El economista (MBA de la Universidad de Harvard, EEUU), José Piñeiro Iñiguez pasó por los estudios de la FM 89.3 Santa María de las Misiones y en diálogo con el programa “Primera Plana” analizó lo que fue el 2021 en materia económica, resaltó los aciertos y errores del Gobierno durante la gestión y dio sus perspectivas para lo que será este año que recién comienza.
“Las cosas no anduvieron del todo bien, del todo correctas y dentro de todo es lógico. ¿Por qué es lógico?, porque seguimos sin plan”, indicó.
“En materia económica, Argentina durante el 2021 no aprobó, es una materia que la tiene previa y no sabemos cuándo va a rendirla. Seguimos sin plan, con rumbo totalmente en el ‘vamos viendo’ y no funcionó”, aseveró.
¿Cómo fue el contexto internacional durante 2021?
El mundo estaba muy preparado y los vientos se pusieron muy acordes para Argentina. El país tenía un contexto extremadamente bueno para poder transitar el año a nivel internacional; a pesar de ello, internamente no anduvo. Pero, cuando uno dice internamente, hay que desglosar un poco de qué estamos hablando.
El año transcurrió desde algunos parámetros bien y Argentina creció al 10,5%, que no es poco y esto es realmente bastante bueno. Sus exportaciones han crecido muchísimo pero, también sus importaciones han aumentado entonces, hay que mirar ese aspecto de por qué ha pasado esto.
Internamente el país no anduvo, con una inflación como nosotros presumíamos al principio de año de 51%, con pobreza en aumento y desempleo creciente. Estos no son buenos índices y no son buenos augurios hacia el futuro.
¿Dejamos pasar el tren?
El país nuevamente desaprovechó, cómo lo hizo tantas veces un período de crecimiento. El 10,5% situó a Argentina en lo que estaba en la prepandemia pero, a pesar de esto no supimos aprovechar internamente. No se tradujo en trabajo, no se tradujo en salario y no se tradujo en eliminar un flagelo que cada vez parece peor para Argentina, que es la pobreza.
Entonces, el país tiene más de una materia previa. Debería empezar a eliminar esas materias previas para no repetir el año.
Argentina viene repitiendo de año hace muchos años y es por eso que no progresa. El país tiene períodos de crecimiento, de estancamiento y de retroceso Pero, en el overol medido desde hace 10 años, Argentina siempre atrasa, esto quiere decir que va repitiendo los años consuetudinariamente y es probable que en los años siguientes de este Gobierno vuelva a pasar lo mismo.
¿En qué situación estamos?
Nunca pensábamos que íbamos a repetir el período de Mauricio Macri y fueron años de un atraso significativo para Argentina y de una ruptura de las expectativas positivas que la gente tenía puestas en ese gobierno.
Ahora, el gobierno de Alberto Fernández con pandemia y sin pandemia, no pinta muy bien en los dos años que hizo y hacia adelante no tiene una buena expectativa porque carece de un plan, carece de una idea y carece de la gente adecuada para aplicar lo que no tienen.
Entonces, probablemente lo que va a pasar sea más de lo mismo de lo que ya vivimos, con altos y con bajos pero, medido en un período de cuatro años de su gobierno, difícilmente revierta el rumbo que hoy trae.
¿Qué va a pasar con el dólar?
El dólar refleja ni más ni menos que la expectativa de la gente. La expectativa de la gente hoy es, cualquier peso sobrante que tiene en su poder cualquier miembro de la economía, lo transfiere a dólares.
En una economía tan bimonetaria como la Argentina, con una inflación del 50%; evidentemente la velocidad de circulación del peso es tremenda. Y eso se traduce a que la gente sale del peso para ir a bienes o vuelve al dólar.
Nadie quiere el peso y esto trae aparejado una suba del dólar día tras día y no importa lo que el Gobierno piense en hacer.
¿Los pesos queman?
La desconfianza que tiene la gente sobre el papel moneda que circula en el país, producto de detectar, percibir o intuir que no tiene un rumbo es ‘salgo de este papel y voy a uno más seguro o voy a un bien’. Por eso hay una inflación del 50%, que seguramente se va a mantener durante el año próximo, y hay una expectativa a la demanda del dólar muy marcada. Hoy está en 210 pesos… probablemente subiendo.
¿La gente salió corriendo a buscar dólares?
