Tal día como hoy, pero hace 52 años, fallecía el músico José Alberto Iglesias, conocido como “Tanguito”, uno de los pioneros del rock nacional.
Oriundo de la ciudad bonaerense de San Martín, donde nació el 16 de septiembre de 1945, fue baladista, compositor a medias de históricos temas como “La Balsa” (con Litto Nebbia) o “Amor de Primavera” (con Hernán Pujó), pero mediocre Intérprete de guitarra.
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“Tanguito”, “Ramsés VII”, “Donovan el protestón”, “Susano Valdés” o “Drago” fueron algunos de los diferentes seudónimos con los que se subió al escenario y recorrió los bares y pubs más conspicuos de los años ’60 y ’70 en la capital argentina.
Tal vez su principal virtud fue haber participado del grupo de “náufragos” que todos los días, durante 1966, recorría puntos claves de la Ciudad de Buenos Aires como la pizzería La Perla de Once o el reducto de jazz La Cueva de Pasarotus, donde también tuvieron sus inicios Sandro y Plaza Francia.
Según quienes lo conocieron, era un personaje difícil, esquivo, apocado, con cierta angustia interior. Algunos lo definen como desprolijo pero creador de letras de inobjetable belleza.
Si su carácter era indescifrable, su obra es fácil de sintetizar: unos pocos temas con el grupo Los Dukes (1963, “Mi Pancha” entre ellos), un single solista (“La princesa dorada” y “El hombre restante”) y un larga duración, editado de manera póstuma en 1973, que recopiló grabaciones incluidas en un disco llamado, simplemente, “Tango”.
Pasó sus últimos días prisionero, declarado insano mental, en la Unidad Penitenciaria número 13.
Durante la madrugada de aquel 19 de mayo de 1972 se escapó del penal, huyendo hacia la estación de trenes de Palermo, y cerca de las 11 de la mañana cayó sobre las vías del tren, donde fue arrollado por una formación a la altura del puente sobre la avenida Santa Fe.
“Tanguito” falleció en el acto y nunca se pudo esclarecer si fue por un accidente o por propia voluntad. Tenía apenas 26 años.