El mandatario de izquierda Pedro Castillo podría enfrentar un juicio político solo cuatro meses después de asumir la presidencia de Perú. El Congreso, controlado por la oposición derechista, definirá hoy si acepta debatir el pedido de destitución, una medida recurrente que refuerza la inestabilidad e incertidumbre política del país.
El pedido de “vacancia”, como llaman al juicio político en Perú, surgió tras la acusación de la congresista Patricia Chirinos, del partido opositor Avanza País, de que el maestro rural está incapacitado para gobernar.
“Declárase la permanente incapacidad moral del presidente de la República, José Pedro Castillo Terrones, según lo establecido en el inciso 2 del artículo 113 de la Constitución Política del Perú”, dice la moción.
Keiko Fujimori, quien no pudo vencer a Castillo en la segunda vuelta electoral, no tardó en avalar el pedido. “En Fuerza Popular creemos que este gobierno viene demostrando una permanente incapacidad para conducir el país”, publicó en su cuenta de Twitter la derechista.
Además, Castillo es incriminado por reuniones irregulares con empresarios y funcionarios políticos en una vivienda ubicada en Breña, que pusieron su credibilidad en tela de juicio.
“Esos temas de Breña el presidente debería aclararlos. El país espera un pronunciamiento, una aclaración del presidente. Yo creo que es lo que corresponde”, indicó Alva Prieto, la titular del Congreso, en una entrevista al canal N.
Aprobación
Esta es la quinta moción de juicio político contra un presidente peruano en los últimos cuatro años y recuerda los pedidos similares que condujeron a la caída de los mandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.
Para admitir la moción, son necesarios 52 votos de los congresistas. Según medios limeños esto va a ser posible, ya que el pedido de juicio político contaría con al menos 57 votos en el Congreso para ser sometida a debate.
Si se logra dar luz verde al debate, Castillo debería comparecer ante el plenario, posiblemente la próxima semana, a presentar sus descargos. Luego los 130 legisladores decidirían si lo destituyen, para lo cual se necesitan 87 votos que los opositores difícilmente consigan.
“Forzar la figura de la vacancia, como ya ha ocurrido antes, lo único que ha llevado es a mayor inestabilidad y usar la Constitución, violándola. Esto no libera a Pedro Castillo de encabezar un mal Gobierno”, escribió el analista Fernando Tuesta en su blog.
Una eventual destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en junio, cuando los partidos rivales denunciaron “fraude” a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.
Castillo llamó al diálogo con los jefes opositores en los últimos días, en busca de una alternativa a una moción que considera “sin ningún sentido” y un “golpe de estado”. Pero Fujimori y otros líderes se negaron a hablar con él.
El partido marxista que lo llevó al poder, Perú Libre, adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción, aunque han tenido desacuerdos con el presidente.
Si Castillo fuera destituido, debería asumir la vicepresidenta Dina Boluarte, quien posiblemente enfrentaría un destino similar.
Fuente: Medios Digitales