Investigadores de AFIP-Aduana lo perseguían desde 2019, entonces un joven de 22 años que viajaba por varios países de la región y hasta de Centroamérica, que escondía quince cédulas de identidad brasileñas distintas y que no se amilanaba por exponerse como un playboy vinculado a los negocios del narcotráfico.
“EK” expone su vida excéntrica de oro, armas, ropa suntuosa y adoración al colombiano Pablo Escobar Gaviria y al mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán en sus redes sociales.
Posteó videos y fotos de avionetas presuntamente dedicadas al narcotráfico, fajos de dólares, euros, reales y pesos, pistolas y fusiles automáticos, algunos bañados en oro, en su cuenta de Facebook.
A punto de cumplir 25 años sus imágenes son ostentosas. De presunto gusto por el consumo oneroso y los gastos en efectivo. Joyas, zapatillas Dolce Gabbana, carteras y mochilas Louis Vuitton llenas de billetes, bañeras con marcas de champaña importada y pastillas de drogas sintéticas, rodeadas de “flores” de marihuana. Pero también imágenes de lo que asegura fue su escape de un allanamiento policial en México. “Vinieron a hacerme una serenata”, se mofó.
A las 14.15 de ayer, cuando se desabrochaba el cinturón de seguridad en el avión que acababa de aterrizar en Posadas, proveniente de Buenos Aires, alias “EK” fue sorprendido por los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que se acercaron y en pocas palabras le comunicaron que se quedara tranquilo, que iba a descender esposado de la aeronave pero sería conducido a una celda e incomunicado hasta el lunes en que será llamado a indagatoria por la jueza federal de Posadas, María Verónica Skanata, por las sospechas de sus actividades delictivas en Argentina.
Pero principalmente, aguardará privado de la libertad que los trámites de extradición a Brasil se agilicen para que retorne al Estado de Rio Grande do Sul, donde la Justicia le hará cumplir los seis años de prisión por comercializar cocaína en varias ciudades próximas a su San Borja natal, frente a la localidad correntina de Santo Tomé.
El joven brasileño comenzó a ser investigado bajo siete identidades distintas y múltiples viajes a México, Colombia, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay y su respectivo país en menos de dos años y en plena vigencia de la pandemia.
En Posadas se lo vincula a la actividad nocturna pero también llamaron la atención de los sabuesos impositivos sus montos millonarios de dinero sin curso legal y adquisiciones suntuosas. Los que contrastaban con la inversión visible de su propiedad, un local de comidas rápidas a menos de 50 metros de la Casa de Gobierno y de la Unidad Regional I de la Policía provincial.
El procedimiento de ayer se realizó por orden del Juzgado Federal de esta capital y con el apoyo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y agentes aduaneros.
Lo apuntan como intermediario de embarques de marihuana, cocaína y drogas sintéticas, además de precursores químicos. También sospechan que sus actividades delictivas se relacionan con el cartel mejicano de Sinaloa y con la organización narcocriminal paulista “Primer Comando Capital”.
Escoltado por los efectivos federales, “EK” sobresalió también ayer en el aeropuerto General San Martín por sus zapatillas Dolce Gabbana estimadas en varias decenas de miles de pesos, una cadena y dije macizos de oro con sus iniciales, una gorra Louis Vuitton con un pin de oro de la marca y una cartera bandolera de la misma firma, en la que transportaba varios de sus documentos falsos, pero 240 mil pesos y 200 dólares en efectivo.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN señalaron que el brasileño fue descubierto en el control migratorio antes de abordar el vuelo de la empresa Fly Bondi en la localidad de San Fernando, Buenos Aires. Se identificó con su identidad real y su alerta de Interpol fue rápidamente cotejada con los registros de redes sociales que habría posteado desde San Clemente del Tuyú, localidad de la costa bonaerense donde habría viajado “a descansar con su novia posadeña de 19 años”.
Para los investigadores, las sospechas de actividades ilegales, principalmente narcotráfico, lo tendrían involucrado.
“Mucho dinero y rápido, mucho lujo y confort sin radicación formal en Posadas”, todos sus actos fueron recolectados por AFIP-Aduana, pero también remarcaron su “habilidad para moverse constantemente, no permanecía más de un mes en un lugar”.
Y sus apariciones en redes sociales se replicaban cada quince días. “Videos de armas, joyas y dinero en los que aparecía como el propietario, el patrón de vacaciones. Después volvía a desaparecer y se le perdía el rastro. Podía activarse en Sinaloa en México, como en Medellín Colombia. En la Hacienda Nápoles de Pablo Escobar o entregando billetes y comida junto a una hija del “Chapo” Guzmán”.