Qué mezquino es el amor cuando se tiñe de posesión. ¡Qué dañino!
Limita, ata, no respeta, coarta la libertad, le pone un precio a todo, un pago, un tiempo. Se torna doloroso. Deja de ser amor y se convierte en posesión.
Posesión que nos lleva a la no expresión, no expresión que nos lleva al estancamiento, estancamiento que nos lleva al miedo, el miedo a reprimir y así caemos en el odio.
Odio por no poder manifestarse a sí mismo.
Odio por haber perdido su trascendencia.
Odio que se convierte en frustración por perder la libertad.
Frustración que se convierte en dolor, dolor de ir apagándose, perdiendo el sabor de la vida, su disfrute, su deseo. El deseo de vivir, de sentir, de expresarse y así cuando ya no se siente nada va apareciendo la depresión.
Es esa bronca contenida, ese grito encerrado, ese dolor no expresado que va opacando el alma, callando los suspiros, reprimiendo los deseos, dando paso a la tan temida tristeza, donde habiendo perdido el camino y en el máximo de oscuridad sólo un rayo de luz proveniente de una mirada de amor puede volvernos a la vida.
Un gesto, una sonrisa, una llamada, una palmada en la espalda. ¡Mira a tu alrededor!
No todos tienen en esta vida la bendición del amor. Si tú la tienes es para dar, para sanar, compartir, expandir. En definitiva, es lo único que vinimos a comprender.
Aprender a sostener el amor más sublime, buscar la naturaleza espiritual dentro de tanta materialidad es el ¡gran desafío!
Buscar y sostener los valores espirituales de la ética, verdad, justicia, fraternidad, cooperación y tantos otros en un mundo perdido de luz, es la pequeña y trascendental tarea de todos aquellos que hemos sentido el rayo de amor en nuestros corazones. Hasta que todo se vuelva más transparente y luminoso para todos, para la humanidad, sigue vibrando alto. ¡Cueste lo que cueste!
Urge formar una masa crítica que pueda producir el cambio. No te contengas, no escuches a los que malinterpretan tu corazón. Quizás ellos todavía están en el amor pequeño. Sigue el movimiento amoroso que siempre nos lleva al amor más grande.
Deja de mirar fuera, no busques la aprobación sólo siente el calor en tu corazón, si lo tienes ¡es para dar!