La policía halló ayer el cuerpo de Ariel Camargo de Lara, de 19 años y buscado desde hace casi una semana, semienterrado y con signos de haber sido asesinado de un tiro en la cabeza.
La principal hipótesis de los investigadores es que el crimen tuvo como móvil una deuda que mantenía la víctima con el o los asesinos.
Hay un detenido por el hecho, de 18 años, quien se cree se habría jactado del homicidio ante dos testigos y habría brindado detalles de los últimos minutos con vida del joven Camargo de Lara, quien se hallaba desaparecido desde el pasado jueves en esta localidad.
Los investigadores encontraron el cuerpo ayer a las 13 a un costado de un camino vecinal ubicado en el paraje San Roque, a unos 5 kilómetros del casco urbano de Bernardo de Irigoyen. Se trata de una zona rural conocida como “Cuatro Bocas”, de difícil acceso y muy cerca del arroyo Barracón.
Las pistas que orientaron a los uniformados surgieron de declaraciones testimoniales recabadas desde el mismo momento en que se reportó la desaparición de la víctima.
En la escena estuvieron presentes peritos de la fuerza y el médico policial en turno, quien tras un examen preliminar detectó que la víctima presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza. El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y por la data de tiempo de muerte no se descarta que fue asesinado el mismo día en que lo vieron con vida por última vez.
No obstante, por orden judicial el cuerpo será sometido a una autopsia para determinar fehacientemente las causas del deceso.
En cuanto a la identidad del, por ahora, único sospechoso detenido, los pesquisas se mantuvieron cautos ya que podrían surgir más detenciones y allanamientos en torno a la causa.
Según la denuncia de su madre, Ariel Camargo de Lara se ausentó de su domicilio ubicado en el barrio Marco Grande de Bernardo de Irigoyen el pasado jueves a la madrugada y sin brindar ninguna explicación.
Siguiendo las pistas
Luego de rastrillar tres zonas distintas, en lugares específicos, finalmente ayer a las 13 la policía localizó el cuerpo. Estaba en el mencionado camino vecinal terrado paralelo a la ruta 101, más precisamente en un bajo-nivel, cubierto parcialmente con tierra y ramas. Por sus características y vestimenta los investigadores concluyeron que se trataba de quien en vida fuera Camargo de Lara.
Sin embargo, ¿de donde surgió el dato que manejaba la policía respecto a la ubicación del cadáver? La respuesta estuvo en lo que fueron las tareas de reunión de información e investigación que llevó adelante personal de la Unidad Regional 12 (con asiento en Bernardo de Irigoyen) relacionada con lo que hasta ayer era la desaparición del joven.
Fue así que el pasado martes a la tarde dos declaraciones testimoniales terminaron siendo clave y le dieron un importante giro a la búsqueda. Si bien fue en sede policial y carecen de validez judicial, fue de suma importancia.
Las testigos relataron a la policía que fue el mismo asesino quien les dio detalles acerca del crimen, confiaron las fuentes. No solo eso, también les describió como era geográficamente donde lo enterraron.
Llevado bajo engaños
Las testigos, dos hermanas de 26 y 16 años, manifestaron a los uniformados, en base a los que les dijo el individuo que se adjudicó el crimen, que el pasado jueves a la madrugada buscó junto a otro hombre en un automóvil a Ariel y tras engaños, lo llevaron hasta la zona conocida como “Cuatro Bocas” (en el paraje San Roque de Bernardo de Irigoyen).
Una vez allí uno de ellos, luego de mencionar que una de las ruedas estaba averiada, le pidió a la víctima que bajara para verificarlo.
En ese momento, el hombre que se jactó del homicidio ante las jóvenes, les dijo que se acercó por atrás de Ariel, desenfundó un arma de fuego y le efectuó un disparo que terminó con su vida. Posteriormente enterraron el cuerpo a la vera del camino, les confió el asesino a las testigos.
Con esta información la policía montó un amplio operativo, para lo cual dispuso a numerosos efectivos de las distintas dependencias de la Unidad Regional 12. El rastrillaje se llevó a cabo en una vasta zona de espesa vegetación.
No fue labor sencilla. Durante el martes buscaron en dos lugares puntuales y que coincidían con lo que describieron las testigos, pero los resultados fueron negativos. Se continuó con la búsqueda en las primeras horas de ayer, donde finalmente y pasado el mediodía dieron con el cuerpo.
Voceros del caso confiaron que de no ser por la reciente lluvia que hubo en la zona no habrían dado con el cadáver, teniendo en cuenta que la tierra se removió producto de las precipitaciones y allí parte de los restos humanos quedaron al descubierto.
En las próximas horas el sospechoso detenido será indagado en el Juzgado de Instrucción 1 de San Pedro, a cargo del magistrado Ariel Belda. En la ocasión podrá declarar o abstenerse de hacerlo.