El trueque, la sal, los metales preciosos, las monedas, el dinero bancario… La evolución del dinero ha sido un proceso constante, progresivo y vital para el desarrollo de las economías y los intercambios comerciales.
Ahora, el mundo podría estar adentrándose en un nuevo capítulo de la historia del dinero y los métodos de pago con la llegada de las CBDC (siglas en inglés de Central Bank Digital Currency) o Monedas Digitales del Banco Central.
Unos cien Bancos Centrales ya están explorando el lanzamiento de su CBDC. Este tipo de activos en formato digital se diferencian de las monedas regulares por no tener un correlato físico, es decir una moneda o un billete.
No obstante, las mismas, al igual que las monedas tradicionales, al ser emitidas por un Banco Central poseen las mismas garantías del papel moneda, al contrario de, por ejemplo, las criptomonedas que son de libre flotación; y son diseñadas para las transacciones diarias.
Ante el creciente interés de esta nueva forma de dinero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó este miércoles un nuevo trabajo que analiza las CBDC y su posible impacto en la sociedad.
Dentro del informe se analizan los proyectos más avanzados en este campo entre los que se encuentran el yuan digital (e-CNY), el dólar de arena (Bahamas), que ya es una realidad, o la e-krona sueca.
Aunque todas son CBDC, no todas son iguales ni presentan las mismas características y funcionamiento, puesto que cada divisa digital debe adaptarse a unas necesidades que vienen marcadas por la geografía, las costumbres o el desarrollo económico del país o región.
Además, prácticamente la totalidad de estos proyectos se encuentra en un proceso casi embrionario. El documento del FMI destaca que aunque son muchos los bancos centrales que están estudiando emitir sus propias monedas digitales para el público en general, sólo unos pocos las han emitido o realizado pruebas.
Evolución del dinero
Pese a todo, Kristalina Georgieva, directora del FMI, cree que estos movimientos evidencian que “la historia del dinero está entrando en un nuevo capítulo”.
“Si las monedas digitales son diseñadas de forma prudente, pueden ofrecer potencialmente una mayor resistencia, seguridad, disponibilidad, y menores costos, a comparación de otras formas privadas de dinero digital” como las “criptomonedas que carecen de respaldo”, manifestó la directora del FMI.
En un discurso en Washington, y tras ejemplificar con los casos de Suecia, las Bahamas, y China, cuyo yuan digital “continúa progresando con más de 100 millones de usuarios y miles de millones en transacciones”, Georgieva fijó una serie de recomendaciones por parte del organismo multilateral acerca de las monedas digitales.
Para Georgieva, aún no existe una “receta universal” para la implementación de monedas digitales, y pidió tomar en cuenta tanto sus potenciales beneficios como los puntos en contra.
“En algunos casos, la moneda digital puede ser importante para la inclusión financiera y, en otros, puede proveer de un respaldo en el caso de que otros instrumentos de pago fallen”, señaló.
Georgieva afirmó que, a la hora de la implementación, “en muchos países, las preocupaciones por la privacidad son un elemento fundamental cuando se decide adoptar y legislar sobre las monedas digitales”.
Por último, subrayó que la introducción de una CBDC “no es sustituto para la confianza” en el Banco Central, y su éxito dependerá de la misma.
Exploración
El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal Estadounidense (FED) son algunas de las entidades que en el último año dieron pasos hacia la introducción de monedas digitales.
El BCE inició en julio del año pasado una investigación de 24 meses para explorar la posibilidad de un euro digital.En tanto, la FED, si bien no tomó una posición firme, publicó en enero último un documento de 35 páginas al respecto, la acción más significativa hasta el momento.
“Nuevos retos”
David Tercero-Lucas, analista económico, explica al diario español el Economista que “las CBDC plantean nuevos retos a la arquitectura financiera internacional, a los sistemas de pagos y a las políticas monetarias nacionales. En función de su uso, más oportunidades habrá para la innovación y mayor será el alcance del cambio del sistema financiero. Sin embargo, son simplemente un paso natural en la evolución del dinero y no van a implicar una revolución”.
Criptoactivos sin respaldo
Aunque la irrupción de las criptomonedas también entra dentro de esta evolución natural, el Fondo Monetario no ha perdido la oportunidad para dar un nuevo “golpe” a este tipo de activos digitales.
Kristalina Georgieva declaró en su discurso frente al Consejo del Atlántico, un centro de estudios con sede en Washington, que “si las CBDC se diseñan con prudencia, potencialmente pueden ofrecer más resiliencia, más seguridad, mayor disponibilidad y costes más bajos que las formas privadas de dinero digital. Ese es claramente el caso cuando se compara con los criptoactivos (bitcoin o ether son ejemplos) sin respaldo, que son inherentemente volátiles. E incluso las stablecoins o monedas estables, aunque mejor administradas y reguladas, pueden no estar a la altura de una moneda digital de banco central estable y bien diseñada”.
