Un equipo de investigadores del Centro de Estudios Hidroambientales (CENEHA) dependiente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (FICH-UNL), desarrolló un proyecto de criterio ambiental junto a la empresa Grupo Chiavassa. “Se enfocó en evaluar la tecnología de humedales construidos para el tratamiento del efluente generado por la empresa, con el fin de lograr características fisicoquímicas aceptables para que pueda utilizarse en operaciones de lavado y así reducir el consumo de agua cruda, extraída de perforaciones, en este caso”; explicó a Argentina Investiga el doctor en Ingeniería Ambiental y miembro del Centro de Estudios Hidroambientales (CENEHA – FICH), Emiliano Andrés Veizaga.
Como resultado se logró el desarrollo y puesta a prueba de una experiencia de tratamiento de efluentes, concretamente del establecimiento lechero del Grupo, que permitió mejorar su calidad y que el agua tratada pueda ser reinsertada en el circuito productivo, particularmente para el lavado e higiene de corrales.
Grupo Chiavassa es una PyME familiar que, desde hace cuatro generaciones, se dedica a la producción de leche, cereales y oleaginosas.
En esta oportunidad, la firma se vinculó con la UNL, lo cual le posibilitó la evaluación y la puesta en marcha de un sistema piloto de depuración de efluentes del tambo a partir del diseño y la construcción de un humedal a pequeña escala. “La relación surgió un tiempo antes, cuando Chiavassa solicitó asesoramiento para la evaluación de la calidad de agua de explotación para uso ganadero y, posteriormente, para aumentar la explotación de agua cruda debido al incremento en la producción de leche”, agregó.
Repensar la producción
Los establecimientos dedicados a la producción de leche consumen gran cantidad de agua para mantener la higiene de su circuito de producción; el agua residual es conducida a sistemas de tratamiento que con el uso van reduciendo progresivamente su capacidad de depuración. Debido a su elevada carga orgánica, estos efluentes deben ser tratados a fin de disponerlos de manera segura. En el caso de Grupo Chiavassa, estos efluentes son conducidos a una laguna de pretratamiento que favorece su proceso de sedimentación y clarificación.
La tendencia es reutilizar el agua tratada en las etapas de la producción, contribuyendo a reducir el consumo de agua cruda y energético y con ello el impacto ambiental. Recientemente, la construcción de humedales artificiales para el tratamiento secundario o terciario de aguas residuales ha tomado impulso gracias a sus ventajas comparativas respecto de los sistemas convencionales (lagunas aeróbicas o anaeróbicas y lodos activados). Este proyecto contempló el diseño y el desarrollo de modelos a escala laboratorio de humedales para tratar y reducir la carga contaminante del efluente de un tambo a fin de reutilizar el agua tratada para etapas de lavado.
Para llegar a este resultado, el equipo debió realizar una serie de ensayos preliminares de degradabilidad del efluente crudo y las pruebas de adaptación de la vegetación al efluente a tratar, las que tuvieron lugar en el Laboratorio de Ambiente de FICH. En dicha etapa, se llevaron a cabo las tareas de relevamiento de los sitios de generación de efluente, el diseño y el dimensionamiento del sistema de tratamiento a escala laboratorio y la monitorización in situ de la calidad del agua.
Por otro lado, la implantación y la monitorización del crecimiento y el desarrollo de las especies vegetales seleccionadas para la construcción de los modelos de humedal. Finalmente, se hizo la toma de muestras de agua y el análisis estadístico y comparativo de los datos de calidad química que se determinaron durante el período que duró el proyecto. De este trabajo en equipo se determinó el sistema de humedal más eficiente.
Articulación con la UNL
Existen antecedentes de vinculación entre la UNL y el Grupo Chiavassa. La empresa ha solicitado antes asesoramiento para la evaluación de la calidad de agua de explotación destinada a uso ganadero y, posteriormente, para aumentar la explotación de agua cruda debido al incremento en la producción de leche.
En este caso puntual, el proyecto llamado “Depuración de efluentes de tambo a partir del diseño y construcción de un humedal a pequeña escala” fue financiado en parte por la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación, en la convocatoria Investigación Aplicada en PyME. Este proyecto fue formulado y administrado por el CETRI Litoral, de la Secretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNL y es continuación de un proyecto presentado y financiado en la convocatoria Innovación Productiva 2015, llamado “Desarrollo de un sistema de gestión integral de ganado lechero en condiciones de confinamiento a partir de Cama de compost, adaptado a las condiciones agroclimáticas de la cuenca lechera santafesina”. En ambos proyectos el CETRI brindó asistencia para su formulación y ejecución. En esta experiencia previa, la empresa se había vinculado con expertos de la Facultad de Ciencias Veterinarias, quienes brindaron asistencia técnica.
A pesar de haber tenido que atravesar un proceso inflacionario repentino que requirió la adaptación del proyecto y una consiguiente reducción de su prototipado, logró realizarse la evaluación pretendida inicialmente.
“La vinculación con la empresa fue magnífica, desde el punto de vista técnico y humano. La evaluación llevada a cabo a pequeña escala ha permitido validar el funcionamiento del sistema en cuanto a su tipo de flujo, el crecimiento de la vegetación implantada y a la depuración efectuada de las variables de calidad cuantificadas”, afirmó Veizaga.
A su vez, manifestó que los prototipos han mostrado un grado de depuración acorde a lo esperado en escala laboratorio y que en una próxima etapa se apunta a escalar y consolidar este procedimiento como futuro sistema de tratamiento para todo el establecimiento.
Cabe destacar que contar con un sistema de tratamiento de efluentes dentro del circuito de producción que permita la reutilización del agua tratada, posiciona a dicha empresa en un escalón superior desde el punto de vista comercial y competitivo, colocándola como referente en la región en materia de gestión ambiental.
Además, le permitirá calificar para el otorgamiento de normas internacionales de calidad (ISO), y la posibilidad de conseguir estímulos económicos de gran envergadura para la mejora y la protección del medio ambiente en el entorno del establecimiento.