Una oportunidad como pocas tuvieron bailarines y estudiantes de danzas misioneros que, durante una semana, pudieron y podrán asistir a los seminarios y masterclass con Myriam Barroso y Maximiliano Guerra.
Ella fue elegida por coreógrafos nacionales e internacionales como solista y primera bailarina, para obras como Romeo y Julieta, La bella durmiente del bosque, Coppelia, El niño brujo, La bayadera, La fierecilla domada, El cascanueces, Don Quijote, Giselle, Suite en blanc, Juego de cartas, Dvorák Serenade, entre otros.
Guerra hizo historia en la danza clásica mundial. Fue primer bailarín en los más importantes teatros como el Bolshoi de Moscú, el Royal Albert Hall de Londres, el Metropolitan Opera House de Nueva York y la Ópera de París, entre otros.
Hoy, son director y codirectora del ballet estable del Teatro Colón de Buenos Aires y recorren el país enseñando lo que tanto los apasiona. Y uno de los destinos elegidos fue Misiones, invitados por el Estudio de Danza Lorena Silvero y por Marta Arias de Posadas.
En comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones (la radio de PRIMERA EDICIÓN), Maximiliano Guerra dijo que “es hermoso estar de vuelta en Misiones, estuve muchas veces bailando en la provincia pero, esta vez, vengo en el rol de la docencia que es algo que me motiva y me encanta“.
“Me lleva a mis orígenes, a mis principios pero también a darle a los jóvenes muchas herramientas para continuar su carrera, para que puedan concretar sus sueños”, agregó.
Contó que a los alumnos los tuvo virtualmente pero, recién ahora, pudo conocerlos personalmente.
El bailarín y coreógrafo contó lo que les dice a sus alumnos: “Siempre les digo que no bajen los brazos, que no dejen de lucharla. Quizás nos encontramos con muchos no a lo largo de la carrera pero siempre hay lugar para todos”.
Y recomendó que “hay que estudiar mucho, porque la danza no se hace solamente con el cuerpo sino con mucho estudio de la historia de la danza y de la música, de saber de dónde venimos para saber a dónde vamos. Y crecer, siempre crecer y trabajar todos los días”.
Reveló que “mi maestro Wasil Tupin siempre decía que la danza era 5% de inspiración y 95% de transpiración”.
Destacó que “la danza tiene algo que no podrá modificarse nunca, ni siquiera con toda la tecnología que existe hoy que es rápida y veloz, donde San Google tiene todo guardado pero no tiene algo que es el boca a boca“.
“Nuestra carrera se transmite de persona a persona, con la admiración que se tiene de una persona que vio a alguien con quien vivió o convivió en una carrera. Te puedo hablar de muchos grandes con los que he aprendido, compartido y eso no te lo puede contar San Google sino que lo puedo hacer yo y la gente que lo vivió”, continuó.
Sobre la fama y la actividad, Guerra dijo a quienes quieren dedicarse a la danza que “nunca bajen los brazos, nunca crean que todo está hecho, todos los días se aprende algo y es una oportunidad más para seguir creciendo. Que nunca se llega al tope, siempre hay un lugarcito más dónde ir y buscar la perfección y la excelencia. Ser famoso no es una carrera, tener éxito es simplemente sentirse bien con lo que uno hace y que le gusta hacerlo de la mejor manera posible”.
Clásica, madre de las danzas
A su vez, Myriam Barroso opinó en FM de las Misiones que “la danza clásica es la madre de todas las danzas. Es primordial para cualquier estilo: un bailarín de tango, de contemporáneo. Todos los ballets tienen su clase de danza clásica que es la base de todo”.
Aseguró que su carrera con el Teatro Colón, “todo el viaje que nos trajo hasta donde estamos, nos hizo vivir muchas experiencias y aprendizajes. Como dice Maximiliano, tratamos de transmitir en lo posible a los alumnos una guía en el camino de la danza. La danza hace que en la vida nos pongan disciplina, más allá que algunos lleguen a ser grandes bailarines, grandes maestros. Pero también es acompañar a la vida cotidiana y las madres y padres son agradecidos en ese sentido“.
“Nosotros les agradecimos a ellos por brindarles esa posibilidad a los chicos de acercarse a la danza, a la cultura, a la música. Es tan importante en estos tiempos difíciles, donde la comunidad está tan dada vuelta, donde no sabemos el rumbo y la verdad que la cultura es un acompañamiento fundamental para los seres humanos desde chiquitos”.
“La pandemia nos caducó algunos proyectos que ahora, por suerte, estamos comenzando a realizar otra vez. Estamos felices porque conocimos a los alumnos presencialmente, nos abrazamos y nos seguimos cuidando”, reflexionó Barroso.