Momentos de tensión se vivieron en el hospital Madariaga cuando una familia denunció a las médicas que atendieron a un hombre que tuvo un ACV este fin de semana. Resulta que en su parte clínica, todo apuntaba a una muerte cerebral, por lo cual notificaron a los familiares que podría donar sus órganos porque sólo lo mantenía con vida el respirador.
Sin embargo, en un análisis más detallado se comprobó que este hombre aún no se encontraba con el nivel adecuado de daño encefálico como para realizar una ablación. De momento, son dos las personas internadas y en seguimiento del INCUCAI como potenciales donantes.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el director del Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Misiones (CUCAIMIS), Luis Esquivel, compartió que “la doctora que informó a la familia y de la cual se quejan, tenía una obligación de informar que el estado del paciente era muy cercano a la muerte”.
Aclaró además que “quizás no hubo una manera adecuada de explicar todo este procedimiento y la familia entendió mal. Sin embargo, eso fue todo lo que sucedió, porque el neurólogo sabemos que habló con ellos para que puedan entender y el caso fue esclarecido”.
Aseguró también que “para el momento en que se produjo este malentendido, ninguno de los casos del Madariaga contaba con un diagnóstico preciso. Por tanto, no podemos decir que casi se produjo una ablación, porque antes de todo la familia debe ser informada”. En cuanto a la notificación que un paciente puede donar los órganos, indicó que “esto es algo que siempre sucede. En estos momentos tenemos dos casos en seguimiento en el Hospital”.
Desde el punto de vista de la familia, Esquivel explicó que “no es fácil entender en ese momento y sabemos que se pidió disculpas a la familia por los malos entendidos y se aseguró de que entiendan cuáles con los casos que van para donación de órganos”. Por otra parte, este fin de semana y en estos días “no se hicieron procedimientos”, agregó.
Reiteró que “en ningún momento se preparó para ablación, sino que se habló de signos clínicos de muerte encefálica. La familia entendió que se habló de un fallecimiento”. Luego de estos signos clínicos, “deben hacerse dos estudios de confirmación”, añadió.
La muerte encefálica
Desde la sanción de la Ley Justina, “existe la obligación de seguir a todos los pacientes cuyo estado de coma es profundo a través de un programa nacional que se llama Glasgow 7. Es así que se siguen muchos casos, donde algunos van a la muerte encefálica y otros no, porque se recuperan”, detalló el doctor Esquivel.
En la parte clínica, “Glasgow es una clasificación del estado de coma con un puntaje de 1 a 15. En esto, de 3 o menos es compatible con muerte encefálica, pero cuando está en un promedio de 7 aún pueden recuperarse y la familia tiene derecho a que se expliquen los signos de muerte encefálica”.
En este caso del paciente del Madariaga “se ve que no se explicó que hasta no finalizar los estudios no se puede confirmar la muerte encefálica”.
En seguimiento
El director del CUCAIMIS detalló que “los dos pacientes que están en el Hospital Madariaga, están en el rango de 7. Eso obliga a los médicos a informar al INCUCAI para ser registrados en una base de datos nacional. Hay un seguimiento que dura horas o días, dependiendo del caso. Muchos salen de este grupo cuando se realizan los estudios y se ven contraindicaciones o los datos encefálicos descartan signos clínicos”.
Para confirmar una muerte cerebral aseguró que “no se puede confiar sólo en los signos clínicos, sino que deben hacerse dos análisis de electroencefalogramas separados por seis horas entre sí”.
Durante el seguimiento, “los pacientes pueden entrar en recuperación o en un deterioro. Algunos no alcanzan a completar los signos clínicos y hacen una parada cardíaca debido al estado grave en que se encuentran. Ante un paro, salen del protocolo por el fallecimiento”.
Cuidar a los pacientes
Luis Esquivel remarcó que “es un mito que se dejan morir pacientes para quitarle los órganos. Es algo que no tiene sentido, porque luego de una parada cardíaca, los órganos ya no sirven para trasplante, quizás pueden hacerse los tejidos”.
Por ese motivo, recordó que “los pacientes en seguimiento se cuidan al igual que aquellos con muchas posibilidades de recuperación. Los órganos necesitan ser los más vitales posibles para salvar otras vidas”.