El ministro de Economía, Martín Guzmán, negó este viernes en conferencia de prensa que el trato con el Fondo Monetario Internacional (FMI) suponga una modificación en las políticas que impulsa el Gobierno en materia energética.
Sin embargo, tiempo después, se conoció el comunicado del organismo internacional, que generó cierto ruido sobre el asunto.
Lo cierto es que en el documento emitido por el equipo del Fondo -encabezado por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina- se afirmó que el Gobierno acordó una reducción “progresiva” de los subsidios a la energía.
Al ser consultado ayer sobre la posibilidad de que la Casa Rosada revea sus políticas en materia de tarifas de luz y gas, en el marco del acuerdo anunciado el viernes con el organismo multilateral, Guzmán negó esa posibilidad de manera categórica.
“Se sigue con lo anunciado” semanas atrás, respondió el viernes el ministro de forma tajante durante la rueda de prensa que compartió con el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y que se llevó adelante en el microcine del Palacio de Hacienda.
Sin embargo, hasta ese momento los funcionarios del Fondo Monetario no habían difundido el comunicado oficial en el cual se pronunciaron sobre ese tema. En el mismo había un párrafo referido expresamente a la cuestión subsidios a la energía.
Documento
“Acordamos que una estrategia para reducir los subsidios a la energía de forma progresiva será esencial para mejorar la composición del gasto público”, puntualizó el documento del Fondo Monetario difundido apenas una hora después de que el titular de la cartera económica brindara su discurso.
A su vez señalaron que el personal del FMI y las autoridades argentinas continuarán trabajando en las próximas semanas para alcanzar un acuerdo a nivel del personal.
Y puntualizaron: “Como siempre es el caso, el acuerdo final sobre un acuerdo de programa estaría sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI”.
“El personal del FMI y las autoridades argentinas han acordado la senda de consolidación fiscal que constituirá un ancla política clave del programa”, esbozaron desde el organismo internacional, y luego destacaron que “La senda fiscal acordada mejoraría de forma gradual y sostenible las finanzas públicas y reduciría la financiación monetaria”.
Según el texto difundido por el Fondo, es importante destacar que también permitiría aumentar el gasto en infraestructura y ciencia y tecnología, y protegería programas sociales específicos.
El debate por la energía eléctrica
En el 2021, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, uno de los componentes más expansivos del gasto fueron los subsidios energéticos: tuvieron un aumento del 27,0% en términos reales.
Dentro de estos sobresalen las transferencias a la compañía administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), que ascendieron a $59.318 millones y aumentaron 27,1% a/a. Esta variación obedeció principalmente a la brecha entre la evolución de los costos de generación eléctrica y las tarifas abonadas por los usuarios.
En el mes de octubre el costo promedio de generación fue de u$s66/MWh y registró una suba del 30,6% mientras que el precio que paga la demanda fue de u$s27/MWh y se redujo un 4,2%. También bajó el nivel de cobrabilidad de CAMMESA que fue del 70% promedio en el acumulado del mes de agosto. El porcentaje de costos financiado mediante tarifas fue del 46% y del 44% anual.
Desde 2017, las subvenciones a la energía crecieron por encima del 0,5% del PBI siendo el 2014 el mayor registro con 2,8%. En 2021 según el Presupuesto, se estimaba que fueran del 1,7% del PBI al igual que en el 2020. Sin embargo el gobierno destinó más subsidios por tener las tarifas congeladas: los subsidios energéticos subieron un 62,1% en relación a la estimación inicial.
En resumen, los subsidios a la energía cubrieron el 56% del costo de la electricidad con una inflación del 51% reafirmando el atraso tarifario.