El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) subrayó la necesidad de proteger a las abejas por su rol en la polinización de muchos alimentos y recomendó acudir a actores organizados del Estado, rescatistas y organizaciones de productores para trasladar las colmenas a ámbitos amigables, ante la llegada de la próxima primavera y la posible aparición de enjambres.
El Senasa informó que las abejas contribuyen a la biodiversidad de los ecosistemas naturales y tienen una relación directa con la mayoría de los alimentos que consumimos; prácticamente tres de cada cuatro alimentos están relacionados en forma directa con el accionar de los polinizadores y fundamentalmente, con el de las abejas.
La polinización que realizan las abejas favorece la producción de más cantidad y mejor calidad de frutas y hortalizas: café, sandía, melón, uva, frutilla, frambuesa, frutas de carozo y pepita, naranja, almendras y cerezas, entre muchas otras.
Desde hace unos años, el Senasa está comprometido en la difusión de la importancia de cuidar a las abejas.
“Las llamamos nuestras pequeñas heroínas por su vital rol en los ecosistemas y en la producción de alimentos”, sostuvo Mauricio Rabinovich, responsable del Programa Nacional de Sanidad Apícola del organismo sanitario.
Aproximadamente para los meses de septiembre y octubre se comienzan a visualizar más abejas a nuestro alrededor debido a la suba de las temperaturas y una mayor oferta en cantidad y variedad de alimentos para ellas.
“Tanto en la ciudad como en el campo, tenemos plantas con flores, que producen y ofrecen su néctar como alimento. Las abejas utilizan ese aporte de nutrientes y energía para crecer y desarrollar su colonia. Es por eso que, en primavera, las colmenas comienzan a tener más movimiento. Al aumentar la oferta de alimento disponible en el ambiente se incrementa su actividad y su población”, explicó Rabinovich.
La multiplicación y división natural de las colonias de abejas provoca la enjambrazón, como se denomina cuando parte de la población de una colmena se instala en un nuevo lugar que puede ser en viviendas, árboles o la vía pública.
“El enjambre es el resultado de la división natural de la colonia de abejas merced a la bonanza de oferta de alimentos. Se pueden llegar a instalar en lugares donde estén protegidas como el techo de una casa o un taparrollo, y eso causa sorpresa y eventualmente molestias o inconvenientes en la vida cotidiana de las personas”, explicó Rabinovich.
Para cuidar a las abejas, el Senasa recomienda que las personas que tienen contacto con esos enjambres naturales se comuniquen con los actores del sector, que son los apicultores y apicultoras, para que acudan al lugar y los rescaten; y tener en cuenta que algunas provincias cuentan con un registro donde se encuentran inscriptos los rescatistas de enjambres que tienen organizados en sus áreas urbanas y suburbanas:
El organismo también recordó que hay municipios que están en contacto con asociaciones de productores y productoras para que cuando se comuniquen los vecinos y vecinas, se les indique dónde y a quién llamar, y que normalmente los apicultores/as dejan sus teléfonos disponibles a los bomberos voluntarios y/o Defensa Civil de cada zona.
Desde el Senasa, y dependiendo de dónde vive el vecino o vecina, se les puede brindar orientación; para lo cual se sugiere escribir un correo electrónico a [email protected]
Para más información, las personas interesadas pueden comunicarse a los correos electrónicos [email protected] o al de la Coordinación de Agricultura Familiar [email protected].