Importación adicional y operativos especiales en las fronteras fueron las variables a las que apeló el Gobierno argentino para resolver la progresiva escasez de gasoil que se registra en el país desde hace varias semanas.
El resultado, a la vuelta de unas cuantas semanas, es la agudización de la crisis y fuertes consecuencias para todos los rubros que dependen del transporte basado en el gasoil.
El problema se agravó notablemente en las últimas horas y entre los empresarios ya se habla de una presión adicional a la aplastante dinámica inflacionaria: en el corto y mediano plazo se espera faltante de mercaderías en las góndolas.
El drama forma parte de un informe reservado elaborado por las principales empresas alimenticias del país y da cuenta de que la crisis ya dejó de ser exclusiva de algunas provincias para extenderse ahora a todo el país, incluso al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Expresaron también los empresarios que se agravó el problema de los cupos cada vez más bajos: de 150 litros por camión, a 50 litros y hasta 30 litros en algunas zonas cuando, en promedio, el tanque de un camión puede cargar varias centenas.
Claro está que el precio representa otro escollo por tener que pagar un gasoil entre 38% y 68% más caro que el oficial.
Ese escenario deriva en un considerable aumento de los costos de los fletes y una reingeniería logística de tiempo para abastecerse y seguir viaje.
Todo ello confluye en una alerta por inminentes faltantes en las góndolas, tanto de alimentos como de otros productos de consumo masivo.
Y lo peor es que no se trata de algo imprevisto, sino que es la culminación de algo que se viene advirtiendo con agudeza en los últimos meses y que, sin embargo, no fue resuelto a tiempo… ahora habrá que lidiar con las consecuencias.