Durante diciembre se vio marcadamente que es muy estacionario el mes. Entre el 10 y el 20 de diciembre, al dólar lo notabas con una clara tendencia a la baja y esto era porque el privado y las empresas necesitaban deshacerse de dólares para pagar bonos, aguinaldo, adelanto de sueldo y vacaciones. Ese dinero fue a manos de la gente y ¿ahí que pasó?, lo convirtieron en bienes.
Esas compras fueron a comerciantes que les ha ido muy bien durante la Navidad. El excedente de esos pesos provenientes de las ventas que hicieron, han ido nuevamente al dólar, sobre el fin de mes. Entonces, encontrás que, a pesar de haber tenido un muy buen ciclo de ventas, el dólar sigue subiendo. Y eso se da porque el exceso de pesos en la economía se transforma inmediatamente en bienes y el producido de esas ventas se transforma en dólares. Suben las ventas y sube el dólar, porque subió antes el exceso de pesos en la economía.
¿Y entonces?
Tenemos que acostumbrarnos a un dólar creciendo. Mientras que la expectativa sobre la economía sea de una inflación elevada, el exceso de pesos en la economía se trasladará siempre a demanda de bienes o de dólares.
¿Cómo hace Argentina para revertir esa situación?
Lo que hace falta en Argentina es inversión. Los empresarios desconfían del futuro de la economía entonces no invierten más sobre la capacidad instalada que tienen. ¿Cuánto soporta la economía argentina en demanda?, la capacidad instalada de los productos. Es decir, a mayor demanda de estos bienes, mayor incremento de precios cuando supera la capacidad instalada.
O sea, ¿la inflación es algo que no tiene solución a corto plazo?
El año pasado dijimos que la inflación no podía terminar 2021 por debajo del 50%, cuando el Gobierno estipulaba 29% y finalmente va estar en 51%. Ahora, 365 días después, tenemos la misma conversación. Parece un déjà vu.
El ministro –Martín Guzmán- piensa en el Presupuesto no aprobado que la inflación se va a ubicar en torno al 33% y nosotros seguimos diciendo que el índice difícilmente baje del 55% para 2022 en el mejor de los casos.
No hay nada que nos haga pensar diferente porque el Gobierno, necesita también de alguna manera licuar las deudas y bajar los costos del Estado a través de una inflación elevada.
¿Es un cúmulo de factores y una decisión política?
La inflación va a ir de la mano de otra cosa que es fundamental de la economía argentina y tiene que ver con cuánto va a ser el tipo de cambio. En un esquema cambiario similar al que tenemos, de un dólar oficial totalmente deprimido, que alimenta una brecha totalmente alta como la que tenemos hoy, por arriba del 100%, es difícil que la inflación pueda variar.
Al no haber una inversión para modificar los volúmenes de producción y de oferta estos productos, estos al estar demandados obviamente el aumento de precios va a ser muy alto y no va a haber ningún otra cosa.
A su vez, el Gobierno toma medidas para hacer la salida del COVID-19 pensando que van a ser altamente positivas para la economía. Por ejemplo, incentivar el turismo o Misiones con la apertura de las fronteras y demás, que no está mal pero, si se piensa que esa demanda de productos que traen extranjeros que pasan por el país a llevarse productos va a traer crecimiento, es un error.
¿Eso traerá más problemas?
Probablemente lo que traiga en el mediano plazo es una mayor inflación, porque la oferta del producto va a seguir siendo la misma y entonces, si son demandados va a subir el precio.
Además, cuando el precio de ese producto es fijo como el del combustible, lo que trae es la escasez. Hoy por ejemplo en provincias como Entre Ríos, Corrientes y Misiones hay escasez de combustible. ¿Por qué?, porque el precio es medianamente fijo y la demanda se incrementó muchísimo mediante la venida de los extranjeros y no tener ninguna restricción al consumo.
No hay mayor combustible, ni hay más estaciones de servicio. Si el precio no estuviera fijo, lo que va a traer es suba del precio de ese producto porque no hay más oferta en el comercio. Una mayor oferta depende de mayor producción y eso conlleva más inversión, cosa que no va a haber. Ese es el límite, a partir de ahí sube el precio.
¿Cómo harán entonces para equiparar los salarios?
La situación va a ser muy parecida a la del 2021 y el Gobierno ya aprendió de esto. El famoso “plan platita” funcionó y hubo muchísimo más dinero en la calle y al verse, trajo aparejado una mayor inflación. Esto va de la mano con un salto en el tipo de cambio. Como ya lo dijimos, cualquier excedente monetario, al final del día va a parar en el dólar.
El asalariado que cobró mayor dinero lo gastó, el comerciante vendió más, hizo rentabilidad y eso lo traduce en dólares.