Asimismo, al igual que en el dinero tradicional, la gerenta del FMI consideró como clave la presencia de controles en el caso de transacciones y depósitos de grandes sumas. Las CBDC no son criptomonedas. Aunque la idea de las CBDC surgió de las criptomonedas, son dos tipos muy diferentes de monedas digitales.
La diferencia clave entre las CBDC y las criptomonedas es la centralización. Una criptomoneda es una moneda digital descentralizada, lo que significa que no hay una parte central que la controle.
Las transacciones se procesan y registran en una cadena de bloques, que es un libro mayor público distribuido. Como su nombre lo indica, la moneda digital de un Banco Central está controlada por esa entidad reguladora. La criptomoneda también proporciona una privacidad mucho mayor que las CBDC.
Las transacciones se envían y reciben a través de direcciones de billetera y es posible conservar cierto grado de anonimato. Incluso se cree que ciertos tipos de criptomonedas no se pueden rastrear. Con una CBDC, el Banco Central tendrá un registro de los usuarios y sus transacciones.
Beneficio
Dado que todas las transacciones de CBDC se registran en un libro de contabilidad digital, el dinero es mucho más fácil de rastrear de esta manera. Eso podría ayudar a las autoridades a detectar fraudes y actividades ilícitas.
90%
Los países que están explorando las CBDC representan más del 90% del Producto Interno Bruto (PIB) total del mundo.
Perjuicios
Si los consumidores tienen acceso a las CBDC minoristas, los bancos comerciales podrían perder una parte importante de su negocio. Esto sería malo para las entidades y afectaría el mercado de valores y las acciones bancarias.
¿Cómo funcionarían las CBDC?
El FMI destaca que dentro de las divisas digitales de Bancos Centrales que ha analizado la tecnología de registros distribuidos (DLT), la más conocida de las cuales es blockchain, ha surgido en los últimos años como una alternativa prometedora a las tecnologías que se basan en registros centralizados.
Esto puede suponer un importante dilema para los banqueros centrales que tendrán que elegir entre una opción tecnológica y otra.
“La elección es particularmente difícil ya que la DLT aún se está desarrollando y se está explorando su capacidad e idoneidad”.
De modo que las CBDC podrían seguir usando los sistemas de pago y transacciones actuales (son los más eficientes hasta el momento), aunque es cierto que algunos bancos centrales como el Riksbank sueco están haciendo pruebas con la blockchain, el sistema que está detrás de las criptomonedas.
La blockchain (es una DLT o Distributed Ledger Technology) permite realizar transacciones de valor entre usuarios sin que intervengan intermediarios en el proceso, es decir, descentraliza la gestión de las transacciones y presenta a todos sus participantes un mismo libro de registro o base de datos, reduciendo costes y haciendo los movimientos muy seguros.
Por el contrario, el PBOC de China se ha comprometido con lo que llama una “arquitectura híbrida”.
Por lo tanto, la DLT se está utilizando en el sistema e-CNY pero sólo en áreas limitadas donde se considera que tiene una ventaja sobre otras tecnologías.
Los intermediarios también pueden basar sus actividades en cualquier tecnología, incluida la DLT, y seguir funcionando en el ecosistema e-CNY.
Al final, las CBDC irán creando su marco de funcionamiento al mismo ritmo que avance la tecnología. Mientras, el dólar de arena de Bahamas si usa la DLT como tecnología.
DLT, blockchain, CBDC, stablecoin… toda esta jerga digital está dando forma y contenido al nuevo capítulo de la historia del dinero.
Aunque ahora estos conceptos y siglas generen cierto rechazo, en un futuro no muy lejano nos acompañarán en el día si los bancos centrales y todo lo que hay detrás de estas instituciones logran que estos proyectos y programas piloto culminen con éxito: “Puede que no sea fácil ni directo, pero estoy segura de que las mentes brillantes de los bancos centrales pueden alcanzar el éxito, gracias a su ingenio y perseverancia característicos”, sentenció la directora del FMI para cerrar su discurso en Washington.
“La llegada de las CBDC ayudarían a facilitar pagos entre la población”
Para el Fondo Monetario la llegada de las CBDC o Central Bank Digital Currencies (monedas digitales del banco central) ofrecerán “mayor seguridad y menores costos” que las criptomonedas. A continuación te explicamos qué son y cómo se aplicarían las CBDC.
Inclusión financiera y métodos de pago
Incrementar la inclusión financiera es un reto importante para todas las sociedades. Una CBDC sencilla y que pudiese llegar a todos los “bolsillos” podría, potencialmente, facilitar la inclusión financiera al aumentar el acceso a los pagos digitales y, por lo tanto, servir como puerta de entrada a un acceso más amplio a los servicios financieros, destaca el trabajo del Fondo Monetario.
