Universidades privadas y públicas en Misiones se preparan para el regreso a una presencialidad plena en las aulas. Sin embargo, a poco de finalizar el año optaron en asegurar un regreso total clases presenciales recién para el 2022. Durante la pandemia, debieron organizar grupos y ocupar los espacios disponibles.
PRIMERA EDICIÓN habló sobre este tema con algunas instituciones educativas para conocer cómo cerrarán este ciclo lectivo y que esperan para el 2022. Desde la Universidad Católica de las Misiones (UCAMI) su rectora, Ana María Foth, indicó que en lo que resta de este cuatrimestre “las clases dedicadas a contenidos teóricos continuarán en la virtualidad. Mientras que las prácticas, tanto en los laboratorios, clases de anatomía y en las canchas para actividades deportivas, ya se realizan desde el año pasado, con su protocolo aprobado”.
No obstante, Foth aclaró que en las carreras más numerosas se organizaron en comisiones para la presencialidad. Las aulas de la UCAMI “en tiempos normales, tienen una capacidad para entre 30 a 60 alumnos, de acuerdo cada espacio”.
Durante la pandemia, “con el protocolo de distanciamiento inicial, las clases presenciales en las aulas funcionaron con cerca de un 30% de su capacidad. De ahora en más y con la flexibilización en el aforo, por cada aula se podría extender a un 50%”. Sin embargo, recordó que todo depende de cada carrera y las comisiones con las que cuenta.
La rectora aseguró que una presencialidad plena podría darse recién en 2022. De momento, la Universidad se encuentra con un proceso gradual de regreso a las aulas. En cuanto a protocolos, remarcó que se busca una presencialidad plena, pero esta debe ser cuidada y según lo establecido por los protocolos institucionales.
Desde la Universidad Nacional del Alto Uruguay (UNAU) el rector, Magno Ibáñez, contó a este Diario que cuentan con “alrededor de dos mil alumnos y ya hubo más de 600 preinscriptos para el próximo ciclo lectivo”.
En cuanto a las actividades presenciales, aseguró que “durante el 2021 se incrementaron algunas prácticas, principalmente en materias como Kinesiología”. En esta segunda etapa del año, “lo que hicimos fue incentivar que las actividades teóricas de las cátedras también puedan ser presenciales. Esto se da sólo en el caso donde los cursos cuenten con 20 alumnos o menos”, agregó.
Ibáñez detalló que para ellos cuentan con “cuatro aulas, donde también se agregaron dos más y se solicitó la colaboración de la UNaM, con otros espacios disponibles. En general, cada una tiene una capacidad para 40 alumnos”.
Asimismo, el problema es que los estudiantes en la pandemia “no residen en San Vicente, sino que están viniendo desde otras localidades. El tener que alquilar desde octubre es algo costoso y lo que buscamos es evitar que abandonen la carrera. Al no estar viviendo aquí, si ponemos actividades presenciales de lunes a viernes se complica”.
El rector explicó que hasta ahora es “organizar las actividades presenciales en una jornada a la semana, para evitar complicaciones”. El problema es que en la actualidad “algunos ya han dejado porque dicen que van a esperar a continuar en presencialidad”.
Desde la UNAU “proyectamos una presencialidad plena, total, pero esto recién va a poder programarse para el 2022”. Por otra parte, recordó que “además está el tema de los docentes. No contamos en San Vicente con una cantidad suficiente de profesores, sino que vienen de Posadas y otras localidades”.
El retorno a la presencialidad de manera gradual
El rector de la Universidad Gastón Dachary (UGD), Luis Lichowski, indicó a PRIMERA EDICIÓN que “estamos retornando a la presencialidad. En todas las sedes y carreras tenemos actividades presenciales, pero por supuesto que no son aún al 100% porque deben respetarse las pautas sanitarias”.
Tanto en Posadas, Eldorado y Oberá, “la política es de regresar a la presencialidad de manera gradual”, añadió.
Para volver a las aulas, “en algunas materias hay una alternancia. Al tener una diversidad de carreras, los grupos sin distintos. Tenemos carreras con grupos de 40 alumnos y otros son grupos más pequeños. En el caso de estas carreras más numerosas se dividen grupos para ocupar los espacios por tiempos”.
Asimismo, como característica de la pandemia “algunos alumnos retornaron al interior, a sus domicilios. Así que volver dos meses para pagar alquiler es todo un gasto. Los que volvieron a sus domicilios o tienen problemas en volver a la presencialidad, esos casos son contemplados y los alumnos pueden seguir su curso académico mediante las aulas virtuales, las videoconferencias”, agregó.
Lichowski aclaró que “la presencialidad está a disposición de los estudiantes, pero no estamos obligando aún a volver. Tanto para docentes como para alumnos, hay una necesidad de regresar. Con la pandemia, debemos tomar las precauciones para una presencialidad con el menor riesgo posible”.
En cuanto a la presencialidad, precisó que “todo depende de la materia y la carrera, porque en algunas ya es conveniente el retorno. Esto sucede sobre todo en aquellas vinculadas a prácticas, como Kinesiología”.