Este esquema va a seguir estando, vamos a tener un 3% o 4% de inflación mensual y, aunque parezca mentira, el Gobierno y los argentinos están acostumbrados a surfear esta ola, lo hacen muy bien.
¿En este contexto, qué va a pasar con el nivel de pobreza?
La pobreza lamentablemente está para quedarse aunque, también tenemos que ver que no la generó este Gobierno. El flagelo viene de otras administraciones y se va incrementando, desgraciadamente mucho.
En 1983 había 700 mil pobres y se implementó la Caja Pan, estábamos aterrados ¿Cómo Argentina va a tener pobres?, terminado el primer mandato de Cristina Fernández, año 2011, había 25% de pobreza y nosotros pensábamos que era una locura. Bueno, a los niveles de pobreza de hoy, el país debería crecer al 2% durante veinte años consecutivamente para poder llegar al nivel que teníamos en el 2011. Es un imposible, ya que el país nunca tuvo un período tan amplio de crecimiento.
¿Qué va a pasar este año? Probablemente para marzo, la pobreza va a estar un poco más alta y a partir de ese informe, hasta fin de año, quizás veamos unas caídas en los índices pero que serán poco significativas. Una pobreza de un 40% es una enormidad.
¿Se puede revertir la situación?
La pobreza solamente va a bajar con la creación de trabajo genuino. Eso traerá salarios, por ende más consumo, mayor crecimiento y nuevos empleos. Ese proceso se logra con medidas por parte del Gobierno y de inversión por parte del privado.
Este círculo virtuoso no está conformado porque necesita de algunos ingredientes por parte del Estado. El empresario necesita tener confianza para sacar sus dólares, cambiarlos a pesos y montar una nueva fábrica y demandar empleo. Esto hoy por hoy no se ve, a los empresarios les conviene seguir manteniendo la capacidad instalada que tienes y si hay una demanda superior subir el precio.
¿Al no poder generar trabajo aparecen los planes sociales?
Si no hubiera el sistema de asistencia, que es el resorte que está salvando esta situación, tendríamos que pensar en un nivel de pobreza de hasta 8 puntos mayor a la actual.
Los planes no son la solución y todos lo sabemos, son un parche, que a largo plazo tampoco funcionan. La salida de Argentina va a ser la conversión de los planes sociales en trabajo genuino y para que esto ocurra necesitamos el milagro de la inversión.
Se crece con trabajo, no se crece con planes y además los países necesitan otra cosa que es educación. La educación es a largo plazo, a mediano y corto plazo necesitamos convertir planes en trabajo.
¿Cambia el hecho de que este año no sea electoral?
Este va a ser un año de reordenamiento en el que el Estado intentará y solo intentará reducir el déficit fiscal producto de algunos subsidios que no están adecuadamente bien distribuidos como ser, el ajuste de servicios, de transporte, combustibles y demás. Esto no es demasiado bueno para la gente porque va a tener que pagar un mayor precio por el mismo producto pero permitirá que el Gobierno no emita tanto dinero y no acreciente el fuego de la inflación tirándole más combustible.
Este es un proceso necesario pero que hasta ahí, no genera empleo. El trabajo se genera con un crecimiento sostenido.
Hoy estamos en un repunte del 10,5% y para este año esperamos un 2%. Si bien va a haber una merma en ese crecimiento, si pudiéramos tener ese índice sería bueno. Necesitamos seguir creciendo.
¿Cuál será la clave?
El país solamente tiene salida a través del crecimiento de sus exportaciones. Argentina tiene que tener un esquema de país exportador socialmente sustentable. O sea, tiene que salir de la mano del crecimiento y eso es el crecimiento de las exportaciones.
Argentina es productor de alimentos y de commodities y esos se exportan al mundo. Ahora, el año pasado las exportaciones crecieron 41%, es un montón pero, debemos saber si podíamos haber crecido más, menos o ese es un índice real.
A su vez, las importaciones crecieron 47%, esto no es tan bueno. Argentina para crecer necesita más exportaciones que importaciones y saldo comercial favorable.
En 2021 la balanza comercial dio un saldo positivo de 15 mil millones de dólares, ¿es suficiente para ser socialmente sustentables?, la respuesta es no. El país para acomodar sus cuentas en dólares y pesos necesita un número que se ubique entre 25 mil millones y 30 mil millones de dólares de balanza comercial positiva.
Se necesita exportar más y para eso hace falta un tipo de cambio más competitivo. Un dólar a 100 pesos es inviable y te lo dice el mercado. Vos vas a comprar y te lo cobran 210 pesos bueno, como le vas a pagar a un exportador 100 pesos por dólar y encima descontarle las retenciones, él se lleva a la casa algo así como 65 pesos.
