Apóstoles llora la ausencia de un perro muy querido por los vecinos, “Escopeta”, era un animal callejero que recorría desde hace años la ciudad y era conocido por todos.
El pasado 20 de julio fue atropellado por un desaprensivo automovilista -otros dicen que fue un motociclista- que no se detuvo y lo dejó tirado en la calle. El grupo de rescate “Patitas Callejeras” lo atendió, trató y cuidó por más de un mes, pero lamentablemente “Escopeta” no resistió y murió, con la tristeza que llevó a muchos ciudadanos a darle el último adiós con un sentido homenaje, pocas veces visto.
Vale resaltar que, lo velaron y despidieron en el negocio de una integrante de “Patitas Callejeras” y aunque no fue extendido, muchos se tomaron un tiempo para pasar a despedir al perro que dejó una marca en el corazón de los apostoleños.
Fabiana Ramos, una de las responsables del grupo de rescate, expresó que: “Escopeta era un perro de la calle, que mucho tiempo transitó en esas condiciones, era muy querido por toda la ciudad; siempre fue alimentado y cuidado en la vía pública. No le gustaba estar encerrado, más de una vez se lo quiso adoptar pero lloraba, rompía cercos o saltaba rejas, porque amaba su ‘libertad'”.
Con sus diez años, aproximadamente, caminaba por la ciudad durante el día y a la noche buscaba algún refugio y más cuando se venían lluvias porque tenía mucho miedo al mal tiempo.
Todo empezó a desmoronarse el pasado 20 de julio cuando lo encontraron cerca del Estadio Manuel Belgrano de la Liga Apostoleña, tras haber sido atropellado. Ahí, rápidamente comenzó una campaña de ayuda en las redes sociales a la cual se sumaron innumerables colaboradores.
“Desde el 20 de julio, día de su accidente, quedó bajo el cuidado constante de Patitas Callejeras, fue cuidado de la mejor manera y operado dos veces en Posadas y sus últimos días los pasó internado en Virasoro (Corrientes)”, contó Fabiana, quien con tristeza añadió que “lamentablemente se produjo a lo último una insuficiencia renal crónica de la que no pudo salir. Pero hasta su último suspiro se lo acompañó y se hizo todo por salvarlo”.
El día del triste anuncio que nadie quería oír, ni leer fue el siguiente: “Hoy es un día triste, nos avisa la veterinaria que ya no hay nada que hacer, que nuestro amiguito está muy desvanecido. Queremos agradecer a todos infinitamente por todo lo que colaboraron con él, los que se preocuparon, los que estuvieron pendientes. Decirle a la persona que lo chocó… que por su imprudencia y por su falta de empatía, un ser vivo ya no va a a estar más, que le arruinó la vida a un ‘viejito’ que tenía mucho más para dar y para recorrer”.
Lamentablemente el 24 de agosto el fiel amigo no aguantó más y dijo adiós, la emoción por su pérdida fue muy sentida.
Su despedida tuvo lugar sobre la avenida 9 de Julio, en el casco céntrico de la “Capital de la Yerba Mate” e incluso tuvo un aviso previo de despedida, el cual cual fue recibido tristemente por muchos vecinos apostoleños y seguido de cerca con varias muestras de cariño, entre ellas cartas, velas y hasta flores. “Fue increíble”, resaltaron desde Patitas.
Sobre la despedida Fabiana Ramos dijo: “No sé si fue un velorio no lo llamaría así, fue solo un homenaje y traerlo a su ciudad desde Virasoro, porque creíamos que era lo que correspondía”.
“Fue un pedido de la gente de Apóstoles muchos querían darle ese beso de despedida o verlo por última vez, entonces decidimos en hacerlo. Si en un momento tomó forma de velorio, no lo vimos así, para nosotros fue una despedida diferente a Escopeta, solo eso”, agregó con mucha tristeza y congoja.
Apoyo increíble
Por otra parte, desde “Patitas Callejeras” contaron que “en Apóstoles más del 50% de la población colaboró con Escopeta, también gente de Posadas y hasta de Buenos Aires. Entre todos pudimos costear sus cirugías, por demás costosas, y darle lo que necesitaba para poder sacarlo adelante si bien sabíamos que podían aparecer otras cuestiones que iban a complicar su salud, pero siempre tuvimos fe y confiamos a pleno en nuestros veterinarios y que se iba a salvar”, cosa que lamentablemente no sucedió, pero Apóstoles demostró un cariño inmenso a “Escopeta”.
Refugio
Patitas Callejeras está compuesto por un grupo de mujeres que trabajan por y para las mascotas. Sin embargo, no tienen un refugio y las casas se transforman en un hogar improvisado. En la actualidad tenemos más de 80 perros. “No tenemos refugio, fueron quedando y en su momento fueron perros o animales de la calle, entonces realizamos ventas todos los viernes para recaudar fondos para ellos”, contaron.
“La gente no tiene noción de lo que son los animales, es un conjunto de cosas es ir a levantar los animales y cuidarlos en alimentos y mantenerlos. Muchas chicas alquilamos para poder tener animales, pero recaudamos para mantenerlos, después todo lo que sea higiene”.
Por último remarcaron que “no recibimos sueldo, no lucramos, no vendemos animales. Muchas veces la gente no tiene noción de lo que hacemos por los animales, cada uno tenemos nuestros trabajos pero tenemos este amor”.
“El municipio nos otorga castraciones gratis, combustible gratis para traslado. Lo que buscamos es un lugar para el refugio, lo que pasa es que los animales adultos sean adoptados. Muchas veces debemos decir que no podemos más por el lugar, es tira afloje por la gente. Pero la mirada de los animales y abrazo incondicional con ese amor de ese abrazo del encuentro”, recordaron.