Tiene 44 años y al momento de ser detenido en abril de este año se desempeñaba como funcionario con atribuciones ejecutivas de jefe de personal en la Municipalidad de Puerto Libertad. Los casi ocho meses detenido corresponden a la imputación por delitos contra la integridad sexual cuyas víctimas y denunciantes son menores de edad, una de ellas era una niña de 12 años cuando fue abusada por primera vez.
Sin embargo, el martes 7 de diciembre recuperó la libertad tras cubrir una caución real por 750 mil pesos imputado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal y ciberacoso o grooming”.
Las restricciones que se le fijaron apuntaron a no aproximarse al domicilio de su presunta víctima. Para ello fijó residencia en la casa de su madre en el barrio Empleado, pero la menor de 15 y que fue abusada a los 12 según la ratificación de su relato en Cámara Gesell, reside a menos de siete cuadras. O lo que genera más angustia en la madre de la hoy adolescente, si el acusado decide regresar a su anterior domicilio donde vive su pareja, tendría que convivir con el supuesto victimario a cien metros de distancia.
En la causa también está imputada, en este caso por facilitación a la prostitución de menores, la madre de otra presunta víctima del funcionario, quien también declaró en Cámara Gesell pero poco tiempo después habría variado su versión.
“Este hombre está libre y ya lo vieron en la Municipalidad como si nada hubiera ocurrido. Volvió como jefe, lo vi y me atemoricé y mucho más mi hija que tiene sólo 15 años cuando se enteró que lo habían liberado”, sostuvo a PRIMERA EDICIÓN la denunciante (45) trabajadora en una escuela de Puerto Libertad.
“Mi nena me pidió que nos fuéramos de Libertad, que nos cambiáramos de pueblo, que ella no se anima a volver a la escuela. La noticia de la excarcelación la volvió a inmovilizar, no quiere salir a la calle y debimos recurrir a mayor contención psicológica”, agregó.
“Este hombre tenía una pieza, detrás de su oficina en la Municipalidad, ahí había un colchón tirado y llevaba a las menores que acosaba por redes y les ofrecía dinero o becas, con total impunidad lo hacía. Mi hija lo declaró y la otra chica también, fue aberrante”.
No podemos saber durante cuántos años estuvo haciendo lo mismo, abusando de niñas, porque manejaba dinero y buscaba a las niñas vulnerables. Yo descubrí esto en abril, cuando revisé las redes sociales de mi hija y tenía mensajes insistentes, pero ya la había abusado hace tres años, cuando tenía 12”.
La declaración de la víctima que inició la causa y que registra el expediente del juez instructor Martín Brites en Puerto Iguazú, sostiene que cuando tenía 12 años, una amiga, dos años más grande que ella, le pidió tras salir del colegio que la acompañe hasta el edificio municipal. Describió entonces la situación de abuso sexual que padeció junto con su compañera en una oficina de la intendencia.
A esta denuncia se sumó una adolescente de 16 años quien se presentó junto a su novio en dependencia policial y contó los abusos que sufrió en los últimos años por parte del mismo funcionario.
Esta menor habría asegurado que el acusado la contactó a través de la aplicación de mensajería Whatsapp y le dijo que consiguió su número por medio de una amiga y le ofreció dinero a cambio de verla. Recurrió de inmediato a su madre (36) y se lo contó pero esta mujer lejos habría estado de contenerla y acompañarla a denunciar, sino que la obligó a encontrarse con el hoy imputado y dejarse someter.