Esto es imposible y genera otro flagelo que es el contrabando.
¿Cómo es eso?
La gente se preocupa por sacar su producido en otro lado. Y esa es la respuesta de por qué las exportaciones crecieron 41%. Ese repunte pudo haber sido mucho mayor.
Existe alrededor de un 8% de las exportaciones argentinas en granos que salieron del país por otros canales que no fueron los habituales. Cruzaron las fronteras en camiones, bolsas o barcazas y nunca pasaron por las cuentas del Gobierno o pagaron retenciones.
Ahora, si el tipo de cambio no fuera de 100 pesos y se ubicara por encima de los 150 pesos, por ejemplo; probablemente el crecimiento en volumen de las exportaciones sería enorme y en números podría ser hasta del doble. Entonces, ese remanente en pesos que sería superior serviría para paliar la emisión monetaria que hoy está teniendo que hacer poner sus cuentas en cero.
Por otro lado las importaciones que hoy están en un 47%, con otro tipo de cambio dejarías de exportar espejitos de colores y traerías lo que es realmente necesario. Esto sería beneficioso.
Al hablar de fronteras, ¿incluís a Misiones?
Misiones tiene frontera con dos países y casi todo su contorno periférico son fronteras. La situación es tan llamativa que por ejemplo, Argentina tiene dos cosechas, fina –trigo, cebada, avena con venta en el verano- y gruesa -maíz y soja que se vende durante el invierno. Cuando vos pedís cotización de trigo, la misma varía según el puerto de donde sale y se pone un precio según el molino. Esa referencia es lo que el productor tuvo siempre y entonces elegía a donde mandarlo, puerto de Bahía Blanca, San Martín, etc. Hoy apareció otra cotización que es la de Misiones y significa que le dan un valor superior a los del puerto o el molino y vos le das tu carta de porte a un camionero que parte rumbo a Misiones.
¿Hay algún puerto en la provincia en el que se exporte trigo?, ¿Algún molino de importancia donde se produzca harina?, la respuesta es no.
Entonces, ¿Qué hacen los camiones viniendo en dirección Misiones? No hay puerto, no hay molino, no hay silos y no se les da a los animales. El grano se va hacia otras fronteras, puede ser tranquilamente Paraguay o Brasil y le pagan un valor en dólares al productor que es muy superior a los de referencia. A su vez, la persona del otro lado del país, consigue el grano mucho más barato.
Es decir, cuando vos tenés ese diferencial entre el dólar oficial y el paralelo, ese cien que queda en el medio entre el dólar oficial y el blue se lo reparten el productor que vende el trigo más caro, el que hace el contrabando y el que está del otro lado que compra más barato.
¿Qué va a pasar con el Fondo Monetario Internacional?
“Para negociar con el FMI hay que tener un plan y en los países civilizados ese plan va acompañado de un presupuesto, medianamente coherente que refleje lo que vos pensás que vas a hacer”, analizó Piñeiro Iñiguez.
“En el caso de Argentina el presupuesto era un dibujo que quizás al Gobierno le podía convenir para después manejarse internamente con las provincias”, advirtió.
“Ahora bien, la negociación con el FMI es una cosa totalmente diferente. Necesita una conjunción de cosas partiendo de un presupuesto que esté aprobado por el oficialismo y la oposición. Esta conversación se va a dar en términos de muy largo plazo, no hay un apuro por llegar hoy a una solución por el tema de la deuda”, explicó el economista.
“Pensemos también que hace muy pocos días el organismo hizo algo inédito que fue el decir qué pasó hace dos años cuando le dieron el crédito de 56 mil millones de dólares a Argentina de la forma tan rara que se lo dio. El mayor préstamo del FMI en toda su historia con una velocidad de un rayo, pagadero en los próximos tres años que eran de otro gobierno y sin ningún papel de sustento” analizó.
“Este préstamo se dio y nunca se investigó que se hizo con la plata y la misma sirvió para pagar algunos pasivos y el resto se fugó, con lo cual este Gobierno hoy está pagando ese muerto”, aseveró.
El gran problema de Argentina es afrontar una deuda con el Fondo Monetario Internacional, que no sabemos para qué se pidió ni dónde fue a parar. Y el FMI a su vez en el paper que escribió dice tengo que renegociar con este que me tiene que pagar pero, yo soy consciente de que soy parte del problema”, explicó Piñeiro Iñiguez.