Aumento con techo de 40% con revisiones desde la primavera si se acelera la inflación. Ese es el plan diseñado por Martín Guzmán de cara a la ronda de paritarias 2022 que el Gobierno buscará terminar de dar forma durante las próximas semanas con la primera línea empresaria y sindical.
La negociación salarial con los gremios docentes y la definición del nuevo salario mínimo, vital y móvil que en la Casa Rosada proyectan resolver antes de fin de mes apuntan a sentar las bases para que el mismo esquema se replique en las próximas discusiones que sobrevendrán en el sector privado.
Incluso, según la hoja de ruta que trazan en el entorno del presidente Alberto Fernández, el plan contempla la idea de que ese molde paritario sea ratificado en el marco de un acuerdo general de precios y salarios que algunos funcionarios del Ejecutivo ya comenzaron a conversar informalmente con directivos de las principales cámaras empresarias y la conducción de la CGT.
El diseño impulsado por el Gobierno, y que en parte fue deslizado por el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en las últimas horas, contempla un incremento salarial anual de 40% con la posibilidad de revisar los convenios a partir de los seis meses en caso de una suba de precios que licúe ese nivel de incremento.
Ese parámetro, que se ubica bastante por debajo del 55% que las consultoras que releva el REM del Banco Central estiman para 2022, se corresponde en cierta medida con el esquema de “rangos” entre dos valores de inflación anual, siempre por debajo del 50%, que el ministro de Economía conversa con el FMI en el marco de la negociación del acuerdo y que apunta a fortalecer también la estrategia oficial de contener expectativas.
La definición del aumento salarial docente y de la suba del salario mínimo marcarán el puntapié con el que la administración de Alberto Fernández buscará imponer su plan salarial. En el caso de la paritaria para fijar el piso salarial para los maestros, la negociación se inició la semana pasada y la aspiración oficial es cerrarla antes de fin de mes para garantizar el normal inicio de las clases, previsto para el 2 de marzo en la mayoría de los distritos del país.
En paralelo, en un cambio en la estrategia habitual en materia salarial, el Gobierno tiene decidido esta vez adelantar la definición del sueldo mínimo para que funcione como referencia con vistas a las paritarias en el sector privado. En esa línea el Ministerio de Trabajo ya avanzó para convocar al Consejo del Salario para antes de fin de mes con la apuesta de que junto a empresarios y sindicalistas allí se consensúe formalmente la pauta de aumento de 40%.
La última suba (3%) del piso salarial que impacta sobre unos 300 mil trabajadores fuera de convenio y es la principal referencia para los sueldos en el sector informal se aplicó este mes y llevó el mínimo a $33.000.
“Se está planteando algo parecido a lo que fue el año pasado. Se puede avanzar siempre que garanticen que no habrá límites para reabrir si la inflación se dispara”, analizó un importante referente de la CGT sobre el plan oficial.
La advertencia de la principal central sindical se vincula con la desconfianza que genera la estimación oficial sobre la evolución de los precios: ninguno de los informes que reciben regularmente los gremios de sus asesores económicos plantea escenarios por debajo del 55% para la inflación 2022.
La cautela es allí la opción privilegiada. Hasta el momento solo se cerró una paritaria del sector privado correspondiente a este año: fue el caso de los aceiteros que acordaron un incremento de 39% desde enero y con revisión en agosto, en un esquema bastante similar al que alienta el Gobierno.
A diferencia, la Asociación Bancaria, que encabeza el también diputado del Frente de Todos Sergio Palazzo, optó por consensuar con los bancos un aumento “puente” solo para el primer bimestre del año que fijó subas de entre 8% y 12% a la espera de tener un horizonte más claro sobre la evolución de los precios.
El resto de los gremios que mantuvieron negociaciones en las últimas semanas, como los casos de Comercio y estatales nacionales, lo hicieron solo para acordar reajustes correspondientes a la paritaria 2021, que en ambos casos culminaron con incrementos punta a punta del 54%.
Viene golpeado
El salario real en promedio cayó en 2021 por cuarto año consecutivo, a pesar del ‘plan platita’ que impulsó el gobierno para mejorar el bolsillo de las familias en la campaña electoral, especialmente luego de la derrota de las PASO en busca de reconquistar votos, aunque por esos ingresos extras, medido punta a punta -diciembre contra igual mes de 2020- el sueldo mostraría una leve suba, y le ganaría por pocos puntos a la inflación que terminó en 50,9%, según los cálculos de consultoras privadas consultadas por iProfesional.
Según el índice de salarios de noviembre del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundido esta semana, el nivel general de sueldos registró un incremento de 3,9% respecto a octubre, con lo cual se ubicó por arriba de la inflación de ese mes que había sido de 2,5%, y acumuló en 11 meses un aumento de 49,5%, guarismo también superior a los precios que en ese lapso totalizaron un alza de 45,4%.
Pero para los economistas, más allá del repunte de algunos meses, lo relevante es ver la película completa en el año. Tomás Álvarez Kunhle, economista de Analytica, estimó que el salario cerró en promedio en 2021 con una pérdida real de 3,2%, en tanto que Lucio Garay Méndez, analista de Eco Go, dijo que la proyección de la consultora arrojó una baja de 2,6%.
Asimismo, un informe de la consultora LCG proyectó que “2021 cierre con una recomposición mínima de los salarios al medir punta contra punta, pero que no se refleja al mirar el promedio anual, en este caso, los trabajadores habrán sufrido una nueva pérdida de poder adquisitivo en torno a 2,5% anual”.
Álvarez Kunhle precisó que “el último año que el salario real creció fue en 2017, cuando aumentó 1,8%”. “Entre entonces y 2021 la caída del salario real fue de 17%”, calculó el economista, mientras que en Eco Go proyectaron que en relación a 2017 “el salario está casi 20% abajo”.
Batalla contra la inflación
La elevada emisión monetaria en la recta final de 2021 es uno de los factores que impulsa la aceleración inflacionaria. En diciembre el índice de precios minoristas fue de 3,8%, y según admitió el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti “estamos perdiendo la batalla de los productos frescos y en enero la inflación será igual a la de diciembre”.
En cambio, algunas consultoras privadas estimaron que la inflación del primer mes del año estará en torno al 4%, y no prevén que afloje el ritmo en los próximos meses.
Frente a este panorama, el gobierno sigue apostando a los acuerdos de precios como estrategia antiinflacionaria. Ya anunció el programa Vuelta al Cole con + Precios Cuidados que incluye más de 160 artículos de la canasta escolar, también renovó el convenio con frigoríficos y supermercados para el programa Cortes Cuidados.