Los resultados de las pruebas de desempeño educativo ERCE 2019, administradas por UNESCO-LLECE, dejaron al desnudo las deficiencias en los aprendizajes de los estudiantes argentinos que registraron el peor desempeño en la historia en la evaluación internacional comparativa. Los números preocupan ya que los datos se registraron antes del advenimiento de la pandemia, también porque se cayó respecto a las mediciones de 2006 y 2013.
Así las cosas, el estudio arrojó los peores resultados en la historia para los estudiantes argentinos quienes quince años atrás superaban en todas las áreas a sus pares de la región y hoy están por debajo del promedio respecto a matemática, lengua y ciencias naturales.
Paralelamente, otro estudio elaborado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano, sobre la base de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), advierte que al menos uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja en la Argentina, y se incluyen en la denominada “Generación Ni-Ni”.
La desinversión, las carencias educativas y los elevados índices de pobreza empujan índices como los obtenidos condenando el futuro del país.