El viejo edificio de la Federación de Cooperativas de Misiones (Fedecoop), que se encuentra ubicado por la avenida Uruguay y Buchardo de Posadas, fue vendido hace algunas semanas a un grupo económico de Misiones.
Desde la entidad no quisieron brindar datos de la operación ni del comprador. Trascendió que la venta se concretó por una suma cercana al millón trescientos mil dólares, pero no fue confirmado.
Uno de los voceros de la entidad, consultado por PRIMERA EDICIÓN explicó que “esta operación se hizo bajo reserva absoluta a pedido del comprador y también de los integrantes del Consejo de la Federación”.
“Es una cuestión que se ha venido tratando durante muchos años porque semejante edificio le quedaba ya muy grande, habida cuenta de la actividad que hoy desarrolla la institución que es meramente gremial, antes era Molino, tenía oficinas”, agregó.
Y por último el informante dijo: “Incluso en el boleto están asentados los puntos de confidencialidad absoluta, así que no podemos, de parte nuestra, publicar ni salir a decir nada de esta operación”.
La única información que trascendió hasta el momento fue dada en el programa “Espacio abierto” que se emite por Cadena Express donde aseguraron que la venta fue realizada hace unos treinta días atrás.
También informaron que el dinero que se obtuvo con la venta del edificio podría ser volcado al sector cooperativo, atendiendo necesidades de las cooperativas, y que se definirá en una reunión con todos los representantes de las cooperativas asociadas.
El viejo edificio de la Federación de Cooperativas de Misiones (Fedecoop), en sus inicios tenía molino yerbatero y hasta una marca propia y en su momento fue la “cabecera” de la “Ñande Yerba” que había impulsado el gobierno del exgobernador Ricardo Barrios Arrechea. La iniciativa fue desechada por el también gobernador Julio Humada, que habría sido presionado por los grandes molinos de extrazona.
Las instalaciones del edificio estaban totalmente ociosas mientras que la tarea de la entidad es meramente administrativa, por lo que “no tienen razón de ser” y “nosotros pretendemos tener una oficina acorde a lo que necesitamos en la actividad gremial”, dijeron extraoficialmente.
Según versiones que se manejan en el Consejo, el dinero obtenido se volcaría al sector cooperativo, “atendiendo necesidades de las cooperativas, que van a garantizar sus financiamientos a tasas menores con la materia prima”.
Los dirigentes cooperativos entendieron, después de realizar algunas tasaciones, que “pierde totalmente sentido que sea un capital que esté muerto cuando en realidad puede ser un capital que puede estar generando posibilidades y alternativas a las pequeñas cooperativas del sector”.
Antes de la venta se creó una comisión dentro del Consejo de Administración para que quede total y absolutamente con claridad los números que se manejaron.