona Norte de la Provincia, con el robo y asesinato de varias cabezas de ganado vacuno.
Al respecto de este tema, este lunes Walter Köhnke, productor ganadero de Puerto Esperanza, dialogó con la FM 89.3 Santa María de las Misiones y contó como vive en carne propia la inseguridad rural, y el faenado ilegal de su ganado a metros de su propia chacra.
“Para ponerlos en contexto, veníamos de un ‘veranillo de no tener incidentes’, en los últimos tres meses. Básicamente hace casi un año que no teníamos robo de ganado, merced a un muy buen trabajo de la Policía de Misiones en este último tiempo, pero esa paz se terminó hace dos meses y en ese tiempo nos robaron 10 animales hace unos 10 días. En tanto, hace ocho días atrás tuvimos un nuevo caso de abigeato donde mataron a tres animales más y solo se llevaron a uno; y para completar esta madrugada nos desayunamos que básicamente mataron a tres animales, de los cuales faenaron dos y a uno lo dejaron tirado; y encima en en algunos casos los mataron a balazos”, sintetizó el productor
Para colmo, “machetearon a ocho animales más y les dejaron cortadas las piernas, los tendones, en los tobillos, por lo que hemos tenido que liquidar esa hacienda, sin ningún tipo de beneficio porque es hacienda que no hay manera de recuperarla o de tratarla de manera tal que se recupere”.
En síntesis, “en los últimos dos meses hemos sufrido la pérdidas de 18 vacunos por abigeato”, detalló Walter Köhnke.
“En Misiones el abigeato es excarcelable”
Por otra parte, lamentó que “en Misiones el robo de abigeato es excarcelable. Alguien que comete abigeato a las 72 horas está de nuevo en su casa. Ese es el primer gran problema que hace que este tipo de eventos nunca se acaben”.
En tanto, sobre cómo ocurren los hechos de robo en sí, graficó que “la hacienda en general es calma y a la vez curiosa; entonces esta gente se instala después que los dueños van a descansar. Cuando nos retiramos, la gente entra a delinquir. En el campo siempre hay lugares donde esconderse y ahí cometen los hechos, con agravante de la utilización de armas de fuego y todo un proceso organizado para transportar gran cantidad de kilos de carne, eso no lo hace una sola persona”.
Al ser consultado, sobre si sospecha de alguien en la zona, Köhnke remarcó que “lamentablemente no”, aunque “hay un vox populi en la zona donde se sabe las personas que están involucradas en estos hechos. Siempre insisto con lo mismo: la cantidad de vándalos en este rubro, hablamos de un pueblo de 30 mil habitantes. Es un rubro muy específico y cuando uno empieza a indagar, no es un hecho tan difícil de identificar, pero nadie se anima a testificar”.
También cuando se le preguntó si sabe a dónde va a parar toda esa carne faenada, contestó: “No lo quepa la menor duda de que va a la venta. Literalmente sabemos que los delincuentes levantan pedidos antes de ir a robar las cabezas de ganado y faenarlos. Ya tienen en vista donde van a entregar la carne, y quiénes son los compradores. Gente de barrio, carniceros. La gente vende la carne”.
“Si hay apoyo político, esto se soluciona”
Por otra parte, en relación al camino a seguir tras estos lamentables hechos, este productor ganadero de Puerto Esperanza señaló: “Si hay apoyo político esto se soluciona. La Policía avanza en los hechos, siempre y cuando tenga el apoyo y la predisposición política, para que pueda avanzar y resolver los hechos. Caso contrario, esto no se soluciona ni en el inmediato, ni en el corto plazo. Además, cuando no haya un cambio en las leyes, evidentemente los productores que estamos en esta actividad seguimos cortando uñas y dientes, porque no tenemos garantías desde la Justicia“.
En el tramo final de la charla, se le consultó cuánto lleva perdido en dinero, a raíz de estos robos de ganado, y detalló: “Solo en el día de hoy, perdí 700 mil pesos con los animales muertos, faenados y mutilados. Pero, si tomamos el total de las cabezas, perdí el total de la ganancia de un año y medio de trabajo del establecimiento. Vamos a tener que trabajar un año y medio para recuperar lo perdido”.