El déficit de la balanza energética se acercaría este año a los u$s5.000 millones, el mayor desde 2015. Significaría un explosivo crecimiento en relación al año pasado: nada menos que nueve veces más grande que en 2021, cuando fue de u$s559 millones.
Las estimaciones están contenidas en el último informe mensual de la consultora especializada Economía & Energía, que dirige el especialista en el sector Nicolás Arceo.
El rojo estimado de u$s4.911 millones para este 2022 es superior incluso al registrado en el último año del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando fue de u$s4.608 millones.
El preocupante escenario está determinado por el súbito aumento de los costos de la energía a nivel internacional producto de la guerra en Ucrania. La Argentina, como importador neto de gas y otros productos, tendrá un impacto negativo en sus reservas de divisas.
Presiona el tipo de cambio
Como se sabe, la cuestión es muy sensible en el actual escenario económico y político: el Gobierno acaba de firmar un acuerdo con el FMI que incluye una meta de crecimiento de reservas para este año. Un objetivo que podría complicarse por el salto en los precios de la energía.
El cambio de escenario es radical y preocupante: en 2020 (año signado por los cierres en medio de la pandemia), la Argentina registró un superávit en su balance energético de u$s953 millones. Ese signo positivo pasó a un rojo de u$s559 millones el año pasado, básicamente por la expansión de las importaciones.
De acuerdo al informe de Economía & Energía, las importaciones de este año sería un 114% superior a la del año pasado: saltarían de u$s5.843 millones a u$s12.503 millones. Básicamente impactadas por el histórico encarecimiento de la energía por culpa de la invasión rusa a Ucrania, que se inició a finales de febrero.
Para tener en cuenta: el precio del GNL que la Argentina compra en el exterior subió un 351% -hasta el momento- en el mercado internacional.
En tanto, las exportaciones crecerían pero en una menor proporción, de “apenas” el 43,7% a lo largo de este 2022. Pasarían de u$s5.284 millones a u$s7.592 millones. Este incremento, dice Arceo, se vincula con las mayores ventas, y también a un precio más elevado, de petróleo. También, aunque en menor medida, de gas natural.
“En el presente año, y a diferencia de lo registrado desde 2019, el déficit comercial del sector energético será significativo e implicará una agudización de la restricción externa de la economía Argentina”, concluye el reporte de E&E.
Subsidios
Una cuestión adicional, vinculada con el acuerdo que acaba de rubricarse con el Fondo, refiere a los crecientes subsidios que el Estado tendrá que aportar en este contexto de salto en los precios internacionales.
Según la consultora, de mantenerse las tendencias actuales de los precios de la energía en el mercado internacional, el nivel de subsidios a la energía durante el presente año sería récord, superando el valor alcanzado en 2015 (u$s15.753 millones).
Eso significa que equivaldrían al 2,9% del PIB, por arriba de lo sucedido en el año 2014. El año pasado alcanzaron al 2,3% del PIB.
En la práctica, esta realidad supondría un incumplimiento del acuerdo con el FMI, en donde se reclama una rebaja de los subsidios. ¿Hasta dónde se flexibilizará el Fondo en su revisión de las cuentas públicas? Habrá que esperar a mayo para averiguarlo.
Argentina-Bolivia
Los mandatarios firmaron un convenio cuyo punto clave es el “nuevo régimen de entrega” reflejado en el Contrato de Compra Venta de Gas Natural entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) y la argentina IEASA para la provisión de “14 millones de metros cúbicos (MMm3) por día” durante 2022.
Como parte del acuerdo, se estableció que se priorizará “en función de la disponibilidad volúmenes adicionales en el período de invierno”. Esto refleja el compromiso que asumió Luis Arce de darle prioridad a la Argentina en la venta de gas en esa temporada en caso de un incremento en la producción.
Además, durante la conferencia de prensa conjunta, Arce sostuvo que “con esto Argentina tiene garantizado el suministro de gas” y agregó: “Pero también estamos acordando ir más allá que simplemente la firma de un convenio con gas, queremos hacer acuerdos con el tema del litio”.
En efecto, los dos gobiernos vienen conversando en la posibilidad de fortalecer su posición conjunta en el mercado internacional de litio, cuya principal concentración mundial se encuentra en la frontera entre Argentina y Bolivia.
Fuente: iprofesional.com