Fueron 10 los testigos que durante toda la mañana de ayer declararon ante los magistrados del Tribunal Penal de Oberá, en la cuarta jornada del juicio por la muerte de Hugo Wasyluk (38), ocurrida hace más de una década en una celda de la seccional Primera de Oberá. De todos los testimonios, el que resaltó de los demás fue el de un policía, quien en su primer día de servicio activo le tocó enterarse de la muerte del detenido. Minutos antes de las 9, exdetenidos, efectivos policiales y un médico se presentaron ante los jueces.
Con la boca lastimada
Eduardo Fabián Villarreo, cabo Primero, dijo ayer que no recordaba nada de lo sucedido porque habían pasado diez años. A raíz de ello le leyeron lo que señaló durante la etapa de instrucción. Dijo que el móvil de Villa Bonita trajo a Wasyluk y lo hizo ingresar por el frente de la comisaría. Lo vio al detenido con una camisa abierta, marcas rojas en el pecho y la boca lastimada. En ningún momento le pidió para ir al médico. Al otro día, Wasyluk no se quejó de nada, solamente decía “mamá traeme una frazada”, en un tono común, indicó.
“Estaba frío”
El cuarto en hablar fue el policía Gustavo Marcos Wereszczuk (33). Relató que ese 25 de abril, cuando lo llevaron a Wasyluk, el no estaba en la comisaría. Le habían asignado el primer turno recién para el día siguiente. Era su primer día de trabajo como efectivo. Indicó que durante su guardia, antes de salir a una recorrida en la zona de una escuela, caminaba por el patio de la comisaría Primera y lo vio a Wasyluk parado en la puerta del baño de la celda. “Me miró riéndose. No me pidió para ir al médico. Entre risas me dijo ‘no puedo cagar’, se dio vuelta y se fue para adentro”. Cabe recordar que la víctima murió por aspiración de líquido intestinal. “Comenté lo que me dijo al jefe de guardia, pero no le presté mucha atención porque no parecía estar mal”, señaló Wereszczuk.
“A las 11 regresamos para cenar. Era mi primer día de servicio, yo estaba muy emocionado. Tomé una vieja linterna y me fui al sector de celdas. En la 1 todos dormían. En la 2, en la que estaba Hugo solo, no alcancé a verlo. Giré por el costado y por el ventiluz observé los pies adentro del baño. Pegué la vuelta, golpeé la reja, empecé a llamarlo. No me respondía. Avisé a mis superiores. Entramos a ver y ya estaba fallecido”.
Ante la consulta del tribunal, el efectivo afirmó que cuando lo vio a Wasyluk por primera vez, no observó lesiones porque estaba con pantalón y una remera. “No tenía cómo saber lo que le pasaba”.
“Cuando ingresamos a la celda, no lo podía creer. Entramos con el oficial Lentini y no recuerdo quién más”. Le palparon las pulsaciones y “estaba frío”.
Las partes le hicieron recordar que según el expediente, él había tenido un encuentro casual en la calle con el hermano de Wasyluk, situación en la que le comentó todo lo que él había vivido con la muerte del detenido. Le dijo que lo habían traído desde la comisaría de Villa Bonita y llegó a la Primera porque en la Segunda no lo quisieron recibir porque constataron los “daños” que tenía y no lo quisieron alojar. “Eso yo lo averigüé por mi mismo”.
Sobre este punto las partes hicieron hincapié. Al final de su declaración, Cristina Salguero, defensora del sargento De Mattos, le pidió que aclarara si fue así o no. Dijo que no estaba seguro. ¿Supone usted que la Segunda no lo recibió a Wasyluk porque tenía lesiones que no estaban en el certificado médico? “No lo sé”, respondió.
Lo atendió ese día
Lein Hung Kuo, un médico que se desempeñaba en Villa Bonita, declaró que atendió a Hugo Wasyluk y precisamente el 25 de abril de 2011, en horas de la siesta. “Fue a la sala a hacer una consulta por una micosis y por insomnio. Estaba ebrio”. En ese momento no observó que tuviera golpes. “Sólo inestabilidad en la marcha por embriaguez”.
La fiscal Myriam Silke le consultó si le vio algún golpe en el abdomen o las piernas. “No creo, porque si lo hubiera visto lo habría expresado en su momento”, manifestó.
“No se escuchaba”
Un hombre que había estado detenido en la comisaría de Villa Bonita el día que lo detuvieron a Wasyluk, dijo que en esa comisaría había dos celdas y una no se usaba. “Hugo Wasyluk nunca estuvo con nosotros”, afirmó. “Ese 25 de abril de 2011, estuve detenido con Oscar Neris. No se escuchaban ruidos de afuera. Se escuchaba que hablaban, pero no se distinguía qué decían. También se escuchaba un secadero y vehículos”.
Sin embargo, le recordaron que en la etapa de instrucción dijo haber escuchado el arribo del móvil policial, el ruido de botas y golpes.
Para hoy se aguarda la declaración de más de diez testigos, antes del cuarto intermedio hasta el lunes.