El bowling, bar y restaurant “Strike” de Posadas, ubicado sobre la avenida Mitre, permanece cerrado hace más de dos semanas debido a una denuncia que realizaron los vecinos por ruidos molestos.
La gerente del local, Constanza Luján, manifestó en la FM 89.3 Santa María de Las Misiones que se pusieron a disposición y que están abiertos al diálogo para solucionar esta situación. Sin embargo, advirtió que “lastimosamente hoy en Posadas el único lugar que está cerrado es el bowling”.
Sobre el accionar de la Municipalidad de Posadas, Luján indicó que “estamos muy confundidos”. “Nosotros sufrimos ya la quinta clausura, las tres primeras por protocolo de COVID-19, después hemos tenido dos clausuras por ruidos molestos, y ahí es un poco donde ahora vemos la complicación”, detalló.
Al respecto, expresó que “la primera clausura por ruidos molestos tuvo un levantamiento inmediato una vez que presentamos los descargos, y después se produjo la segunda clausura el 9 de este mes que hasta el día de hoy no hemos podido levantar”.
Esta situación genera preocupación e incertidumbre entre los trabajadores y propietarios del local ya que desconocen el motivo por el cual continúa el cierre. “La clausura se produce porque hacen un control con el decibelímetro en la vía pública y en la casa del vecino, pero no nos dejan constatar cuál es el volumen que les indica a ellos. En la vía pública tenemos autorizados 50 decibeles y resulta que las mediciones que hicimos nos marcan entre 53 y 56 decibeles, o sea que tampoco es un exceso como para tener clausurado 15 días un local”, sentenció.
Luján aseveró que desde el bowling presentaron el descargo correspondiente ante el Juzgado de Faltas con las pruebas que a su entender no avalan la clausura, sin embargo las autoridades municipales no procedieron al levantamiento de la misma.
Señaló que el mayor inconveniente que tienen es por el Decreto 644/21 que dice que todos los bares, restaurantes y confiterías de la ciudad pueden tener espectáculos en vivo pidiendo una autorización con cinco días de anterioridad, desde las 20 a las 0.
“Todos estos permisos se nos habían otorgado, pero a partir del 1 de julio se nos cortaron y nos dicen que no nos pueden dar más. Había sido que en ese decreto estaba excluido el tema del DJ, nosotros lo habíamos tomado como espectáculo en vivo, así que eso también fue motivo de la clausura, pero hasta el día de hoy nadie nos sabe decir por qué no cumplimentamos con eso”, señaló.
Destacó que la habilitación que posee el local es para bowling, pool, restaurante y bar y tiene vigencia hasta el 2024. Y aclaró que a pesar de todos los obstáculos no piensan cerrar.
“Llega un momento en el que te dejan atado de pies y de manos sin saber cómo resolver las cuestiones, los días pasan y a uno le entra la desesperación porque nosotros tenemos un local de 1.500 metros cuadrados, es muy difícil de mantener. Entonces que pasen los días y que uno no encuentre una solución la verdad que agobia. La idea de cerrar por parte nuestra no está y hasta las últimas consecuencias vamos a defender el bowling”, asestó.
La gerente del bowling contó que desde que compraron el fondo de comercio en septiembre del año pasado enfrentaron varios problemas con los vecinos por los ruidos molestos.
Uno de ellos fue un caso puntual con el cual fueron a mediación judicial. Y otro que surgió semanas atrás luego de un petitorio con firmas que presentó un grupo de vecinos del barrio El Palomar a la Municipalidad de Posadas quienes se quejaban de los ruidos molestos y del movimiento que genera el local por la zona.
“Nos llama la atención que ni siquiera pidan una mediación o hablen con nosotros para ver cómo podemos solucionar los problemas que ellos dicen que ocasionamos, sino que directamente piden el cierre de bowling”, advirtió.
“Nos parece un disparate y una locura, con lo difícil que está la situación, pedir el cierre de un local con todo lo que eso implica”, finalizó.