El mundo de la cultura litoraleña lamenta este miércoles 13 de julio el fallecimiento de Gregorio Molina, uno de los cantores, guitarristas y compositores que puso en lo más alto el nombre de Misiones en la escena del chamamé.
Nació en Puerto Libertad (antes Puerto Bemberg) el 4 de enero de 1937 y se inició en el mundo de la música a los 11 años de la mano del maestro Wenceslao Casco, al integrar un orquesta de diversos estilos musicales.
Tiempo después y en una gira por Misiones el bandoneonista rosarino Damasio Esquivel le realizó una prueba y quedó como integrante de su conjunto, de ahí haría varias giras por el país e inclusive el Paraguay.
A los 18 años regresó a Misiones y realizó el servicio militar por lo que su carrera artística se vio momentáneamente interrumpida.
Tras dicho paso, integró el conjunto “Los Posadeños” dirigido por Salvador “Chaloi” Jara, conjunto con el que es descubierto en un festival que se desarrollaba en Misiones por los hermanos José y Antonio Pilepich, que luego de oírlo tocar, lo recomiendan al maestro Ernesto Montiel.
A finales de la década de 1950 se integra al “Cuarteto Santa Ana” permaneciendo en el mismo por un lapso de 4 años, dejando recordadas grabaciones como solista como “Cambá Ricardo”, “El Mosquito”, “Fueron tus ojos“, “A Cacho Colman” y también cantando a dúo con Juan Carlos Moor.
Posteriormente reingresa al sexteto de Damasio Esquivel con el que graba para el sello “Pampa”, además de actuaciones y grabaciones de la “Embajada Cartelera Correntina” de Polito Castillo y con el conjunto “Santo Tomé” que dirigían los hermanos Pilepich.
En el año 1964 lo convoca Don Mario del Tránsito Cocomarola, compartiendo escenarios y grabaciones por casi 5 años, participando como primera guitarra y cantante en las placas “Caraí Chamamé”, “1° en chamamé” y “Postal Correntina”.
En estas registros formó un celebrado dúo junto a Lisardo Cáceres en inolvidables grabaciones como “Virgencita de Itatí”, “Rosa de amor” y “Panambí” y su arreglo de guitarra en el tema “La flecha“ sigue sorprendiendo a colegas y público.
Paralelamente, en 1965 forma su primer conjunto acompañado músicos como Arturo Kaufmann, Luciano Silva y Felipe Ferreira, realizando sus primeras grabaciones como solista para el sello “Philips”, formando nuevamente dúo con Juan Carlos Moor.
Participaron de estas grabaciones además sus comprovincianos Martín y Lulo Riveros. En la década de 1970 forma un nuevo conjunto acompañado de Juan Carlos Fernández y los hermanos Candia. Con esta formación graba el disco “Lenguaje de eternidad” y posteriormente “Homenaje a Ernesto Montiel”.
Fue autor de más de 200 obras, muchas de ellas fundamentales de nuestro cancionero entre las que podemos recordar “A Villa Guillermina”, “Cinto ancho”, “Viejo ceibo”, “Los pagos del chamame”, “Mi flor guaraní”, “Mi chacra” y su obra más difundida “Virgencita de Itatí”, entre otras.
Fuente: fundacionmemoriadelchamame.com