El Tribunal Penal de Eldorado condenó a prisión perpetua a Jonathan Da Silva (30) por el crimen de su madrastra, Patricia Mereles (31), quien fue asesinada de un tiro en la cabeza el 6 de agosto de 2020 en Puerto Iguazú.
La sentencia estuvo en sintonía con lo que solicitó durante sus alegatos el fiscal de dicho Tribunal, Federico José Rodríguez, es decir por el delito de “femicidio” por el inciso 11 del artículo 80 del Código Penal, que prevé dicha pena cuando la víctima es una mujer y “el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
Además, en este caso el homicidio tuvo como agravantes el “haber sido cometido con arma de fuego, en concurso real con portación ilegal de arma”, tal como consta en el fallo.
Como se pudo reconstruir en el debate oral y público, el mediodía del jueves 6 de agosto de 2020, en el barrio Las Leñas de Puerto Iguazú, el ahora imputado llegó alterado en su vehículo Chevrolet Onix y después de esgrimir no más de dos o tres palabras hacia la víctima, desenfundó un arma de fuego que portaba en la cintura y le disparó en la cabeza.
Todo porque supuestamente ella habría engañado al padre del agresor en una fiesta, algo que fue desmentido por el supuesto amante, según lo ventilado en las dos audiencias testimoniales.
Además, ese día el encartado le habría recriminado a Mereles que ella hablaba cuestiones personales de él con su pareja. El hecho fue perpetrado frente a una de las hijas adolescentes de la mujer y el padre del acusado.
Vale recordar que Da Silva escapó a bordo del automóvil en el que llegó a la escena, pero fue capturado por Gendarmería a 40 kilómetros del lugar del crimen.
Al momento de cerrar la fase investigativa y elevar la causa a juicio el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites, tuvo en cuenta que el agresor no tuvo consideración que se trataba de una mujer madre de varios hijos, la cual formaba parte de su familia (Patricia Mereles estaba en pareja con el padre del acusado) y que la atacó en una relación desigual de poder.
Pidió hablar ante el Tribunal
Ayer antes de la lectura de la sentencia el acusado hizo uso de sus últimas palabras e insistió en “pedir disculpas a la familia de la víctima y dijo estar arrepentido de lo que hizo”.
La estrategia de la defensa fue intentar probar que no hubo violencia de género y en esto ayudó mucho el testimonio del padre del imputado, quien afirmó que a su hijo “se les escapó el tiro”, dando a entender que se trató de un accidente.
Incluso en los alegatos la defensa de Jonathan Da Silva pidió al tribunal que cambie la calificación del hecho a “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y subsidiariamente “se le aplique una pena de 14 años de prisión”. La estrategia no funcionó.
Tristeza y abrazos
La familia de la víctima estuvo presente y tras el fallo abrazaron al fiscal Rodríguez en agradecimiento a su pedido de que el imputado sea condenado por femicidio.
El representante del Ministerio Público dijo a PRIMERA EDICIÓN que “en ningún momento el acusado se arrepintió o se solidarizó con la familia antes del juicio, eso se vio en la investigación. De nada sirvió que lo haga durante el debate. Actuó con desprecio por la vida al dispararle en medio de un diálogo a la madrastra, la cosificó”.
Según pudo averiguar este Diario el fallo fue en disidencia, ya que uno de los integrantes del Tribunal consideró que en el hecho no hubo un contexto de violencia de género, y a su criterio la calificante fue “homicidio simple con sus respectivos agravantes”. No obstante dos de los jueces votaron por femicidio.
Fundamentos
En un término de diez días los jueces darán a conocer los fundamentos de la sentencia. El Tribunal en este debate fue presidido por la jueza María Teresa Ramos e integrado por Oscar Aníbal Fava Gallardo y Atilio León.