“Es que yo soy así”, esta frase que seguramente habrás pronunciado más de una vez en tu vida sale frecuentemente en la mesa de mediación. Por eso hoy te invito a reflexionar sobre ella.
Sentenciamos en muchas ocasiones una situación, un conflicto relacional o un comportamiento determinado con esta afirmación, y con eso ponemos el punto y final que necesitamos. ¿Es eso lo que necesitamos? Permitámonos la duda.
“Es que yo soy así”, no sólo es una reafirmación de nuestro ser actual, de nuestra identidad, en ocasiones puede ser un mecanismo de defensa de un comportamiento o actitud para el que no encontramos justificación. De esta manera nos defendemos, dejando en claro al entorno que no hay posibilidad de cambio.
Lo interesante de esta afirmación es cómo se relaciona con nuestro sistema de creencias y valores y cómo influye, en consecuencia, en todo lo que sucede en nuestra vida.
Si bien esa frase puede servirnos para eludir responsabilidades, “ser así”, no sólo no explica nada sino que nos aleja de entender nuestro comportamiento quitándonos así la posibilidad de modificarlo.
A veces esta justificación sólo busca la aceptación de los demás, sin embargo, identificarnos con un comportamiento problemático e integrarlo como parte de nuestra forma de ser, enturbia la manera en que nos percibimos o describimos. Todos podemos elegir cómo queremos ser, es decir, cómo queremos comportarnos.
No se trata de idealismo ingenuo pensar que tenemos esa posibilidad, sino más bien de reflexionar sobre nuestras creencias para generar escenarios de posibilidad respecto a nuestra forma de ser y hacer. Cuando algún comportamiento nos suponga un problema, podemos elegir cambiarlo.
El “yo soy así” está marcado por lo que crees que sos en ese preciso momento, encerrándote en un rol dominante que se apodera de vos, condicionado tus pensamientos, emociones, actos y resultados.
Según Alejandro Jodorowsky, cuando decís “yo soy así” sólo describís tu jaula mental.
El tránsito de una identidad a otra nueva -a veces sin siquiera referentes o modelos anteriores cercanos- es complejo y conlleva su tiempo. Requiere cambios relativamente profundos a nivel de creencias y supone ampliar nuestra capacidad de autorregulación emocional. Como si de la transformación de gusano a mariposa se tratara, no está exento de dolor por la pérdida de la identidad anterior y de miedos, incertidumbres e inseguridades ante la nueva identidad a elaborar.
Los invito a revisar sus “es que yo soy así” a fin de identificar si esa manera de justificarse los mantiene anclados en roles familiares, profesionales o relacionales que ya no sirven.
Cuando tu “yo soy así” te genera más malestar que bienestar y comienza a afectar varias áreas de tu vida, es momento de revisarlo.