Una pasión es una pasión. Y bien lo sabe Santiago Prates (18), que aprendió a gatear entre herramientas y motores. Allí también aprendió a querer a los fierros y heredó de Jorge, recordado preparador del automovilismo provincial, esa pasión que ahora vuelca en las pistas cada vez que se sube al karting.
El posadeño ya ganó cinco de las seis carreras de la temporada en el Campeonato Misionero y en la próxima, el 30 y el 31 de octubre en Oberá, podría coronarse anticipadamente en la categoría Máster 200 cc. Será un sueño cumplido tanto para él como para su madre y para su padre, que no estará físicamente pero sí cada vez que se sube al kart.
“Es el sueño cumplido de mi viejo que pueda estar en actividad, en el autódromo, que todos me saluden por el recuerdo que tienen de él. Eso es lo mejor que me pudo haber dejado de legado”, sintetizó Santi a EL DEPOR, que sueña con quedarse con su primer título.
¿Cómo arrancó tu amor por los fierros?
El amor por los fierros arrancó desde chico. Mi viejo era Jorge Prates, mecánico y preparador de autos. Yo lo acompañaba a todas las carreras. Y entre semana, salía de la escuela y me instalaba toda la tarde en el taller que tenía sobre Santa Catalina y Chacabuco. Me críe en ese taller.
¿Y cómo empezaste a correr?
La idea siempre era debutar, pero en aquel entonces no teníamos mucha idea del karting, no estábamos tan metidos. Siempre quería debutar, pero lo económico no acompañaba. Incluso llegamos a comprar un karting, pero hicimos una sola prueba y ahí quedó todo. Mi viejo murió en 2015 y, al poco tiempo, un gran amigo de él, el ‘Mono’ Stanganelli, se acercó y me planteó la posibilidad de correr, sobre todo para cumplir ese objetivo que tenía mi viejo conmigo. Él ‘Mono’ lo hizo de onda, eran muy apegados, muy amigos con mi viejo.
¿Cómo fue ese primer año?
Arrancamos en 2016, yo tenía 13 años. Corrimos ocho de las diez carreras de la temporada y salimos subcampeones. Lo del ‘Mono’ fue de muchísima ayuda, porque después, en 2017 y 2018, estuve parado por lo económico. Y fue en 2018 que tomé la decisión de volver a correr. Vendí el chasis que tenía, empecé a hacer de todo un poco para juntar la plata y compramos un chasis nuevo…
¿Qué hiciste para cumplir el sueño de volver a correr?
De todo… Trabajé unos cuatro meses en el taller de un amigo de mi papá, después también vendimos empandas y hasta vendí mi bicicleta y otras cosas para juntar la plata. No fue fácil, al punto que logramos juntar el presupuesto pero casi no largamos en esa primera fecha de 2019.
¿Y cómo anduvo la temporada?
Ese año hicimos la temporada completa en la categoría 4T Estándar. Terminamos en el puesto 12 sobre 51 karts, así que para nada mal, más allá de que tuvimos problemas. El rendimiento era bueno, pero no podíamos concretarlo en los resultados.
Y te fuiste al DRS Competición…
Me incorporé al equipo en 2020 y llegamos a correr la única del año antes de la pandemia, que fuimos sextos. Entonces vino la pandemia… Y arrancamos de nuevo este año, con ganas de probar algo distinto, así que nos fuimos a la Máster.
¿Y el 2021? Venís con todo…
Sí, sí, arrancamos ganando la primera fecha en Oberá y de ahí no paramos. Ya llevamos ganadas cinco de las seis fechas del campeonato. La verdad esq ue la categoría está muy linda, muy pareja, quizás falta un poco más de karts, porque hasta ahora somos unos diez, pero la paridad entre todos es absoluta.
¿Cómo te sustentas ahora?
Tengo dos o tres sponsors que me apoyan y que no quieren que les haga publicidad. Y también está Elevar. Todos ponen su granito de arena y así vamos tirando.
¿Cuál es el objetivo del año?
La meta es salir campeones. Quedan todavía dos fechas, pero creo que si ganamos la próxima en Oberá, a fin de mes, ya nos va a alcanzar para festejar, así que estamos enfocados en eso.
Va a ser un sueño cumplido para vos y para tu viejo…
Cada triunfo va dedicado a él y a mi mamá, que me banca todos los días con esta pasión. Trato de devolverle a ella todo el esfuerzo que hace. Y sobre mi papá, espero que esté orgulloso de todo esto. Estar en actividad ya es el sueño cumplido de mi viejo. Estoy contento por eso, por ir al autódromo y que todos lo recuerden y me saluden. Creo que ese es el mejor legado que pudo dejarme.