El rostro es la parte más visible del cuerpo y la que más transmite. De ahí que la hiperhidrosis facial suela ocasionar no sólo muchas molestias en el día a día de quienes la sufren, sino también un daño importante en su autoestima.
Antes que nada, cabe decir que el sudor facial es totalmente normal en situaciones en las que nuestro cuerpo aumenta de temperatura por ejemplo, cuando hace calor hacemos ejercicio o en momentos de tensión.
Esto se debe a que nuestro rostro concentra una gran cantidad de glándulas ecrinas, sudoríparas, encargadas de regular la temperatura corporal.
No obstante hay quienes sudan en exceso por la cara y de forma repentina, sin ningún detonante específico, es entonces cuando podríamos hablar de hiperhidrosis facial.
De ser así, lo más habitual es que se trate de una hiperhidrosis focal primaria. Esto significa que el sistema nervioso envía señales a las glándulas sudoríparas para que se activen sin que haya un desencadenante que lo justifique.
Causas
Al igual que sucede con los demás tipos de sudoración excesiva, las causas de la hiperhidrosis facial no se conocen del todo.
Sin embargo, se sabe que hay un marcado factor genético y, por tanto, es habitual que otros familiares también sufran de este sudor facial excesivo.