Efectivos de la comisaría Quinta, dependiente de la Unidad Regional X, detuvieron ayer a un hombre de 34 años sindicado como el autor de las lesiones que sufrió un profesor de historia en los primeros días de agosto. En medio de su estadía en rebeldía de la Justicia, se presume que el sospechoso regresó a la vivienda de la víctima para robar.
El presunto agresor del profesor Humberto Ismael Décima (57) fue detenido cuando habría asistido a la vivienda de un familiar en el barrio Piedras Blancas de Garupá. La policía fue alertada de su presencia ayer y montó el operativo para trasladarlo a la seccional correspondiente y dejarlo a disposición de la Justicia.
Está acusado de golpear a Décima el pasado 3 de agosto en su vivienda del barrio Los Potrillos. La denuncia fue realizada por el hijo de la víctima, quien debió permanecer internado por varios días. Además de golpes de puños y patadas, fue atacado con un machete y cascotes. Ocurrió en el patio de su vivienda, predio donde también funciona un merendero. Una pareja lo socorrió y salvó su vida.
“Volvé mañana por favor, ahora no puedo ayudarte porque estoy con visitas”. De esa manera le respondió el profesor al agresor cuando fue a pedirle para “charlar” en su casa. De poco o casi nada le sirvió ser amable con su vecino, porque en pocos segundos se convirtió en quien lo puso al borde de la muerte.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el agresor se presentó en la casa del docente en las calles El Palmar y Dellepiane con la presunta intención de mantener una charla. El diálogo no se pudo extender porque Décima lo notó alterado según dijo después en la policía.
Tal cual indicó en diálogo con este Diario, le expresó la negativa en términos afables pero el presunto agresor se retiró ofuscado y quince minutos después regresó con furia.
La víctima escuchó ruidos en el patio y salió a ver qué sucedía. En la oscuridad vio asomar al vecino con un banco de madera en sus brazos que intentaba llevarse sin autorización. “Dejá eso ahí, eso no es tuyo”, la voz de alerta fue imperativa para frenar el hurto. Pero la reacción del supuesto ladrón fue más violenta y de los restos del muro de mampostería que rompió para ingresar comenzó a lanzarle trozos a su víctima.
En el intento por esquivar los pedazos de ladrillos y cemento, Décima se cayó al piso y tendido allí sólo atinó a gritar y defenderse de los cortes directos y los planazos del machete que blandía el vecino y delincuente.
Los gritos fueron escuchados por dos personas residentes en la vivienda lindante y decidieron interceder para frenar el ataque. Lograron que el violento huyera y se mantuviera prófugo por más de cuarenta días.
Regresó, esta vez para robar
Con la captura del sospechoso, trascendió también que unos veinticinco días después del ataque, el sospechoso regresó a la casa del profesor y se llevó herramientas y costosas maquinarias para construcción además de cables y otros elementos.
La denuncia fue radicada por una mujer que presta colaboración con el merendero y según características y testimonios que aportaron los vecinos, se trataría del mismo delincuente.
La causa es investigada por el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo. El sospechoso fue aprehendido en la vivienda de un familiar donde fue a dormir.