Desde el lunes pasado comenzaron a regir los nuevos precios del boleto en los colectivos urbanos, pasando a costar $40 el pasaje único con el uso del Sube misionero y $60 para los pasajeros que viajan sin la tarjeta en la capital provincial.
La tarifa de la zona metropolitana también registró un incremento considerable, siendo que los usuarios de Garupá, que abonaban $40 con SUBE y $60 sin el plástico, pasaron a pagar $52 y $80, respectivamente, en cada viaje. Pasajeros que vienen desde Candelaria a Posadas, y que anteriormente debían pagar $46 con tarjeta SUBE (y $80 sin ella), ahora desembolsillan $61 con SUBE y $90 sin tarjeta.
El nuevo golpe al bolsillo representa una fuerte erogación de dinero de los asalariados, no solamente por su costo diario sino también en el cálculo mensual para quienes necesitan utilizar el servicio todos los días por las diversas obligaciones laborales.
Así, los empleados de comercio posadeños, como ejemplo, que trabajan en doble turno y deben realizar 4 viajes por día en colectivo de lunes a sábado, se ven obligados a gastar $4.160 mensuales si poseen la tarjeta SUBE y $6.240 en el caso de no contar con el plástico.
Al respecto, Aníbal Espíndola, empleado en un comercio de indumentaria deportiva, contó a PRIMERA EDICIÓN que “uno trata de no pensar mucho en la cantidad de dinero que perdemos de nuestros sueldos para pagar el pasaje de colectivo. Pero, lo peor es que la calidad del servicio es muy deficiente, no solamente se pierde mucho dinero sino también tiempo porque las frecuencias nunca cumplen con los horarios, hay que esperar mucho, se tarda mucho viajando para llegar al trabajo o volver a casa, y ni siquiera se puede aprovechar todo ese tiempo para descansar porque la mayoría de las veces los colectivos vienen recargados de gente y vamos todos apretados, incómodos”.
Al mismo tiempo cuestionó al Grupo Z teniendo en cuenta que “lastimosamente no nos queda otra que agachar la cabeza cada vez que quieren aumentar el precio pero después no se ven inversiones con esa plata que nos sacan. Es horrible estar esperando a la madrugada o a la noche en la terminal de transferencia, ahora que llegó el frío, porque es todo abierta, corre demasiado el viento frío ahí y hasta entra la lluvia muchas veces”.
Próximo incremento en agosto
Así, los usuarios afectados por la nueva suba sufrieron el impacto del segundo tramo del “boletazo” avalado por el Decreto municipal N°280/2022, recordando que la primera escalada en las tarifas se dio durante el pasado marzo y que todavía resta un tercer incremento que se dará desde el 8 de agosto cuando el valor llegará a $50 con SUBE y $70 sin el plástico.
En ese caso, desde la segunda semana de agosto, el trabajador que utiliza el servicio de transporte urbano todos los días laborales y hasta 4 veces por jornada, necesitará de $5.600 pagando el boleto único con la SUBE y $7.840 sin el plástico.
Cabe recordar que en el mismo decreto que se autorizó el incremento de tarifa, en el artículo 3, desde el Municipio indicaron que se iba a instar “a las empresas para que procedan a la optimización de la prestación del servicio, de conformidad con los requerimientos elevados por los ciudadanos en la audiencia pública ‘readecuación de la tarifa del boleto’ celebrada el pasado 3 de febrero”.
Además, se planteó que el grupo empresario debía brindar respuestas concretas a las demandas de usuarios, a partir de los pedidos, principalmente, de mayor frecuencia horaria en días hábiles en horas de mayor aglomeración de personas; extensión de horario de funcionamiento de las terminales de transferencia y/o mayor frecuencia en horarios nocturnos, fines de semana y feriados; ampliación de recorridos y mayor frecuencia de colectivos que viajan hasta el Hospital Madariaga de la ciudad de Posadas; e implementación de mejoras en las unidades (colocación de cortinas y/o aire acondicionado; acondicionamiento para discapacitados).
Pero nada de esto se observa según el reclamo que sigue creciendo entre los habituales usuarios en la capital provincial, Garupá y Candelaria donde el Grupo Z domina casi la totalidad del servicio.
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