De vuelta en casa, pero ahora, para entrenar. El misionero Ariel Atamañuk inició en las últimas horas la preparación para el Mundial de Paracanotaje de Canadá, aunque con diferencia de escenario: por el clima, tanto él como sus compañeros de la Selección Argentina dejaron Tigre, en Buenos Aires, y entrenarán durante todo un mes en Posadas.
Luego de su paso por los Juegos Paralímpicos de Tokio y la reciente participación en la Copa del Mundo de Polonia, el oriundo de Santo Pipó llegó por primera vez a la tierra colorada para entrenar, algo que, reconoció, era materia pendiente. “Es una alegría poder entrenar en mi provincia”, dijo apenas llegó al Centro Provincial de Alto Rendimiento Deportivo (CePARD), dependiente del Ministerio de Deportes provincial.
Ariel… ¿Qué significa para vos entrenar en Misiones?
Es una alegría poder entrenar en mi provincia y remar en nuestro río Paraná, que es muy lindo. Nos vinimos con el equipo nacional de paracanotaje para prepararnos para el Mundial y el Panamericano, que se realizarán en Canadá. Vamos a entrenar acá hasta el 27, tanto en el CePARD como en el Club CAPRI y en el río, claro.
La temperatura es un factor clave…
Sí, ese es el principal motivo. Aprovechamos que acá hace más calor que en Buenos Aires. Quizás la temperatura en grados es la misma, pero allá el frío se siente muchísimo más. Y después, el agua, que acá es mucho más limpia, así que estamos aprovechando todo eso, el agua, el calor y el paisaje.
¿Es la primera vez que venís a entrenar a Misiones?
Sí, sí, la primera vez, porque estoy radicado actualmente en Tigre, donde entrenamos, y siempre que vengo es por vacaciones. Igualmente, entre Tokio y la pandemia, ya hacía como tres años que no venía. Y esto era algo que tenía pendiente.
¿Cómo fueron estas primeras horas en la provincia?
La verdad es que todo más que bien y muy agradecido con todos los misioneros por el cariño y la predisposición. El CePARD y el CAPRI, muy lindos, la gente muy buena y predispuesta, nos recibieron muy bien. La gente es muy cálida. No sé de dónde me conocen, pero ya varios me saludaron en la calle (se ríe). Eso me alegra mucho y es una caricia al alma. Y aprovechando también para mostrarles a mis compañeros todo lo nuestro, así que aprovecho para reencontrarme con muchas tradiciones. Hoy, por ejemplo, nos dieron mbeyú en el desayuno, así que les cuento a ellos qué es y todo eso, así como las plantas y frutas, muchas de las cuales son muy de acá.
¿Cómo son estos primeros días en Posadas?
Son días de intenso entrenamiento, con dos turnos diarios de agua, además de gimnasio. Pero se disfruta y tratamos de dejar todo. El cansancio está, pero quiere decir que las cosas se están haciendo bien.
¿Qué objetivos te propusiste para Canadá?
Mi objetivo, tanto en kayak como en canoa, es llegar a la final. Siempre apuntamos arriba, porque hay sólo tres medallas. No obstante, será esa meta o al menos estar entre los seis primeros, porque el próximo año ya arrancan los clasificatorios rumbo a los Juegos Paralímpicos de París 2023 y la meta es llegar de la mejor manera.