
Los perros sueltos y abandonados siguen siendo una de las principales problemáticas en Oberá. Es que a pesar de las campañas de concientización sobre tenencia responsable de mascotas que encaran el municipio y las diferentes protectoras, sigue en aumento la cantidad de perros callejeros.
En este contexto, el quirófano móvil que dispone el municipio, volvió a recorrer los barrios de la ciudad.
Al respecto, el jefe del Departamento de Salud Animal de la Municipalidad de Oberá, Edgardo Chavez, manifestó a PRIMERA EDICIÓN que para hacerle frente a este flagelo trabajan en conjunto con las comisiones vecinales.
“Este año iniciamos las castraciones en la Unidad Penal, donde nos hicieron un pedido porque había muchos perros abandonados. La semana pasada empezamos a salir a los barrios, fuimos primero a 100 Hectáreas, ya que teníamos una deuda ahí, donde estaba prevista la visita antes de la pandemia y por eso no se pudo concretar”, detalló. Asimismo, precisó que continuarán con las castraciones en la zona del Cementerio local.
Reveló que en lo que va del año, el servicio realizó más de 500 castraciones. “Es mucho el trabajo que se está haciendo. De todas maneras aclaramos que uno de los programas que tiene el Departamento es el de esterilizaciones, pero no es un centro de castración masivo, aún así tenemos tanta demanda que muchas veces no podemos satisfacer a todos”, explicó Chavez.
Y comentó que actualmente, “tenemos un colega más que nos ayuda lo que nos permite ampliar la cantidad de castraciones”. “Somos tres veterinarios para el servicio, así que podemos hacer más cirugías”, destacó.
El profesional remarcó, además, que la esterilización es una de las herramientas para controlar la población de animales.
“La otra, que no nos cansamos de decir, es fundamental que las personas cumplan con su responsabilidad de tener a los perros en casa. Así como también la vacunación antirrábica. En el canil municipal se vacuna todo el año y también cuando vamos a los barrios con el quirófano, llevamos vacunas”, señaló.
El aporte de las protectoras locales
Las protectoras de Oberá realizan un aporte muy importante y voluntario, con la base del amor a los animales. En la ciudad hay siete grupos reconocidos, una de ellas incluso constituida como asociación con persona jurídica. La tarea que realizan nunca es suficiente y los integrantes suelen convertir sus casas en guarderías transitorias o definitivas.
A su vez, las actividades para recaudar fondos se multiplican, y luego los recursos se invierten en compra de alimentos, medicamentos, pagos de atención veterinaria de los rescatados, pago de esterilizaciones, compras de cuchas, entre otros. El maltrato animal es otro de los problemas que las moviliza. “Muchos los tienen atados a la intemperie, con cadenas o sogas cortas, sin agua, sin comida. Así nos encontramos con muchos desnutridos. Es tristemente habitual. A eso se suma aquellos propietarios que no quieren esterilizar, a pesar de que les solemos explicar su importancia”, expresó a PRIMERA EDICIÓN, Araceli Sedoff integrante de uno de los grupos.
Otro flagelo que enfrentan es el abandono que según advirtió Araceli “sigue siendo el pan de cada día. Cachorritos y gatitos abandonados en bolsas en cualquier lugar, al costado de la ruta, lo hacen con total impunidad, ya que no tienen consecuencia”.
El pasado mes de enero, el municipio llamó a una reunión a las protectoras donde acordaron dos turnos de esterilizaciones por semana. “Les damos a quién verdaderamente no puede costear, claro que no alcanza, así que pagamos también con nuestros recursos. Siempre apelamos a la responsabilidad del vecino”, señaló.