También puede ayudar a facilitar los pagos entre la población. El acceso a los pagos está asociado con la inclusión financiera, pero no es idéntico a ella. Incluso los países con altos niveles de inclusión financiera, como Suecia, aún pueden enfrentarse a desafíos de acceso a los pagos.
A algunos Bancos Centrales les preocupa que los proveedores de servicios de pago privados no encuentren suficientemente rentable extender los servicios a todas las partes de la población, y que la disminución del uso de efectivo exacerbe ese problema.
En las Bahamas, por ejemplo, la geografía insular crea dificultades tanto para distribuir efectivo como para ampliar la infraestructura digital.
La primera moneda digital del banco central ya es una realidad en Bahamas, donde la elevada dispersión de la población (tiene unas 700 islas) suponía un gran obstáculo para la inclusión financiera de toda la población: “Una parte de la población vive en regiones donde no es rentable operar para las empresas financieras privadas. Se estima que aproximadamente el 20% de la población adulta no tiene cuenta bancaria”.
Las CBDC pretenden poner solución a este tipo de problemas, puesto que al ser un dinero 100% público el coste que plantea su infraestructura puede ser asumible si mejora el bienestar de la población y la sociedad.
En los países en los que el uso de efectivo está disminuyendo, el acceso a los medios pagos también es una preocupación clave.
Algunos segmentos de la población todavía confían o prefieren hacer pagos en efectivo, pero pueden encontrarse con limitaciones.
Uno de los principales objetivos del Riksbank sueco con el proyecto e-krona (Suecia) es garantizar un amplio acceso a los pagos en los próximos años.
Pagos más eficientes
En países donde el uso de efectivo y cheques es alto, los costes operativos son elevados. Y en algunos países, los pagos digitales existentes también son relativamente caros.
Las CBDC son una herramienta potencial para ofrecer formas de pago digitales que son más baratas. Los bancos centrales son instituciones públicas sin ánimo de lucro, lo que significa que potencialmente podrían ofrecer pagos de bajo coste como un bien público.
Resiliencia de los pagos
Asegurar la capacidad de pago y mantener los pagos del Gobierno a individuos en circunstancias severas es importante para todos los países.
Esta es una cuestión de especial urgencia en países que son propensos a sufrir desastres naturales que dejan a los hogares y las empresas sin acceso a los pagos, por lo que no pueden recibir ayudas o continuar con la actividad hasta que el sistema se recupera.
Por ello, una CBDC bajo tecnología segura y resistente a los desastres naturales (algunas CBDC pueden seguir operando sin conexión a Internet, lo que incrementa su resiliencia) puede ayudar en la recuperación de esos países o regiones devastadas, manteniendo en movimiento el dinero y generando actividad económica.
Por otro lado, “los países con un sector de pagos altamente digitalizado pueden estar preocupados por la interrupción de los servicios digitales y los riesgos de concentración donde sólo hay unos pocos grandes operadores”.
“En China, por ejemplo, el mercado de pagos móviles está dominado por dos empresas, AliPay y TenPay/WeChat Pay. El Banco Popular de China (PBOC) teme que la posible quiebra de tales empresas pueda tener graves consecuencias para el sistema de pagos chino. Uno de los objetivos políticos cruciales expresados por el PBOC es que el e-CNY funcione como respaldo de las soluciones de pago digital existentes”.
Reducir el uso ilegal del dinero
Este es uno de los apartados más controvertidos. Las CBDC están llamadas a ser el sustituto natural del dinero en efectivo, aunque la banca central niega por ahora que la irrupción de un euro digital o un dólar digital vaya a poner fina a la emisión de billetes y monedas.
No obstante, el FMI reconoce en su trabajo que “algunas características del efectivo, incluido el anonimato y la falta de un registro de auditoría, lo hacen atractivo para transacciones ilícitas (por ejemplo, evasión de impuestos, lavado de dinero y financiación del terrorismo). Una Moneda Digital del Banco Central podría reducir potencialmente este problema”.
Cabe la posibilidad de que estas divisas digitales pierdan el anonimato que si concede el uso de monedas y billetes.
Soberanía monetaria
Este es otro de los puntos controvertidos: el miedo de la banca central a perder el control sobre el sistema monetario ante la aparición de las criptomonedas y otros métodos de pago privados cuya popularidad va en aumento.
“Aunque la sustitución de la moneda nacional ha sido durante mucho tiempo un riesgo al que se han enfrenado (y enfrentan) los países, es posible que las nuevas formas de dinero digital puedan tener ventajas competitivas respecto a las formas de dinero más antiguas”.
“Si una parte suficientemente grande de la población de un país adopta una moneda digital extranjera o una moneda estable global (stablecoin), la capacidad del país para llevar a cabo funciones cruciales dentro de las competencias de la banca central podrían verse afectadas, como la política monetaria”.
Tanto el Banco de Canadá como el PBOC de China han reconocido que una de las motivaciones para investigar el lanzamiento de una Moneda Digital del Banco Central es asegurar la soberanía monetaria en un futuro digital.