En su presentación ante la Asociación Empresaria Argentina (AEA), en la que defendió su más reciente creatura, el impuesto a la “renta inesperada”, el ministro de Economía, Martín Guzmán, relativizó el hecho de que -cuando a los impuestos nacionales se suman los provinciales y los derechos, tasas y contribuciones que cobran los municipios- en el país existan 165 tributos, según la actualización más reciente del “Vademécum Tributario” del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Guzmán dijo que a nivel nacional existen sólo 28 impuestos (aunque el relevamiento del Iaraf da cuenta de 41), preguntó retóricamente “¿Hay alguien que paga 165 impuestos?”, contestó que “nadie paga eso” y restó importancia al número de tributos destacando que, al igual que EEUU, la Argentina es un país “federal”.
Además, el ministro dijo que de los impuestos nacionales, 12 explican el 94,5% de la recaudación total (tácito reconocimiento a la conveniencia de una simplificación) y que “en las provincias habrá que ir eliminando gradualmente los más distorsivos”, soslayando que, durante su gestión ocurrió lo contrario: un nuevo “Pacto Fiscal” habilitó a los gobiernos provinciales a desistir del compromiso previo de disminuir el más distorsivo de todos, Ingresos Brutos, e incluso a volver a aumentar la alícuota general.
Guzmán dijo también que la presión tributaria en la Argentina es en promedio más baja que en los países de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), suerte de “Club de países ricos” de alta tributación y servicios públicos de calidad superior a los que brinda el Estado argentino, como reflejan, por caso, las estadísticas de seguridad ciudadana y los resultados de pruebas estandarizadas internacionales que miden el aprendizaje escolar.
Nadin Argañaraz, director del Iaraf, ratificó a Infobae la cuenta de 165 tributos del “Vademécum 2022”, aunque aclaró: “bajo ningún punto de vista afirmamos que una persona o empresa paga 165 tributos; interpretarlo así es de mala fe”. Sin embargo, añadió, “si una empresa opera en las 24 jurisdicciones tiene que tributar en todos los municipios donde opera, cumplir convenios multilaterales y asumir los costos de administración que eso significa”. Y añadió: “las tasas municipales tienen un alto costo de fiscalización, es necesario simplificar, pero no es lo mismo número de tributos y presión tributaria: se podría tener un impuesto de suma fija para las personas y ser de alta carga fiscal; son cosas diferentes”.
Muchos y pesados
En el caso argentino, sin embargo, conviven alto número de tributos y alta carga fiscal. Al respecto, la Fundación Libertad y Progreso consideró que la aprobación del impuesto a la Renta Inesperada “ubicaría al país con el mayor impuesto a los ingresos de las empresas en el mundo”. En base a datos de la American Tax Foundation, las empresas con ganancias superiores a los $1.000 millones (al dólar libre, menos de USD 5 millones) alcanzadas por el nuevo tributo pagarán una alícuota de 35% por sus ganancias netas imponibles y, sobre el excedente de $1.000 millones, un adicional de 15%, con lo que el último tramo será de 50%. Además, recordó, para las empresas ya rige también un impuesto complementario del 7% sobre el giro de utilidades.
“El esquema actual de Impuesto a las Ganancias para sociedades ya posiciona a Argentina entre los 10 países con mayor presión impositiva; en comparación, el impuesto sobre los ingresos de las empresas en Chile es de 10%, en Uruguay del 25% y en Perú del 29%”, dice el informe, que recuerda además que se trata de la quinta reforma del Impuesto a las Ganancias para Sociedades desde 2016.
“El Gobierno encontró una excusa en los efectos de la invasión de Rusia y Ucrania para presionar más al sector privado y tratar de aminorar el déficit fiscal”, dijo Lautaro Moschet, economista de la Fundación. “Las ganancias o pérdidas son naturalmente parte de la actividad económica. Cuando acotan el margen superior de ganancias, pero el límite inferior sigue siendo el mismo los incentivos para seguir participando en el mercado son menores y también los incentivos a invertir”, dijo Moschet.
Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso contó a Infobae, que es la segunda suba del Impuesto a las Ganancias sobre las sociedades que realiza este gobierno y criticó “la estructura disfuncional del tributo, con alícuotas altas y falta de mecanismos efectivos para deducir inversiones; de ahí que en los regímenes especiales sectoriales siempre se incorporen modificaciones al tratamiento de este impuesto para las inversiones”.
Marí recordó además que, entre otras cosas, en 30 meses el Gobierno aumentó el impuesto a las Ganancias, Bienes Personales, Derechos de Exportación, al Cheque, habilitó a las provincias a aumentar Ingresos Brutos, eliminó las alícuotas reducidas de IVA para productos de la canasta básica y creó el denominado Impuesto PAIS (a las compras de dólares)”.
Evolución reciente
Marcelo Capello, vicepresidente del Ieral de la Fundación Mediterránea y experto en temas fiscales, precisó a que la presión tributaria de los tres niveles de gobierno, subió de 21% a 34% del PIB entre los años 2000 y 2015, bajó luego a cerca de 30% en 2019 y volvió a subir hasta cerca de 32% con el actual gobierno. “Es la segunda mayor Presión Tributaria Efectiva (PTE) en Latinoamérica, después de Brasil, y si se considera la Presión Tributaria Legal (PTL), es decir, la que existiría si no hubiera evasión en cada país, Argentina se ubica a la par de los países con mayor PTE del mundo, como los europeos y el mismo Brasil”.
En los últimos dos años, dijo Capello, la presión tributaria efectiva subió por inclusión de nuevos impuestos, modificación de los existentes, suspensión de la baja de impuestos prevista en el Consenso Federal de 2017 y habilitación a las provincias para que suban Ingresos Brutos sobre algunos sectores.
Su peso en las góndolas
Un estudio de la Fundación UADE, sobre 9 productos de la Canasta Básica Alimentaria, precisó que el peso de los impuestos en el precio final es de: 27,45% en frutas y verduras; 27,3% en carnes; 39,6% en pescados; 32,6% en carnes procesadas; 36,2% en derivados de pescado; 34,9 % en derivados de frutas y verduras; 31% en aceites; y 33,4% en lácteos. He ahí que el Fisco, a través de los impuestos, es el principal “formador de precios” y beneficiario directo de la inflación, pues su recaudación aumenta “inesperadamente” con el aumento de los precios en general y, en particular, con el aumento de los precios internacionales, de los que deriva un fuerte aumento de las retenciones a la exportación.
El ninguneo de Guzmán a la cantidad de impuestos que paga una empresa también choca contra fuentes oficiales. Un estudio de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) relevó en su momento la cantidad de impuestos y la presión tributaria sobre 5 actividades económicas en 30 localidades del país y detectó casos de compañías que, operando en una sola localidad, pagan un mínimo de 21 y un máximo de 41 tributos teniendo en cuenta impuestos nacionales y provinciales y tasas y contribuciones municipales.
Los sectores relevados fueron Frigoríficos, Metalmecánica, Hotelería, Supermercados y Transporte y el informe constató una gran dispersión en las cargas fiscales.
Los principales impuestos nacionales pagados por las empresas en los cinco sectores relevados son el IVA, cuya incidencia es en realidad transmitida al consumidor final, por lo que no representa una “carga” sobre las empresas.
A su vez, los especialistas advierten que mucho más extensa es la lista de impuestos provinciales y municipales que si se toman en conjunto van desde un mínimo de 17 tributos a afrontar en la provincia de Catamarca a un máximo de 36 tributos en la ciudad de Bariloche, Río Negro.
Fuente: Agencias y Medios Digitales