Con el lema “Promesa de Autocuidado” se conmemoró ayer el Día Internacional del Autocuidado de la Salud, instituido por la Federación Mundial de Autocuidado (GSCF, por sus siglas en inglés) cada 24 de julio aludiendo a la necesidad de implementar medidas de protección de la salud y cultivar un estilo de vida saludable las 24 horas del día, los siete días de la semana.
En este sentido, el sedentarismo se considera el desafío más importante, ya que se estima que alrededor del 57% de la población adulta de la región tiene sobrepeso y el 19% padece de obesidad, condiciones que favorecen gravemente el desarrollo de enfermedades crónicas que representan inversiones millonarias de los sistemas de salud para su tratamiento y que explican el 30% de mortalidad por enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión y enfermedad renal crónica.
Particularmente, en Argentina, la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso-obesidad) creció casi un 4% en poco más de una década, alcanzando ya a casi dos tercios de la población medida en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo.
Y si se suma la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedad renal crónica, según el último informe de Estadísticas Vitales (DEIS) del Ministerio de Salud correspondiente al año 2020, la cifra alcanza a 112.477 individuos, que representa el 31,9% de los decesos por causa definida según la autoridad sanitaria.
Ante este panorama, el autocuidado (definido por la Organización Mundial de la Salud como “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y afrontar enfermedades o discapacidades con o sin la ayuda de un proveedor médico”) es cada vez más relevante, especialmente a partir de la pandemia de COVID-19.
Independientemente de la mayor o menor pericia de las autoridades a la hora de protegernos, este día nos recuerda que el actor más importante a la hora de cuidar nuestra salud somos nosotros mismos.