Corría el año 1912 y la incipiente manifestación futbolística asomaba en Posadas, reservada a un reducido pero entusiasta grupo de deportistas que, cuando la gente los veía jugar en los baldíos de la costanera -el actual Parque Paraguayo- los llamaban “los locos de los calzoncillos cortos”.
El América For Ever y el Posadas Athletic Club aparecían como los clubes pioneros. Este último, fundado por los uruguayos Hector Gabús y Luis María Garrasino, tendría una efímera existencia.
Un acontecimiento impensado daría lugar al nacimiento del “Decano”. Sócrates Moglia, por entonces agente consular brasileño, recibió un telegrama firmado por un conocido deportista de Santo Tomé que expresaba: “Desafío mejor club organizado de ésa. Iremos segundo domingo de setiembre en tren recreo”.
Con el compromiso en las manos, Moglia convocó a quienes tenían una reconocida autoridad en materia de fútbol: Héctor Gabús, Luis María Garrasino, Alejandro González y Antonio Ortigoza; les transfirió el desafío y el compromiso de formar un equipo que pudiera cumplir una actuación decorosa ante el fuerte equipo correntino, que en aquella época contaba en sus filas con el extraordinario arquero Santurtún.
Los muchachos, entusiasmados por la posibilidad de una competencia importante, se pusieron a trabajar, pero con una consigna definida: la formación de un equipo posadeño no iba a ser sólo para enfrentar a Santo Tomé y después otra vez el olvido, sino que después del partido, todos se iban a juntar para construir un club donde este esfuerzo inicial pudiera proyectarse en forma más organizada para el futuro.
Al grupo se unió el profesor León R. Naboulet para organizar el espectáculo. Acudieron al despacho del entonces gobernador coronel Gregorio López, para solicitar colaboración a fin de solventar los gastos que acarrearía la atención de la delegación deportiva visitante.
Pero el fútbol todavía no había alcanzado el impacto social de nuestros días, y por ende no conmovió la sensibilidad del mandatario, quien despidió a sus interlocutores muy cordialmente, pero con los bolsillos vacíos.
Luego de golpear varias puertas, el grupo logró cincuenta pesos, suma que fuera donada como ayuda personal por Carlos Escalada, presidente del Concejo Municipal de aquella época.
El espectáculo se realizó en cancha de Ballesteros, en las actuales avenida Corrientes y calle Bermúdez, y el triunfo correspondió a Santo Tomé por 2 a 0.
Posadas estuvo representada por Juan Arce, José Escobar, Antonio Ortigoza, Luis María Garrasino, Saúl Valdez, José Fernández, David Recalde, Cleómenes Rovena, Alejandro González, Ceferino Aguirre y Genaro Jaquet.
Para muchos el partido fue simplemente anecdótico. Para la historia de las instituciones, el episodio marcó el cimiento inicial de lo que en el futuro sería el Club Atlético Posadas. Los organizadores, de acuerdo a lo acordado antes del partido, se abocaron de lleno a la concreción de un club de fútbol.
Fue así que el 9 de setiembre de 1912, en el salón comedor del Hotel Argentino (Félix de Azara y Belgrano), a las 9 horas se declaraba abierta la sesión de una asamblea que se extendería por dos horas. En ese interín, se designó a la primera comisión directiva del club que tuvo como presidente a León R. Naboulet; secretario: Abel Sánchez; tesorero: Francisco Fuentes, vocales: Cleómenes Rovena, Luis María Garrasino, Héctor Gabús y Daniel Costa.
Por unanimidad la asamblea aprobó la constitución de la nueva entidad, a la que, por moción de Francisco Fuentes, se le impuso el nombre de Club Atlético Posadas como un homenaje a la primera institución similar.
Los colores
Atlético Posadas tiene los colores blanco y negro a rayas verticales. Se optó por la misma casaca que por aquel entonces usaba el desaparecido Posadas Athletic Club, que por sugerencia del uruguayo Héctor Gabús había adoptado la camiseta del Club Wanderers de Montevideo (Uruguay).
Precisamente en ese equipo (antes de radicarse en Misiones) había militado Gabús, quien conjuntamente con Garrasino tuvieron el honroso antecedente de haber traído el fútbol a la capital provincial, allá por 1905.
De la “cancha de latas” a la casa propia
Pedro Pablo Labat, cuyo nombre lleva el estadio del “Deca” y el pasaje que da a su entrada principal, fue primero jugador y luego dirigente de Atlético Posadas. Durante el ejercicio de la presidencia tuvo el gesto de hipotecar terrenos de su propiedad para así poder pagar el valor de la “cancha de latas”, el inmueble que se empezó a utilizar “de prestado” y luego -por ese gesto de Labat- se convertiría en sede del club.
Nombres propios
Atlético Posadas contó con figuras notables en su plantel que hicieron historia en las emotivas jornadas de fútbol en aquella época de una Posadas con alma de pueblo. Entre ellos puede citarse a Tomas Pinto y Salvador Posdeley, los defensores Martiniano Rodríguez, Rómulo Ojeda, Raúl Atilio Kniepper y “Poroto” Ortiz.
También se recuerda a los mediozagueros Zamudio, Aquiles Amiano, Aurelio Munt, Agustín Fernández, Ernesto Vargas, “Cañada” Venialgo, Pablo Romero y Cipriano Ojeda.
Entre los delanteros hicieron época José González Heras, Olegario Bejarano, Pedro Pablo Labat, Rosendo Sauri, Francisco “Coco” Ripoll, Francisco “Chiquito” Bianchi, “Zapatero” González, Pedro Arrúa, Raúl Zappelli, Armando Gasc de Vinsac, Felipe Da Silva, Genaro Jaquet, Octavio Quintana, Lino López Torres, Hugo Falcón, Nicéforo “Papo” Giménez, Daniel “Patabolí” González, Guzmán Romero, Mario Beltrami, Jorge Enrique Puentes, José Roberto “Lechuga” Villalba, Isidro Caballero, Mateo Mendoza, Negro Benítez, Silvio Jara y Cayo Labat, entre otros.
Primeros éxitos deportivos
El primer título de Atlético Posadas fue el Campeonato de la Federación Misionera, en 1933, cuando venció a Bartolomé Mitre 3 a 0.
Posteriormente vino la fusión de la Federación y Asociación Posadeña y los títulos llegaron en 1949, 1951 y 1952, en éstos últimos años con la conducción de José Gasc de Vinsac, conocido como “José-í”.
Los mejores años fueron en la década de 1970. La frustrada consagración para el Nacional de 1971, con un equipo espectacular -frenado por Guaraní-, lo llevó a seguir insistiendo con la mayoría de ese plantel y en 1975 y 1976 representó a Misiones en los Torneos Regionales, pero no avanzó más allá del choque con Patronato de Paraná, en ambas ediciones.